Los viejos rombos vinotintos y grises del piso en el parque de Bolívar son cosa del pasado. También las lonas naranja que acapararon el paisaje, desde marzo de este año, en este icónico espacio ubicado en las inmediaciones de la Catedral Metropolitana, el cual acusaba un deterioro por el paso del tiempo y por las precarias condiciones sociales del entorno.
El sábado pasado, con el regreso de la tradicional retreta al parque, la Alcaldía de Medellín estrenó este espacio que tuvo una inversión de $11.246 millones y que implicó la renovación de 23.520 metros cuadrados y todo el mobiliario con recursos públicos.
Cristina Zambrano Restrepo, directora de la Agencia de Alianzas Público Privadas, explicó que era necesario intervenir este espacio que conecta con el pasaje Junín, también intervenido en estos cuatro años. “El Parque de Bolívar es un espacio que define nuestra cultura y donde cada uno de los ciudadanos se identifica o relaciona. Era necesario intervenirlo y mejorarlo para que nuevamente la familia, la cultura, el arte y el sano encuentro y esparcimiento, lleguen al Centro”, indicó la funcionaria.
De la renovación quedó pendiente la intervención de ocho fachadas que está en proceso de contratación y varios detalles locativos que aún faltan (Ver: recuadro).
Luces y sombras
Jardineras florecidas, 3.721 metros cuadrados de andenes revitalizados y un parque pensado más para el peatón que para los vehículos son tres de las bondades de la nueva plaza que tiene al general Bolívar en el medio y que cuenta con otros referentes cerca, como la ya mencionada iglesia o el teatro Lido.
Además, durante el proceso se realizó la siembra de 22 árboles nuevos que se sumaron a los 129, que ya estaban en pie, y se instalaron 178 bancas nuevas para que las miles de personas que a diario transitan por allí se apropien de este espacio público.
“A mí me gustó como quedó el parque y es evidente el cambio, pero creo que faltan señalización y educación para los peatones, porque en los pocos días que lleva de inaugurado la gente piensa que es solo peatonal y cuando menos piensa pasa un carro rápido”, opinó Davina Uribe, quien trabaja en Tortas del Salvador, uno de los negocios vecinos ubicados sobre la Av. Ecuador.
Román Vidales, propietario de la anticuaria San Alejo, lamentó que las obras hayan afectado tanto a los negocios aledaños al parque y se preguntó por qué se inauguró ya si faltan muchos detalles, como toda la zona de andenes de los dos costados de la Catedral Metropolitana.
“El año fue muy duro en ventas y por los trabajos se taponaron las alcantarillas, se nos inundó el negocio y se dañó un montón de mercancía”, indicó el comerciante quien ya elevó la queja a instancias legales.
La petición de estos dos comerciantes y de varios más que conversaron con EL COLOMBIANO es unánime: que el cambio no sea solo físico y que con el control policial y de espacio público no dejen que la zona se vuelva a deteriorar.
Al respecto, el alcalde Federico Gutiérrez indicó que ese es el gran reto que queda una vez se estrenó la infraestructura.
“Hemos trabajado mucho en seguridad, pero todavía falta mucho y hay que seguir. El centro es el barrio de todos y es el reflejo de lo que pasa en la ciudad. Yo aspiro que el próximo gobierno continúe ese reto y que la intervención social siga para que recuperemos por fases el Centro”, indicó el mandatario, quien visitó la nueva infraestructura y valoró la importancia de este espacio histórico para la Medellín de antaño.
