Una verdadera crisis humanitaria se vive en el municipio de Anorí, Nordeste antioqueño, por cuenta del enfrentamiento desde hace varios días entre el Clan del Golfo contra el ELN y las disidencias de las Farc, cuyo epicentro es la vereda Los Trozos.
La Defensoría del Pueblo confirmó este lunes 18 de noviembre que ya son 88 las familias que han logrado huir de los enfrentamientos, y que tuvieron que abandonar sus casas a pie y en chivas abarrotadas con lo que pudieron agarrar, pues no existe certeza de cuánto podrán volver a sus hogares.
José Hernández, representante de las Asociaciones Campesinas de la región, señaló que en su mayoría los desplazados son mujeres, niños y niñas, pero que además hay reportes de familias retenidas en sus propias viviendas por parte de los ilegales. Esta información fue corroborada por la Defensoría del Pueblo, que confirmó que al menos seis personas están secuestradas y que otras 20 siguen confinadas sin posibilidad de abandonar la zona para proteger su vida de los enfrentamientos.
Los desplazados llegaron en su mayoría al casco urbano de Anorí y se encuentran, en gran medida, autoalbergados en casas de familiares y conocidos, mientras que la Defensoría prepara ya un albergue temiendo que el éxodo pueda escalar, incluso, en otras veredas si es que los combates persisten, pues aunque el ejército ya hizo presencia en la zona no se descartan nuevas arremetidas, entre otras cosas, porque el Ejército adelanta operaciones militares para retomar el control de la zona. Incluso el fin de semana, tras la incursión terrestre, esperaban el apoyo de un helicóptero arpía para contener y contrarrestar la respuesta de los tres actores armados que están en disputa en la zona.
Yucelly Rincón, defensora del Pueblo en Antioquia, le pidió a los organismos internacionales y al Gobierno Nacional que dispongan de una masiva presencia en la zona, pues alertó que las autoridades locales no tienen la capacidad, como es habitual, para hacerle frente a la atención humanitaria en este tipo de casos.
Hay que recordar que este enfrentamiento se enmarca en la despiadada disputa que tienen el Clan del Golfo, el ELN, las disidencias y otros tres grupos armados por el control de 120 minas de oro existentes en el Nordeste antioqueño. Esta pugna atizó la crisis en la región y disparó en los últimos dos años las cifras de muertes en más del 70%.
Los municipios donde los conflictos son más críticos en esta subregión son Segovia, Remedios, Amalfi y Anorí y allí los patrones son los mismos. El Clan del Golfo y la estructura Libertadores del Nordeste quieren hacerse con el control del territorio a sangre y fuego, mientras el ELN está aliado con las disidencias del frente 36 para mantener su dominio histórico en la zona.
Pero además han aparecido otros actores como la banda El Mesa y la banda de El Mono Amalfi. Los primeros, progresivamente, han sido desterrados del Nordeste por la violencia ejercida por el Clan del Golfo y los Libertadores del Nordeste, situación que desencadenó la primera racha de asesinatos en Amalfi.
Por otro lado, la estructura del Mono Amalfi tiene alianzas con La Oficina, pero en el actual conflicto no tendría participación armada, según fuentes de inteligencia.
