Haceb es una marca que está en el corazón de los colombianos y varias generaciones la asocian con los valores familiares, lo cual es natural porque, literalmente, ha dotado muchas casas con sus electrodomésticos durante sus 81 años de existencia. En Copacabana pasa igual, pero además de ser acogida como parte de los recuerdos que construyen la historia de sus hogares, la empresa ocupa un lugar muy importante de su desarrollo reciente, sobre todo porque ha sido una aliada natural durante casi cuatro décadas en los aspectos económico y social.
De ello da cuenta Rosa Jiménez Marín, la primera dama del municipio, quien no duda en calificar la presencia de la productora de electrodomésticos como “supremamente importante para el desarrollo del municipio”.
La empresa, que tiene presencia allí con un parque industrial sobre el corredor de la autopista Norte, y que actualmente genera cuatro mil empleos directos, llegó a la vida de los habitantes de Copacabana en 1983. Desde entonces ha sido un motor en la generación de puestos de trabajo y mejora de sus condiciones sociales.
«Ha sido un gran generador de empleo, lo que ha permitido que se dinamice la economía. Además, ha contribuido a la educación, con algunas intervenciones en todas sus instituciones. Y, por supuesto, ha generado unos ingresos importantes por concepto de impuestos como el de industria y comercio y el predial, lo que ha permitido que se realicen obras de infraestructura y de carácter social que al fin de cuentas lo que generan es bienestar para nuestra comunidad», señala Rosa Jiménez, primera dama del municipio.
Tal aporte se evidencia en las cifras del desarrollo económico del municipio, basadas en las estadísticas del Dane, que registran un crecimiento promedio en los últimos años de 7,9 %. En cuanto a la generación de empleo son precisamente las industrias manufactureras, como Haceb, las que más aportan, con 30,74 % del total de los puestos de trabajo formales.
“Es claro que los empresarios estamos llamados a crear un tejido sólido y competitivo que, al mirarlo en prospectiva, resulte ser la base del futuro de nuestro país. Y esto lo digo consciente de que nuestro compromiso no se limita simplemente al ejercicio productivo; por el contrario, debe estar marcado por la premisa del crecimiento compartido”, dice Santiago Londoño Aguilar, gerente general de Haceb y agrega que solo como ejemplo, miles de jóvenes que en los ochenta ni siquiera fueron testigos de la construcción de la primera planta de Haceb en las afueras de su municipio, hoy se emplean allí; otros se han beneficiado con becas de estudio; las arcas de la localidad en buena parte derivan sus ingresos de los impuestos que paga la compañía; varias microempresas copacabanitas nacieron y crecieron como proveedoras de Haceb; los niños de las escuelas han visto sus instituciones renovadas con las donaciones de la empresa y “algunos jóvenes han guardado secretos grandes de la compañía como la construcción de Haceb Whirlpool Industrial, que opera desde 2015, pero que dos años antes empezó a contratar al personal, casi en un 40 % copacabanita”, subraya el gerente general de Haceb.
Lo anterior es posible porque la empresa, desde su esencia y a pesar de que se ha modernizado para responder a los tiempos actuales de los mercados, se mantiene en que su negocio debe trascender hacia la generación de valor para todos sus grupos de interés, incluidas las comunidades.
“A lo largo de nuestra historia, que hoy supera las ocho décadas de experiencia y trayectoria, no solo hemos logrado convertirnos en líderes del mercado gracias a nuestros productos y servicios, sino que nos hemos propuesto concentrar nuestros esfuerzos, más que en la generación de riqueza, en la generación de valor, proyectándonos más allá de la rentabilidad económica y centrando nuestro pensamiento en el propósito superior, nuestro impacto en el planeta y las relaciones de valor que construimos a favor de un futuro sostenible para todos. Esta filosofía nos ha permitido, entonces, mantenernos en línea con la esencia más profunda de nuestra organización y negocios, y al mismo tiempo desarrollar la empatía necesaria para crear vínculos significativos con todos nuestros grupos de interés, siendo la comunidad uno muy importante para nosotros”, apunta Londoño.
De hecho, los mandatarios locales consideran que lo más valioso de los aportes de esta compañía al municipio son los programas sociales que se desprenden de su actividad empresarial en el territorio, pues es el mayor contribuyente de industria y comercio y estos recursos permiten la inversión en distintos programas sociales que benefician a niños, adolescentes, jóvenes y adultos.
Trabajo articulado
La misión de Haceb en Copacabana no se limita a lo que naturalmente desarrollaría una empresa que se asienta en un territorio. Ni siquiera a su intención de ser un actor clave para que el municipio pueda crecer. Entre la compañía y la localidad existe una relación con vínculos muy fuertes, que se han mantenido y alimentado mutuamente, sobre todo a través de la Fundación.
“La relación de Copacabana y Haceb (...) ha sido estrecha y fructífera. De ahí que todos los días trabajemos por el desarrollo integral de sus habitantes, permitiendo que familias enteras puedan cubrir necesidades de vivienda, salud, educación y alimentación, esto a través de la generación de empleos de calidad, los ingresos derivados del pago de impuestos y un sinnúmero de beneficios sociales que hemos puesto en marcha de la mano de nuestra Fundación Haceb”, asegura Londoño Aguilar.
Y, por supuesto, este pensar es recíproco por parte de los actores municipales, que reconocen que esas relaciones sólidas facilitan el trabajo por las personas que habitan en esta localidad del norte del Valle de Aburrá.
“Entre el municipio y Haceb siempre se ha generado una muy buena articulación y es por una simple razón: el objetivo de ambos es el mismo y no es otro distinto que generar progreso. Por un lado, don José (Acevedo, fundador de la empresa) con su empresa Haceb se ha convertido en ejemplo de liderazgo para que la inversión social privada apalanque los proyectos de vida de sus empleados, y por otro lado, el municipio apoya programas sociales que benefician a los habitantes. En otras palabras, el municipio de Copacabana y Haceb son un buen complemento para lograr un mejor desarrollo social”, concluye la primera dama.
Por lo anterior, es que pocos dudan de que durante las últimas décadas el municipio y sus habitantes han crecido de la mano de esta empresa que, si bien está en el corazón de la gente en Colombia, tiene un lugar muy especial en el de los copacabanitas.