Con los organismos de control ocupados en lo que ocurre en las principales ciudades, es normal que en los municipios se vean cosas de todo tipo durante las campañas electorales. Abundan los casos en los que los alcaldes se van con sus candidatos a inaugurar obras y hasta los dejan que corten la cinta y también es normal ver reuniones de campañas con la asistencia de funcionarios que muy orondos portan uniformes y logos de la administración en curso. Pero cuando en un municipio de sexta categoría y escasos 10.000 habitantes aparecen personas en medio de una campaña a ofrecer millonarios regalos y hasta a hacer promesas usando los nombres de organismos como la ONU se vuelve, cuando menos, bastante llamativo.
En el municipio de Betania dicen estar aterrados con la campaña del candidato a la alcaldía, Brahiam Montoya, un joven de 30 años, ex personero del municipio, que recibió los avales de Alianza Verde, la U, la ASI y Cambio Radical para competir al cargo a la alcaldía frente a Diego Guerra (Betania nos Une), Reinel Muñoz (Nuevo Liberalismo) y Carlos Pérez (Creemos).
En las últimas semanas empezaron a aparecer camionetas gama alta y a llover invitaciones en el pueblo y las veredas para asistir a suntuosos eventos con regalos a bordo en medio de la campaña de Montoya. En los eventos de campaña del candidato se han entregado millones de pesos en mercados y uniformes deportivos para los niños de todas las veredas. Pero también se han repartido televisores, computadores y hasta kits de herramientas para el gremio de transportadores que incluyen gatos hidráulicos, entre otros regalos.
Varios habitantes que entregaron su testimonio aseguran que jamás habían visto un despliegue tan ostentosos en una campaña. Y preguntan cuál es el interés de una campaña que en gastarse tanta plata para gobernar un municipio de sexta categoría, un pueblo predominantemente cafetero y que, pese a algunos problemas de seguridad relacionados con microtráfico, es un pueblo tranquilo, pequeño y en el que la gente vive sin sobresaltos.
Algunos testimonios apuntan hacia la mano derecha de Montoya, un hombre que dice ser empresario y que es bastante conocido en el municipio por sus escándalos y enredos. Según los testimonios entregados, quien le habla al oído a Montoya y se ha dejado ver con él durante toda la campaña tiene denuncias por hurto calificado en 2020 en Fiscalía 254; por estafa en 2019 ante la Fiscalía 151; por hurto agravado en la Fiscalía 254, por abuso de confianza en 2021 en la Fiscalía 30; y por lesiones personales este mismo año en la Fiscalía 90.
Los temores e interrogantes que habían levantado la campaña de Montoya entre una parte de la población aumentaron cuando en el municipio aterrizó un estadounidense llamado Bryce Cleveland, quien se presentó como un empresario y filántropo interesado en apoyar la educación de los niños en Betania.
Cleveland se promociona en redes como fundador y director ejecutivo de Scalpa Industries, una empresa de productos estéticos. En sus redes se muestra disfrutando de todo tipo de lujos, en carros gama alta, luciendo joyas y en paseos a destinos paradisiacos como Dubái. También ha mostrado en sus redes la entrega de regalos y mercados en varias partes de Medellín y algunas zonas del país.
“¿Qué hace un supuesto empresario gringo entregando computadores y mercados por casi $100 millones en un municipio como Betania y participando en una campaña? ¿Qué interés hay ahí?”, cuestionaron varias testimonios.
Estos hechos ya fueron denunciados ante la MOE y ante Uriel, la Unidad de Recepción Inmediata para la Transparencia Electoral que se encarga de la recepción y seguimiento al trámite de las denuncias y quejas por delitos e irregularidades que afecten el normal desarrollo de los procesos electorales.
El candidato responde
Montoya, abogado y magister en políticas públicas, señaló que tiene siete años de experiencia en el sector público y los méritos suficientes para ser alcalde. Según su versión, las denuncias hacen parte de un ataque de las otras campañas y niega que exista alguna irregularidad con la opulencia que ha rodeado su campaña.
Asegura que hicieron la gestión para que Cleveland visitara el municipio y entregara, a título personal, cuatro televisores, ocho computadores, kits escolares e insumos de escritorio a instituciones educativas del municipio.
Montoya reitera que no debe haber suspicacias con los millonarios regalos del estadounidense, entregados en medio de actos de campaña. Asegura que Cleveland ha recorrido varios municipios y zonas como el puente de la Madre Laura haciendo lo mismo con familias vulnerables. El candidato negó que este empresario tenga algún interés particular en el municipio. “No veo inconveniente en esto si quiere venir a ayudar”. De paso señaló que en cuentas claras da cuenta de los dineros de su campaña.
Sobre su amigo personal y mano derecha en la campaña, dijo conocer de tercera mano las denuncias que sobre él recaen y manifestó que serán las autoridades “las que resuelvan”.
En lo que se enredó bastante para explicar fue por qué en su campaña terminó mencionándose a la ONU como un organismo vinculado a las actividades que adelantaban. Y es que fueron varios los testimonios de personas que señalaron que durante la entrega de regalos y eventos personas relacionadas con la campaña de Montoya le aseguraron a los pobladores que la ONU estaba vinculada con las iniciativas de “tipo social” que adelantaban y que de ser elegido alcalde dicho organismo internacional iba a adelantar numerosos proyectos en el municipio.
El candidato asegura que la palabra ONU pudo salir de Juan Patrón, uno de los acompañantes de Cleveland, quien en sus redes sociales se presenta como un empresario y filántropo, que, según su biografía, se mudó de Cali, Valle del Cauca, a los 12 años hacia Miami junto con su familia “en busca de un futuro mejor y más brillante. Expulsados por una Guerra Civil”.
Según Montoya, a través de Patrón se van a hacer “acercamientos” para buscar la participación “de ese agente diplomático (o sea la ONU). Sin embargo, al ser interrogado directamente sobre si Patrón pertenecía a la ONU, Montoya dijo que no. Y, efectivamente, salvo por una foto en su cuenta de Instagram en la que se le ve de cachaco delante de un atril con un logo que semeja ser el de la ONU, no hay ningún indicio de que este sujeto integre este organismo y mucho menos que tenga autorización para hacer promesas a su nombre ante una comunidad, en medio de una campaña política.