Las autoridades establecieron que el cadáver hurtado en la noche de este martes del cementerio de Envigado era el de Junior Alexánder Roldán Paredes, alias JR, cabecilla del grupo delincuencial Los Choneros, una de las estructuras delincuenciales más peligrosas de Ecuador.
Varios hombres ingresaron a este camposanto, administrado por la Parroquia Santa Gertrudis, de Envigado, y profanaron la tumba para llevarse el cadáver de este reconocido delincuente, asesinado el pasado 6 de mayo en el municipio de Fredonia, Suroeste antioqueño, y sepultado en este lugar desde el 18 del mismo mes.
Se conoció del hurto de este cuerpo cuando uno de los trabajadores del lugar encontró abierta la puerta lateral izquierda de la entrada principal del camposanto, por lo que empezó a sospechar que algo había ocurrido.
Al empezar a revisar, en compañía del sacerdote de este cementerio, se encontraron con que la bóveda 30 del pabellón 18 estaba vacía y alterada, por lo que alertaron a las autoridades de lo sucedido.
Agentes de la Sijín de la Policía Metropolitana se encargaron de hacer las indagaciones para dar con los responsables de este hurto y saber si se trataba de un hecho relacionado con la confrontación que se vive en el país de la mitad del mundo o con otra clase de rituales.
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El cuerpo de este cabecilla fue encontrado en un sector conocido como Puente Máquina, en la vereda El Mango, de Fredonia. En un principio se estableció que era un cuerpo sin identificar, pero posteriormente se conoció que era el de alias JR, uno de los cabecillas de esta organización, implicada en casos de narcotráfico, sicariato y extorsión.
Desde la Alcaldía de Envigado señalaron que toda la información será entregada por la Policía Metropolitana y la Fiscalía, quienes tienen en su poder todo el avance del proceso.
Roldán Paredes había salido de prisión el 14 de febrero de este año, después de obtener un recurso judicial por resultar herido en un atentado en la provincia ecuatoriana de Guayas. Desde el 23 del mismo mes, la justicia ecuatoriana lo declaró prófugo de la justicia y le dictó orden de captura.
Cuando se produjo su asesinato, el alcalde de Fredonia, Gustavo Guzmán Maldonado, manifestó que “esta es una zona fronteriza con el municipio de Santa Bárbara, por donde pasa el río Poblanco. Seguro él estaba en otro lado, y los asesinos lo tiraron allá, porque la gente de la vereda no lo había visto antes”.
