La primera flota de buses eléctricos de Medellín, y la segunda del país después de Cali (136), arribó a la ciudad en septiembre pasado. Tres meses después, 17 de los 64 vehículos adquiridos por la alcaldía iniciaron operación comercial en la línea O del metro que rueda por la carrera 80.
Desde entonces, por lo menos hasta el pasado 9 de marzo cuando cinco más entraron a reforzar las líneas 1 y 2 de metroplús, no se habían tenido noticias de qué pasaba con el resto de automotores. Por ello surgió la inquietud sobre, ¿qué está pasando con los 42 restantes? ¿Por qué no se los puede usar, por ejemplo, durante la actual contingencia ambiental?
El Metro, operador de los buses, indicó que los vehículos que no están operando se encuentran estacionados en un patio ubicado en la Terminal del Sur, pero eso no significa que “estén acumulando polvo y suciedad”, sino que todos se están usando.
La rotación
Como un equipo de fútbol que rota su plantilla para que todos los jugadores estén en óptimas condiciones, así está manejando la empresa esta flota, según explicó Pedro Buitrago, jefe del área de buses del Metro.
“Todos están operando. Un día sale un grupo y al otro día otro, así sucesivamente. Analizamos cómo funcionan y, en tres años que es el periodo de garantía, identificaremos si hay fallas, necesidades o ajustes por si hay que hacer el reclamo”, agregó.
Diego Zapata, subsecretario técnico de la Secretaría de Movilidad, manifestó que al menos 22 están en constante movimiento durante el día, y ese número va cambiando con cada jornada. Por otro lado, agregó, los cinco que reforzaron las líneas de metroplús redujeron el tiempo de espera en este sistema en más de 20 segundos en hora pico.
Sin embargo, la idea de que ruede toda la flota de buses eléctricos es improbable en este momento, dijo el funcionario, porque Medellín no tiene la infraestructura instalada para este tipo de vehículos.
“Lo que falta son espacios donde se disponen unos transformadores, porque los cargadores ya existen, pero hay que adecuar espacios físicos y eso conlleva contrataciones y obras menores”, anotó Zapata.
Buitrago también dijo que si toda la flota no comenzó a funcionar al mismo tiempo fue porque el proyecto no se estructuró así. Pero entonces, ¿para qué compraron esa cantidad y no una más acorde con la capacidad de la ciudad?
Entrarán por etapas
La razón de adquirir los 64 buses, ni uno más ni uno menos, fue debido a la “economía de escala”, explicó Zapata, pues en ese número salían más baratos. Cabe recordar que la inversión de la alcaldía para adquirirlos fue de $75.000 millones.
Además, el funcionario indicó que dentro de la supervisión del contrato efectuado por la administración pasada, el consultor World Resources Institute, que asesoró el proyecto, recomendó que los vehículos entraran a operar por etapas o fases.
Así las cosas, Buitrago reveló que el Metro ya surtió las dos primeras con la línea O y sus 17 buses y los cinco que este mes empezaron en las líneas 1 y 2.
Entre agosto y septiembre de este año, subrayó, una tercera fase sumaría ocho más al corredor de la 80 (allí quedarían 25) y otros cinco completarían 10 en metroplús.
Por último, entre abril y mayo de 2021 se espera que la línea O tenga 41 buses, según Buitrago el tope de la capacidad del corredor, y dejar el resto de los vehículos como reserva.
“Para implementar la etapa 3 y 4 hay que aumentar la capacidad de soporte y operación; además, reestructurar el transporte público en la carrera 80 luego de estudiar cómo se adaptan los colectivos con la entrada de los eléctricos”, aseveró.
El Metro dispone actualmente de siete cargadores instalados y cada vehículo tarda máximo dos horas en llevar sus baterías al 100 %.
Modelo acertado, pero...
Aunque la rotación es lógica para cuidar que las baterías de los buses no tengan degradación electroquímica por falta de uso, Andrés Emiro Díez, investigador y docente de UPB, dijo que sí se podrían saltar algunas etapas al menos para reforzar el transporte público en esta época de contingencia ambiental.
“Es algo que podría contemplarse, aunque tenga que doblarse las sesiones de carga, pero es buen momento para que estos vehículos cero emisiones contribuyan”, dijo.
El docente recalcó que fue acertado adquirir los 64 buses en 2019 y la razón la da el elevado precio del dólar que hoy habría encarecido la compra.
No obstante, insistió que si bien es bueno tener una base de buses de baterías, en las troncales debería pensarse en un sistema de troles con catenarias que facilitarían aún más introducir más vehículos y ahorrarse el tiempo de recarga de una batería.