EPM está determinada a cambiar a los constructores de Hidroituango.
Pese a las múltiples alertas que desde finales del año pasado la empresa viene recibiendo sobre los riesgos que implica la llegada de nuevas manos a la obra, ayer se supo que el Consorcio CCC Ituango no terminará las obras civiles de las unidades 3 y 4. En contraste, será Schrader Camargo S.A.S., firma que ya está pujando por quedarse con las obras finales (asociada además con una firma china), la que se encargará de esos trabajos. ¿Se está favoreciendo de forma anticipada a ese consorcio?
Además de esos interrogantes, la decisión llamó la atención por varias razones.
Mientras por un lado la empresa entregó una explicación bastante reducida de las razones que explicarían ese cambio de empresa, por otro entregó el contrato a una firma que ya está compitiendo en la licitación de las obras finales en llave con un socio chino y el gran problema es que Schrader Camargo ya estuvo salpicada en varios cambios en los pliegos de condiciones que despertaron suspicacias.
El nuevo constructor
La polémica adjudicación se hizo pública durante la tarde de ayer, luego de que la empresa reportara ante el sistema de Información Relevante de la Superintendencia Financiera haber escogido a la firma
Schrader Camargo en la culminación de las obras civiles de las unidades 3 y 4.
“Con la finalidad de dar continuidad a las obras del proyecto Ituango, EPM celebró contrato con la firma colombiana Schrader Camargo S.A.S., que resultó adjudicataria del proceso de contratación CRW189788”, se lee en dicho reporte, en el que se precisó que los contratos serán para “ejecutar los concretos faltantes para el empotramiento de la turbina número 4, así como el empalme y vaciado de los concretos” en las conducciones 3 y 4 (cuya función es llevar el agua del embalse a esas dos unidades de generación).
De acuerdo con la versión de EPM, la adjudicación habría quedado en firme luego de que el Consorcio CCC Ituango (conformado por las firmas Camargo Correa Infra, Coninsa y Concreto) optara por no seguir al frente de la obra después del 30 de noviembre próximo (día en el que culmina su contrato), “al declinar (...) la solicitud de EPM de dar continuidad al mismo bajo el esquema de precios unitarios para la terminación de la primera etapa del proyecto”.
Desde hace varios meses la suerte de las obras civiles de las unidades 3 y 4 era uno de los principales interrogantes que se cernía sobre la hidroeléctrica. Pese a que durante los últimos meses han apretado el acelerador para entrar a operar antes del 30 de noviembre, fecha en la que se comprometió con la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) para entregar energía, el grueso de los trabajos se han concentrado sobre las unidades 1 y 2.
Al formar parte del objeto del contrato de la primera etapa del proyecto, hasta hace varias semanas la suerte de las unidades 3 y 4 no estaba clara, dado que las mismas no alcanzarán a estar listas antes de este 30 de noviembre, pero tampoco aparecen incluidas en la nueva licitación que está en curso (que incluye las unidades 5, 6, 7 y 8).
Desde el año pasado, expertos y hasta un informe de la firma Pöyry han alertado sobre los riesgos que implica un cambio de contratistas, y ahora la selección de la empresa Schrader Camargo también despierta suspicacias por otros frentes.
Cabe recordar que, tal como lo contó EL COLOMBIANO a mediados de septiembre, es justamente esta firma la que se está presentando en llave con la firma china Yellow River para quedarse con la licitación de las obras finales.
En medio de ese proceso de licitación, se conoció que la multinacional china envió varios oficios a EPM pidiéndole modificar los pliegos de condiciones, en los que terminaron disminuyéndose varias especificaciones. Por ejemplo, mientras inicialmente los pliegos contemplaban un requisito de 94.500 metros cúbicos de experiencia en la construcción de portales de túneles, canales, vertederos o puentes, a través de una adenda esa experiencia quedó reducida a 28.350 metros cúbicos.
Por otra parte, por el lado del riesgo del proyecto, recientemente también generó preguntas una declaración del gerente general de EPM, Jorge Andrés Carrillo. Aseguró que, pese a la complejidad de la llegada de un nuevo equipo de trabajo, ya no sería necesario un empalme entre los contratistas salientes y los entrantes.
“Ya no estamos en el mismo punto en el que se requería un empalme y un uso de instalaciones de un contratista para pasárselo a otro, porque el haber tenido más tiempo nos permitió diseñar un esquema de ejecución que pueda entrar, así no hubiera colaboración o empalme del contratista saliente”, aseveró el gerente Carrillo aquel día.
De acuerdo con el cronograma del proyecto, las unidades 3 y 4 deberán entrar en operación antes del 30 de noviembre de 2023.