Un caso de intolerancia ocurrió en la mañana del pasado domingo, 16 de junio, en el municipio de Envigado, al sur del Valle de Aburrá, cuando un adulto mayor fue golpeado con un casco por un conductor tras un aparente reclamo y, no contento con esto, tiró la moto del adulto mayor al piso sin este poder impedirlo.
Daniel Salazar, veedor ciudadano, condenó estos actos, e hizo un llamado a la necesidad de resolver las diferencias de manera pacífica: “Hechos que deben ser reprochados por todas nuestras comunidades, ya que las vías de hecho no pueden ser el camino para solucionar las diferencias o inconvenientes que tengamos en las vías”.
Por su parte, uno de los testigos logró anotar la placa de la motocicleta del presunto agresor, quien ya tendría un comparendo tipo C14 por transitar en sitios restringidos o en horas prohibidas por la autoridad competente.
En el Área metropolitana del Valle de Aburrá, los hechos de intolerancia tienen preocupadas a las autoridades. El secretario de Seguridad de Medellín, Manuel Villa catalogó estos actos como un “desafío”, no solo respecto a situaciones de intolerancia que se presentan en lugares públicos, sino también de violencia entre vecinos y dentro de los hogares.
En Medellín, los actos de intolerancia han registrado 126 homicidios entre enero y mayo de este año, de acuerdo con datos del Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (Sisc), cifras que el antropólogo Gregorio Henríquez ha calificado como “una enfermedad social”.
Destacando que estas formas de actuar, que circulan en videos por redes sociales, se presentan como un síntoma de la ciudad, donde se anteponen las agresiones para solucionar conflictos por encima del diálogo y los consensos.