Antes de la Nasa, la imaginación ya había conquistado la Luna

La literatura y el cine se le adelantaron a la ciencia en la carrera por alcanzar el satélite. La ficción fijó una ruta, lejos de la Tierra.

  • Julio Verne es uno de los escritores que llegó a la Luna a través de la ficción. Una foto de la exposición que se hizo en su homenaje en la Fiesta del Libro en 2013. FOTO donaldo zuluaga
    Julio Verne es uno de los escritores que llegó a la Luna a través de la ficción. Una foto de la exposición que se hizo en su homenaje en la Fiesta del Libro en 2013. FOTO donaldo zuluaga
Por carolina tamayo pemberthy | Publicado

Un aventurero adiestra cuatro gansos salvajes. Pretende usarlos para tirar de una máquina voladora. Y lo logra. Estos animales lo alzan por los cielos hasta llegar a la Luna, donde descubre que las especies son más grandes.

Tal vez eso no sea posible, pero el libro El hombre en la Luna (1638) de Francis Godwin consiguió que a través de las palabras el ser humano se imaginara en un mundo lejano y pisara el astro, antes que Neil Armstrong y Buzz Aldrin alunizaran en un cohete de la Nasa. Su compañero, Michael Collins, los esperó por 27 horas en el módulo de mando para luego llevarlos de regreso a casa.

Las primeras historias de viajes espaciales provienen de la religión. Es el caso de la cultura griega: la diosa Selene, hija de los titanes Hiperión y Tea, gobernaba la Luna. Luego, escritores, cineastas y científicos dieron a conocer cómo era el suelo grisáceo, aunque a veces, se les pidiera que por favor pusieran los pies en la Tierra.

Gracias al proceso imaginativo no solo se pisó la Luna antes de 1969, también “se alimentó la ciencia” para conquistar el astro, dice Selnich Vivas, profesor de literatura de la Universidad de Antioquia.

Ese deseo del hombre de escribir y dar a conocer sus relatos se debe a la necesidad de “proyectar ideales”, agrega Selnich. Además, señala que el arte tiene la misma función de los rituales ancestrales, eso quiere decir que desde tiempos remotos se ha dedicado a observar y conocer el universo.

Por su parte, César Ramírez, docente de cine fantástico de la Universidad Pontificia Bolivariana, explica que las creaciones de ciencia ficción que se produjeron se unen con los sueños de la gente. Cuenta que “las personas siempre se imaginan un futuro y que para ello crean mundos ficticios”.

En el caso del alunizaje, resalta las historias del británico H. G. Wells y del francés Julio Verne, quienes inspiraron a más autores a conquistar la Luna.

Además, el uso de tecnologías ayudó a crear prototipos dentro de los textos. “Antes de los años 40 se viajó disparados por cañones y después de la Segunda Guerra Mundial se llegó a la Luna en cohetes”, señala Ramírez.

Tan anhelada visión también hizo imaginar criaturas diferentes a los dioses como habitantes del satélite; grandes monstruos y humanoides fueron parte de la literatura. Asimismo, conocer qué había allí no ha sido el único objetivo, algunos relacionaron, y criticaron, la ambición con la búsqueda de metales preciosos.

Ramírez cuenta que las creaciones artísticas lunáticas no solo reflejaron un sueño: “Buscaron mostrar lo que somos nosotros, que a veces jugamos a convertirnos en dioses”. También la ciencia ficción trató de explicar las consecuencias, como una guerra, que tendrían determinadas exploraciones.

El docente explica los tipos de monstruosidades que se plasmaron entre letras y en la pantalla: el primero es el externo a la sociedad como los habitantes lunares, es decir, que es producto de la imaginación. El otro es el mismo hombre como un ser destructivo que intenta conquistar otros lugares para su beneficio.

Aunque al aterrizar en 1969 no se encontró un monstruo como lo predijo la ficción, en la memoria colectiva quedaron fijas imágenes como aquella en que la cara de la Luna recibe el impacto de un cohete, disparado por una bala de cañón, creada por George Méliès en 1902.

Estos son algunos títulos de la literatura y el cine que emprendieron el viaje lejos de la Tierra antes de que la Nasa existiera.

Contexto de la Noticia

PARA SABER MÁS Los medios convirtieron la ficción en realidad

En 1835, el periodista Richard Adams Locke del diario The Sun de Nueva York, publicó seis artículos falsos sobre descubrimientos en la Luna y se los atribuyó al astrónomo John Herschel, quien para esa época se encontraba en Sudáfrica. Supuestos cuadrúpedos marrones y humanoides alados que vivían en aquel lugar lejos de la Tierra hicieron parte de estas noticias que terminaron siendo personajes ficticios.

Edgar Allan Poe fue un escritor de literatura muy creativo y como redactor de un periódico no dejó de mostrar su talento. La incomparable aventura de un tal Hans Pfaall fue un titular de la revista Southern Literary Messenger, en 1835, narra la historia de un hombre que construye un globo aerostático para llegar al astro que ilumina de noche y desea quedarse por el resto de su vida allí. Le hizo creer a la gente que se había encontrado una carta junto con el globo, en la que el personaje explicaba sus motivos de no querer volver a su planeta de origen.

Luciano Samósata, el primero en pisar la Luna

En el siglo II, Samósata fue quizá el primer hombre que salió al espacio exterior por medio de las palabras. Emprendió un viaje en barco y gracias a un torbellino el ser humano llegó a la Luna. Eso no es lo único interesante, sus habitantes se encuentran en guerra y gran cantidad de criaturas antes desconocidas son ahora vistas.

Aventuras lunares en el siglo XVII

En el libro Somnium de Johannes Kepler (1608) se cuenta la historia de un demonio que transporta a un joven islandés hasta la Luna.

Otro texto es Viaje a la Luna de Cyrano de Bergerac (1657), aquí los personajes intentan viajar con energía solar y fallan. Pero luego logran construir un cohete súper potente.

Los carros también han viajado

En 1705 se publicó The Consolidator de Daniel Defoe. Relata la aventura de un hombre que llega en un carro con plumas a la Luna. Se encuentra con una civilización que ha estudiado bastante la óptica y comienza a usar gafas lunares. A través de ellas puede observar las fallas de la vida terrestre. El texto es una mezcla de fantasía y política.

Julio Verne, el vidente de la ciencia ficción

Las propuestas literarias del francés se acercaron al futuro de la ciencia.

Su texto De la Tierra a la Luna menciona cómo varios hombres se dedican a realizar un cañon y un aventurero les propone convertirlo en un proyectil para realizar un viaje. La continuación es el libro Alrededor de la Luna.

El invento científico de H. G. Wells

¿Ha escuchado sobre la cavorita? Es una creación ficticia de Los primeros hombres en la Luna escrita en 1901 . Dos personajes utilizan esta sustancia anti-gravitoria hecha a base de helio y algunos metales para recubrir una nave espacial. Al llegar a la Luna se encuentran con los selenitas.

Las naves ya aterrizaban en la literatura

En 1928, El cohete a la Luna de Thea Von Harbou cuenta sobre la exploración lunar para encontrar oro. Recrea la ambición empresarial de algunos hombres. Nave espacial Galileo de Robert A. Heinlein (1947) muestra a algunos jóvenes que fabrican un vehículo para llegar al cosmos.

Viaje a la Luna de George Méliès

La ciencia ficción se mostró a blanco y negro en 1902. Además, este filme francés se caracterizó por ser mudo. La historia relata cómo algunos científicos que se dajaron convencer por el profesor Barbenfouillis realizan una expedición para llegar al satélite y conocen al rey de los selenitas. Esta cinta dura solo 16 minutos.

La mujer en la Luna de Fritz Lang

A un hombre lo han ridiculizado por decir que en la Luna había más oro que en la Tierra, sin embargo unos años después retoman su idea y llega al espacio con la intención de encontrar el metal precioso en el astro. El autor austriaco se inspiró en el texto de Thea von Harbou y dio a conocer la película en 1929.

2001: Odisea del espacio de Stanley Kubrick

Un año antes de que el hombre llegara a la luna (1969) se dio a conocer la película del cineasta estadounidense. Temas de la evolución humana, tecnología y vida extraterrestre son abordadas en ella. Varios astronautas se preocupan por la presencia de objetos no humanos en el astro gris. Los efectos especiales fueron impactantes.

Si quiere más información:

Carolina Tamayo Pemberthy

Me gusta leer historias de terror y creo profundamente en el poder transformador del periodismo. Escuchar a las personas es lo que me apasiona de mi profesión. Comunicadora y Periodista en formación de la Corporación Universitaria Lasallista

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