Las moscas salieron de la Tierra antes que Laika

Al menos 12 años antes de que el hombre pisara la Luna, perros, monos y moscas salieron de la Tierra. Esto fue lo que pasó con ellos.

  • Laika sobrevivió seis horas, antes de que el agotamiento de las reservas de oxígeno causaran asfixia y demostrando que el vuelo espacial era tolerable para los animales. FOTO Museo del espacio en Rusia
    Laika sobrevivió seis horas, antes de que el agotamiento de las reservas de oxígeno causaran asfixia y demostrando que el vuelo espacial era tolerable para los animales. FOTO Museo del espacio en Rusia
  • El entrenador de animales de Cabo Cañaveral, Florida, muestra al chimpancé Ham antes de viajar al espacio. FOTO Nasa
    El entrenador de animales de Cabo Cañaveral, Florida, muestra al chimpancé Ham antes de viajar al espacio. FOTO Nasa
  • El comandante de la nave de recuperación saludó al chimpancé Ham después de su exitoso vuelo en el cohete Mercury-Redstone en 1961. FOTO Nasa
    El comandante de la nave de recuperación saludó al chimpancé Ham después de su exitoso vuelo en el cohete Mercury-Redstone en 1961. FOTO Nasa
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Ranas de garras africanas, codornices japonesas, polillas manduca sexta, escarabajos de la harina, huevos de erizo de mar, avispas parásitas, tardígrados y plantas de pimiento están entre los animales y plantas más raras en ser enviados fuera de la Tierra.

Primero que estos y que el humano, las moscas de la fruta se enviaron dentro del cono de la nariz del cohete alemán V-2 en julio de 1946. El propósito del experimento era explorar los efectos de la exposición a la radiación a grandes alturas.

Antes, en 1783, un pato, un gallo y una oveja se convirtieron en los primeros pasajeros de un globo aerostático, ya que nadie sabía si un humano podría sobrevivir al vuelo. Volvieron vivos. Los humanos siguieron poco después y experimentaron por primera vez los síntomas de la hipoxia. Lo narran Gilles Clément del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS) en Francia y Klaus Slenzka de ciencias de la vida OHB-System AG (una de las tres compañías líderes en Europa) en su libro Fundamentals of Space Biology (Springer, 2006).

La motivación

¿Podrían los seres humanos vivir en un mundo sin gravedad? ¿El ambiente espacial abrigaba organismos peligrosos? En la década del 50 cuando se tomó la decisión de explorar el espacio, algunas personas se mostraron escépticas. Al igual que en los vuelos en globo, los animales fueron enviados en cohetes antes de saber si un ser vivo podría resistir y sobrevivir un viaje al espacio, cuenta Diana Arango, divulgadora científica, quien estuvo a cargo de la asesoría a la sala sobre animales en el espacio del Planetario de Medellín. Los instrumentos monitorearon diversas respuestas fisiológicas a medida que los animales experimentaban las tensiones del lanzamiento, la reentrada y el entorno sin peso.

Luis Kamil Buitrago, biólogo evolucionista y divulgador científico del Parque Explora, hace énfasis en que la selección de la especie a enviar “obedece a intereses específicos de investigación”.

El entrenador de animales de Cabo Cañaveral, Florida, muestra al chimpancé Ham antes de viajar al espacio. FOTO Nasa
El entrenador de animales de Cabo Cañaveral, Florida, muestra al chimpancé Ham antes de viajar al espacio. FOTO Nasa

De hecho, cuenta, hay una rama de la biología llamada Evo-Devo o biología del desarrollo que tiene una aproximación sobre los seres vivos más allá de su propio genoma. “En realidad somos un consorcio mutualista de un montón de organismos, un ecosistema andante: somos más bacterias que humanos en términos de células y apenas se empieza a dilucidar el peso que tienen en muchos aspectos como la salud humana”.

Así que estudiar, por ejemplo, a los microbios en el espacio es clave: han sobrevivido y evolucionado durante más de 3.700 millones de años y se han encontrado en casi todos los entornos.

Vida ajustada al planeta

La gravedad influye en el diseño de los organismos terrestres. Galileo lo observó en 1638; reconoció que los animales grandes tienen huesos de peso relativamente más gruesos que los animales más pequeños. A medida que los animales aumentan en tamaño corporal, hay un crecimiento relativo del esqueleto, una propiedad conocida como el efecto de escala.

En 1975 Arthur H. Smith, de la Universidad de California, publicó Principles of gravitational biology en la revista científica Foundations of Space Biology and Medicine, en el que explica que “estas diferencias se deben a la influencia gravitatoria, ya que los mamíferos marinos tienen un tamaño esquelético menor que los mamíferos terrestres con un tamaño corporal comparable”.

Aún se envían organismos vivos al espacio con el fin de explorar algunas de las áreas más actualizadas de la investigación biológica. Los científicos se sorprenden repetidamente de que los descubrimientos en organismos simples sean relevantes para la biología humana, “lo que fomenta la transposición de los resultados de un sistema modelo a otro, y resalta el alcance de la conservación y el carácter común de las formas de vida”, dijo Stephen Blair Hedges del Departamento de Astrobiología de la Nasa en su artículo The origin and evolution of model organisms publicado en 2002 en Nature Reviews.

Laika y los otros mamíferos

La fotogénica perrita, recogida en las calles de Moscú, dio cuatro vueltas a la Tierra antes de fallecer como consecuencia del calor y del estrés el 3 de noviembre de 1957. Los soviéticos sabían que el Sputnik 2 no estaba preparado para una reentrada segura a la atmósfera terrestre. Era una muerte anunciada: Laika no sobreviviría al vuelo de cuatro días. Los científicos planearon envenenarla progresivamente durante su estancia en la cápsula, pero no fue así. Ella resistió unas seis horas luego del despegue y la causa de su fallecimiento no fue revelada hasta décadas después de que se produjera el vuelo. Después de Laika la Unión Soviética envió 12 perros más, de los cuales cinco volvieron vivos a la Tierra.

El comandante de la nave de recuperación saludó al chimpancé Ham después de su exitoso vuelo en el cohete Mercury-Redstone en 1961. FOTO Nasa
El comandante de la nave de recuperación saludó al chimpancé Ham después de su exitoso vuelo en el cohete Mercury-Redstone en 1961. FOTO Nasa

Albert II se convirtió en el primer mono en el espacio el 4 de junio de 1949. Alcanzó una altura de 134 km, pero murió en el impacto cuando el paracaídas falló. Un mono anterior, Albert I, murió cuando el cohete V-2 falló antes de alcanzar la altura máxima. Otros dos monos, Alberto III y IV también fallecieron cuando sus cohetes fallaron. 32 monos han volado al espacio.

Un ratón lanzado el 15 de agosto de 1950 alcanzó una altitud de 137 km, pero murió cuando el cohete se desintegró debido a la falla del paracaídas. Varios otros ratones fueron lanzados durante esa década.

¿Quién regula?

Las regulaciones para la investigación con animales son más estrictas que para las personas en la investigación, porque los humanos pueden dar su consentimiento, mientras otros animales no pueden objetar.

Con el uso de seres vivos en la biología espacial, la investigación conlleva la responsabilidad de realizarla de manera ética y humana. Por eso para todas las que se hacen las organizaciones deben presentar los protocolos de animales para su aprobación por un Comité Institucional de Cuidado y Uso de Animales (IACUC por sus siglas en inglés).

Este verifica que los estudios con animales sean necesarios y que los protocolos de experimentación y los procedimientos de cuidado cumplan con las pautas de bienestar animal. Esta institución y las agencias espaciales se aseguran de que el número de muestras utilizadas es el mínimo requerido para obtener resultados científicos válidos, así como que los protocolos experimentales estén diseñados para minimizar la angustia, el dolor y el sufrimiento. Dicen ellos que sus reglas de alojamiento de animales son más exigentes que los requisitos para los centros de cuidado diurno de niños humanos.

Además de prepararse para la eventualidad de la exploración espacial a largo plazo, estos mismos estudios “aumentan el conocimiento de los procesos biológicos básicos y proporcionan información sobre los mecanismos y tratamiento de diversas afecciones médicas en la Tierra”, dijo el astrobiólogo de Nasa Kenneth Souza en su estudio de 1991 a 1998: La vida en el espacio.

Resultados científicos que no se logran fácilmente.

Contexto de la Noticia

Astronautas no humanos TOP 10

Mosca de la fruta 1946

Mono 1948

Ratón 1950

Perro 1951

Conejillo de indias 1961

Rana pipiens 1961

Peces 1973

Arañas 1973

Tortugas 1973

Salamandras 1985

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