La capacidad de pensar en imágenes consolidadas con la mente parece obvio en la naturaleza humana. Sin embargo, existe una condición conocida como afantasía, que es diagnosticada en alrededor de 1 % de la población y se distingue por la incapacidad de generar imágenes en la mente, ya sea de objetos, personas o lugares. Por ejemplo, piense en una manzana o en el rostro de sus padres, su mente traerá una imagen consolidada, pero estas personas son incapaces de recrearlas en su cabeza.
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Una revisión científica publicada en la revista Trend in Cognitive Sciences ha profundizado recientemente en el conocimiento de este rasgo y ha concluido que está asociado con una reducción de la memoria autobiográfica y el reconocimiento facial. Además, se asoció que es más común en individuos con autismo o con tendencia a ocupaciones científicas.
Y es que el imaginario contiene la experiencia de las propiedades sensoriales de objetos o actividades cuando están ausentes y con un proceso neurológico, las imágenes llegan a la mente. El País de España entrevistó a Adam Zeman, profesor de la Universidad de Exeter en Reino Unido y explicó que esto es “Una falta de imaginario visual, a menudo, también de otro imaginario sensorial, pero las personas con afantasía pueden ser imaginativas en el sentido de la creatividad”, expuso el científico al diario europeo.
Dentro de sus datos recopilados en este trabajo, Zeman informa a El País que el 1 % de la población experimenta una afantasía profunda, aunque hay un espectro variable, destacando que entre el 2 % y el 6 % de los ciudadanos tienen un imaginario visual “vago y tenue”.