Más del 40% de los trabajadores del mundo se sienten agotados. Ese fue el resultado de un informe publicado este año por la compañía Future Forum, en el que se tuvo en cuenta a 10.766 personas de seis países. Ese agotamiento recibe el nombre de burnout y es la causa de preocupación entre los médicos y los empresarios.
Los datos son específicos y contundentes. Los jóvenes entre los 18 a 29 años tienen un 29% más de probabilidades de padecer este síndrome —el 49% de los jóvenes dice sentirse agotado en su trabajo en comparación con el 38% de los trabajadores mayores de 30 años—.
Las mujeres tienen más chances de padecer ese cansancio laboral. En comparación con los hombres, hay un 32% más de probabilidades de que ellas experimenten agotamiento. Y, también hay un asunto jerárquico, pues los mandos intermedios tienen un alto riesgo de agotamiento con un 43%, seguido de colaboradores individuales con un 40%, la alta dirección con un 37% y los ejecutivos con un 32%. Las cifras demuestran que en el escenario laboral hay muchas personas con burnout. Esta problemática también ha crecido en Colombia.
En el informe MMB Health on demand de este año de la empresa Marsh, se analizaron los datos de 14.000 empleados de 13 naciones a nivel global. De Colombia fueron tenidos en cuenta 1.000 empleados. Las cifras son muy reveladoras: tres de cada cinco trabajadores sienten que sus empleadores no los apoyaron ni pensaron en su bienestar durante la pandemia y el 57% de ellos manifestaron sentirse extremadamente estresados. Es decir más de la mitad de los consultados tendría burnout.
¿De qué se trata?
Este síndrome aparece cuando una persona se siente agotada en su trabajo y presenta niveles de estrés altos. Se manifiesta con agotamiento físico y emocional y, según la psicóloga Melisa Parra Muñoz, de cada cinco empleados de una organización, dos de ellos tienen ‘burnout’.
Fue declarado un síndrome a inicios del siglo por la Organización Mundial de la Salud, al considerarlo un factor de riesgo laboral que puede afectar la calidad de vida, salud mental y hasta poner en riesgo a la persona. “Este es una de las principales causas de ausentismo laboral por una fatiga crónica a nivel emocional y físico”, expresó Lina María Serna, psicóloga de Sura.
Sus síntomas son estrés, desmotivación para trabajar, frecuente irritación, dificultad para concentrarse, apatía, poco interés en ayudar, sentimiento de infelicidad que se expande a la familia y al círculo social, ansiedad, problemas de sueño y un bajo desempeño laboral.
¿Por qué aumenta en el mundo?
La psicóloga Melisa Parra Muñoz confesó que en su consultorio cada vez es más frecuente que las personas se sientan decaídas o ansiosas. De hecho, el síndrome empezó principalmente en médicos, psicólogos, policías y bomberos, personas que están en trabajos donde atienden a otras personas.
El primero que lo estudió fue el psiquiatra Herbert J. Freudenberger, quien se centró en sus colegas que trabajaban con consumidores de drogas.
El síndrome se trasladó a todos los escenarios laborales y cualquier persona puede padecerlo. La sobreproductividad, el acoso laboral, las exigencias personales y, en general, los estilos de vida hiperproductivos son algunos de los factores más comunes del agotamiento laboral. Sin embargo, la psicóloga Luisa Fernanda Vallejo Sánchez considera que ahora está aumentando más por las secuelas de la pandemia.
“La pandemia marcó un precedente no solo en el desarrollo de las actividades, la forma de ver el mundo, la percepción de sí mismo y la forma de relacionarse con los otros sino que generó un deterioro en la salud mental de la gente. La adaptación a un alto nivel de exigencia el día de hoy, no es el mismo que se pudiera tener en el 2019, donde las personas venían con un ritmo continuo de trabajo”, dijo.
Agregó que “no se puede obviar el hecho de que en países como Colombia, para la clase obrera, las jornadas son muy extensas y las condiciones laborales no son dignas, lo que genera incertidumbre y hace que haya burnout”.
La psicóloga Estefanía Builes Arango expresó que en el aumento del agotamiento laboral inciden factores económicos, políticos y sociales. Sin embargo, consideró que lo más relevante es que “el mundo carga con creencias irracionales como ‘si no se mata trabajando, no va a salir adelante’, ‘todo en la vida lo tiene que luchar y sudar, porque nada en la vida es fácil’, sin sacrificio no hay gloria’, ‘si quiere ser alguien en la vida debe trabajar como un burro’ y se convierte en la única vía para el individuo en lo relacionado a lo económico y laboral”.
También expresó que el ego también puede desencadenarlo: “cuánto gana en el trabajo, cuánto tiempo trabaja, qué tipo de trabajo tiene y qué se puede comprar con lo que se gana en ese o en esos trabajos”, indicó.
Y, por último, se refirió al sistema educativo en el que “no enseñan a gestionar de manera sana y funcional las emociones, tampoco a cómo se deben poner límites, en qué momento hacerlo —no solo a los demás sino a sí mismo—, cuándo se sobreexige y si no escucha a su cuerpo, mente y emociones”.
Para prevenir el burnout es esencial hacer actividades que le apasionen, mantener buenos hábitos alimenticios, hacer ejercicio, ir a terapia psicológica, respetar los horarios de trabajo, delegar trabajo, propiciar espacios familiares y estar consciente del entorno que lo rodea. No deje que el estrés laboral coja ventaja.