Espacios con más de 20 personas sin una sola ventana, letrinas sin sistema de alcantarillado inundadas de parásitos, ausencia de acueductos y agua potable. Esas eran las condiciones en las que vivieron la mayoría de humanos del mundo en los siglo XVIII y XIX. Enfermedades infecciosas como una diarrea, una gripa o una laringitis eran mortales por las condiciones de salubridad, cuenta Jorge Rodríguez, investigador del Instituto de Salud Pública de la Universidad Javeriana.
Para salvar vidas hubo que invertir en sistemas de alcantarillado, ventilación y tratamientos de agua, pero la gente seguía muriendo de enfermedades infecciosas como tuberculosis, viruela y sarampión, hasta que en el siglo XX se hicieron campañas de inmunización masivas. “Después del agua potable, la estrategia más efectiva para controlar una enfermedad infecciosa ha sido la vacunación”, dice Gabriela Zambrano, máster en infectología y docente investigadora.
El mayor hito de esta estrategia sucedió en mayo de 1980, cuando la Asamblea Mundial de Salud anunció que la viruela había sido erradicada de la Tierra. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta enfermedad —que causaba síntomas como diarrea, dolorosas erupciones en la piel y fiebre— “asoló a la humanidad al menos 3.000 años y solo en el siglo XX acabó con la vida de 300 millones de personas”.
El año pasado, en la celebración de los 40 años de este logro de la humanidad, el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, recalcó que esta es “la única enfermedad erradicada en la historia de la humanidad, una prueba de lo que podemos conseguir cuando las naciones trabajamos juntas”.
Entre todos
En la actualidad existen aproximadamente 20 vacunas para enfermedades como el tétano, la tos ferina, la gripe y el sarampión que, unidas, salvan entre dos y tres millones de vidas cada año, según datos de la OMS (Ver Informe al final de la nota).
“Uno de los mayores logros de las vacunas ha sido la disminución de la mortalidad por este tipo de enfermedades. En el siglo anterior, millones de personas fallecían debido a ellas o quedaban con malformaciones de por vida si les daba poliomielitis. Si bien esta no ha sido erradicada, gran parte del mundo ya se encuentra sin polio”, señala Inti Kory Quevedo, médica salubrista con experiencia en planes de vacunación.
Y aunque existe la Iniciativa de Erradicación Mundial de la Poliomielitis, una alianza entre entes públicos y privados de vacunación, hay tres países en los que no se ha logrado detener la enfermedad: Afganistán, Nigeria y Pakistán, de acuerdo con datos de esta iniciativa. Sin embargo, se calcula que en 1988 había más de 350.000 casos en el mundo y en 2016 solo se notificaron 37; es decir, el número ha disminuido más del 99 %. Esto ha evitado más de 16 millones de parálisis corporales, uno de los síntomas de la infección, que ataca sobre todo a menores de 5 años. América erradicó esta afección en 1990, dice un informe de la Organización Panamericana de Salud (OPS).
Otra enfermedad en la que se han disminuido las muertes, y se considera un logro de las campañas de inmunización, es el sarampión. Contra esta infección —que puede ser mortal y causa erupciones cutáneas y fiebre alta—, se ha hecho vacunación masiva desde hace 50 años y la OPS estima que se evitaron 15,6 millones de muertes en todo el mundo entre 2000 y 2013.
Esta sería la quinta infección que estaría erradicada de América, declaró la OPS en 2016: la tercera y cuarta fueron la rubéola y la rubéola congénita en 2015. Aunque se ha demostrado que la vacuna es segura y económica, en 2017 hubo un brote de sarampión y se registraron 110.000 fallecimientos en todo el mundo por esta causa, reseñan informes de la OMS. En abril de 2019 esta entidad alertó sobre un aumento del 300 % de los brotes.
¿Y por qué sigue muriendo gente si hay una forma de prevenirlo desde hace más de 50 años? De hecho, la primera vacuna fue desarrollada en 1789 por el médico inglés Edward Jenner, pero en el siglo XX se convirtió en un medicamento biológico de uso masivo para controlar infecciones, según explica Rodríguez. El Centro de Control y Prevención de Enfermedades Infecciosas de EE. UU. (CDC) indica en su sitio web tres razones: las personas no se vacunan a tiempo, creen que son inmunes pero no lo son y no tienen documentos sobre su vacunación o las personas se niegan a vacunarse por razones filosóficas, religiosas o personales.