El agua, las reformas borbónicas y el desarrollo cultural, industrial y económico son algunas de las razones que explican cómo un asentamiento indígena, con apenas 300 habitantes en el siglo XVII, en 1826 se convierte en la capital del departamento.
El crecimiento demográfico de la población, con personas que arribaron desde los pueblos cercanos, y la presencia del río atravesando la ciudad, fueron claves para marcar el destino y definir a Medellín como el centro político y económico, pues la ciudad empezó a ser el acopio y punto de partida de las rutas comerciales, convirtiéndola en un nodo estratégico para el desarrollo. A continuación, presentamos una mirada rápida a algunas de las razones que la llevaron a ser la capital de Antioquia.
Así nació la villa
En 1616 el visitador y oidor Francisco de Herrera Campuzano formó El Poblado de San Lorenzo de Aburrá, un asentamiento de indígenas nutabés, ebéjicos, maníes y aburraés, en lo que hoy se conoce como el barrio El Poblado.
De acuerdo con Adolfo León Maya, profesor investigador de la Universidad Eafit, el nombre es resultado de la matriz religiosa que permea la historia de la ciudad. “También ocurre entre 1674 y 1675 cuando el territorio alcanza la categoría de villa y recibe el nombre de La Villa de Nuestra Señora de la Candelaria de Medellín”.
El agua, un eje estructurante
Medellín tiene 4.217 quebradas, un aspecto vital en la configuración urbana. Al respecto, el profesor señala que “el agua para nosotros es un elemento que ha configurado el paisaje, no es solamente una referencia geográfica. No sé cuántas ciudades pueden decir que tienen 4.217 quebradas y un río que la atraviesa de sur a norte”. Eso es una ventaja comparativa pues ha sido el eje del desarrollo urbano.
El crecimiento también estuvo relacionado por su cercanía con ríos importantes como el Magdalena, donde se asentó el proceso colonial; y el Cauca, que a partir del Siglo XVIII se convirtió en el eje de la colonización antioqueña.
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Reformas borbónicas
A medida que se daban procesos de expansión y fortalecimiento de actividades como la explotación aurífera, con Santa Fe de Antioquia como capital y punto de convergencia de los proyectos mineros de occidente, en el Siglo XVIII se adelantaban reformas borbónicas que condujeron a la ruptura con las monarquías absolutistas para dar paso a la república. Medellín mientras tanto estaba dando saltos cualitativos en términos de actividades productivas y cuantitativos con respecto a la población.
Desarrollo cultural e industrial
La élite intelectual y económica trajo de Europa saberes y avances como la fotografía. Adolfo León Maya recuerda que Pastor Restrepo desarrolló la primera versión de los álbumes familiares. “La gente iba a una casa y dejaba la tarjeta. Entonces, la familia la guardaba en un cofre y al final del año hacía el recuento de cuántas personas los habían visitado”.
La minería, la madera, y los textiles marcaron el camino, junto con la cultura, para el desarrollo económico que posibilitaría la transformación de Medellín en una ciudad industrial.