Eran las 6:58 de la tarde del 29 de diciembre de 2023 cuando Andrés Fernando Arboleda —conocido como Andretti—, un colombiano nacido en Jumbo, Valle, registró por azar, desde el patio de su casa, el noveno impacto a Júpiter capturado en la historia de la humanidad. El primero se registró en 1994, y se trató de un cometa llamado Shoemaker-Levy 9, convirtiéndose en la primera observación directa de una colisión entre objetos del Sistema Solar.
Andrés es ingeniero mecánico, astrónomo y fotógrafo aficionado y miembro de la Corporación de Astrofotografía de Medellín y Oriente, Camo. También, por más de 30 años, se ha dedicado a la construcción de telescopios; él mismo construyó el equipo con el que observó este impacto, incluso sus espejos.
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“Hace muchos años vengo observando el cielo y el 29 de diciembre no fue la excepción. Así como suelo hacer semanalmente, ese día fui a la terraza a mirar al cielo y enfoqué específicamente a Júpiter porque era la temporada para visualizarlo fácilmente, así que lo enfoqué y empiezo a sacar videos que duran entre 50 segundos y 1 minuto y 30 segundos. Yo hacía videos y de repente vi un destello que duró 1.4 segundos, es algo que ocurre en muy poco tiempo”, dice.
Sin estar muy seguro de lo que observó, el hombre revisó el video y lo compartió en un grupo de WhatsaApp de Constelación Colombia, donde otros astrofotógrafos aficionados, que realizan registros fuera de este mundo, se unen a la hipótesis probable de haber logrado capturar un ‘gran impacto’. En este caso, ‘gran’ se refiere a que tuvo que ser un evento de tal magnitud para que pudiese ser visible desde nuestro planeta, recordando que Júpiter está a 590 millones de kilómetros en su punto más cercano a la Tierra.
Fue el aficionado Marc Delxroix quien confirmó esta vez el impacto sobre Júpiter, al registrarlo en el software DeTeCt, confirmando lo que Andretti registró desde Cali, Colombia.
Sobre los impactos a Júpiter
Los impactos sobre Júpiter suelen ser de objetos celestes, ya sea asteroides o cometas. Sin embargo, todavía no se ha podido establecer qué tipo de impacto fue el que ocurrió ese 29 de diciembre en el quinto planta del Sistema Solar.
Esto se debe a que el planeta tiene una masa equivalente a dos veces y media la suma de las masas de otros planetas. Esto lo hace el segundo objeto de mayor masa del Sistema Solar, solo vencido por el Sol.
Júpiter tiene una esfera de influencia gravitacional de aproximadamente 50 millones de kilómetros de radio, que permite capturar diferentes objetos. Esto significa que los impactos en este planeta son comunes, lo que no lo es, es que desde la Tierra los humanos vean este fenómeno astronómico.
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El equipo que lo acompañó
Cada día que Andrés Fernando Arboleda mira al cielo, lleva consigo todo su equipo fotográfico y con él atraviesa toda su casa para llegar al patio. Esta vez indica que el impacto lo logró con su telescopio actual: un Dobson de 10” que él mismo construyó.
También lo logró con ayuda de su cámara ZWO462 y una computadora que, por fortuna, funcionó aquel día, ya que a veces se bloquea al abrir la aplicación Firecapture, que usan los aficionados para hacer este tipo de videos.
Un dato que entregó Andrés Felipe es que ocho de estos nueve impactos sobre Júpiter los han registrado personas aficionadas. Solo uno lo lograron registrar científicos.
“Esta es una de las áreas en las que nosotros como aficionados podemos aportar a la ciencia, ya que ellos se encargan de estudiar el impacto y evaluar lo que posiblemente ocurrió, la región de donde proviene el objeto, el sitio donde impactó, el tamaño del objeto, si es un cometa o un asteroide, entre otros datos”, detalla Arboleda.
El valor científico
Luego de que Andrés Arboleda confirmara que lo visto fue un impacto, compartió las imágenes en redes sociales y la comunidad científica no tardó en contactarse con él para que compartiera los videos y poder estudiar este evento astronómico.
De este registro, Jorge Iván Zuluaga Callejas, profesor titular de Física y Astronomía de la Universidad de Antioquia, afirma que hay potencial de material científico por explorar y los datos son únicos, pues cualquier impacto sobre Júpiter contribuye a tener una idea de la frecuencia con la que recibe impactos de diversos objetos como asteroides o cometas.
“Debido a que usualmente recibe un par de impactos al año, ya es más frecuente escuchar sobre estos sucesos, pero el conteo continúa siendo muy importante. A pesar de ello, este registro en particular es clave porque tiene la referencia de Ío, uno de los satélites de Júpiter, un cuerpo conocido y casi puntual en la imagen que puede ayudar a determinar mejor, otros aspectos sobre el objeto que impactó al gigante gaseoso”, agrega el astrofísico antioqueño.
También opina que hay suficiente información para conocer la curva de luz del evento, la energía implicada y al sumar la luz del disco de Júpiter, estimar el brillo del impacto para establecer el posible tamaño del objeto.
En la Universidad de Antioquia se han realizado investigaciones de la procedencia de objetos impactados en la Tierra y en la Luna, dando como resultado la publicación de varios artículos, pero hasta ahora, aún no se han practicado sobre Júpiter. Por ello Zuluaga ratifica la importancia de este potencial, en el que ve positivamente que otros investigadores, científicos y aficionados, puedan articularse para contribuir a elaborar las hipótesis más cercanas a lo que ese 29 de diciembre, sucedió en Júpiter.
Desde acá están atentos a investigadores nacionales e internacionales que soliciten el registro del impacto desde Colombia para continuar el estudio de este fenómeno.