En el momento en que se presenta un paro cardíaco, la sangre deja de llegar a todos los órganos del cuerpo. Inmediatamente cesa la respiración y por ende se produce la pérdida del conocimiento. Esta última se presenta porque el cerebro, que se alimenta del oxígeno y la glucosa, ve limitada su entrada de nutrientes por falta de sangre. Según el DANE, 51.988 muertes se presentaron en 2021 en el país por paros cardíacos.
“Esa pérdida súbita y completa de la función cardíaca es una de las principales características de este evento. De hecho, sería más apropiado llamarlo paro cardiorespiratorio porque afecta el corazón, la respiración e incluso el cerebro”, afirma Rubén Torres, líder del equipo de Reanimación e instructor de Reanimación AHA del Hospital San Vicente Fundación.
Entre los factores de riesgo de esta afección se encuentran las enfermedades como la presión arterial, la diabetes, la dislipidemia, el sedentarismo y el consumo de sustancias psicoactivas.
“Asimismo, una de las principales causas es la arritmia cardíaca, que casi siempre es secundaria a un infarto agudo de miocardio, es decir, una obstrucción del flujo sanguíneo”, dice Viviana Quintero Yepes, médica especialista en Medicina Interna y Cardiología de la Clínica El Rosario.
Tipos de paros cardíacos