La Agencia Espacial de la Nasa sigue avanzando en la misión de regresar a la Luna, a través de su proyecto Artemis. Una tripulación de astronautas se prepara para viajar hasta el satélite en condiciones mejores o similares con las que llegó Neil Armstrong en 1969.
El equipo de la Nasa se encuentra diseñando los robots de Cadre, una serie de rovers que viajarán primero a la Luna, para después indicarle a los astronautas cuál será el mejor momento para llegar a la Luna. La entidad había anunciado meses atrás de esta tecnología, pero solo hasta esta semana compartió con la opinión pública los últimos detalles sobre su funcionamiento.
Se estima que estas creaciones robóticas funcionarán como “mascotas” del proyecto Artemis y serán las principales protagonistas.
Mini rovers, robots miniaturas que explorarán la Luna
La Nasa, a través del sitio oficial de Jet Propulsion Laboratory (JPL), ha revelado buena parte de los detalles sobre las últimas fases del funcionamiento de este proyecto de exploración lunar a través de los mini rovers llamados Cadre, que significan por sus siglas en inglés, Exploración Robótica Distribuida Autónoma Cooperativa.
Estos pequeños robots especiales, del tamaño de una maleta de mano, ayudarán a mapear al equipo encargado de esta misión a la superficie lunar y probar la viabilidad de que la exploración continúe con un grupo de astronautas.
Diseñados en el JPL de la Nasa, los rovers Cadre, aunque fueron construidos para operar de forma autónoma, comparten datos entre sí para maximizar la eficiencia y cobertura del terreno, por lo cual, aunque estos robots integren funciones autómatas, también realizarán labores de exploración tradicional.
Durante un día lunar, equivalente a dos semanas terrestres, estos robots realizarán un mapeo detallado de la superficie lunar, utilizando un radar para obtener información del subsuelo. Lo que será de gran ayuda para la tripulación del Artemis en exploraciones futuras tripuladas.
Antes de su lanzamiento, los rovers Cadre están siendo sometidos a una serie de pruebas rigurosas para garantizar su resistencia a las condiciones extremas del espacio.
Estos tests incluyen la simulación del vacío espacial, temperaturas extremas, su avance por superficie resbaladizas, la evaluación de la capacidad de los rovers para navegar en diferentes terrenos y mantener la formación incluso con baja batería y hasta las vibraciones intensas similares a las del lanzamiento de un cohete.
“Es muy estresante presenciar las pruebas. Utilizamos componentes comerciales cuidadosamente seleccionados, y aunque esperamos que funcionen, siempre hay cierta incertidumbre. Afortunadamente, todas las pruebas han sido un éxito hasta ahora”, compartió Guy Zohar, director del sistema de vuelo del proyecto CADRE en el JPL.