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¿Moda hecha a la medida de cuerpos diversos?

La ropa enfocada en poblaciones con requerimientos especiales es poco común. Le contamos porqué.

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¿Moda hecha a la medida de cuerpos diversos?
17 de febrero de 2021
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Para vestirse en las mañanas, usted probablemente elige, de acuerdo con la ocasión, un pantalón o una falda entre las varias que tiene, con una camisa que le combine y unos zapatos cómodos pero bonitos. Busca entre materiales, texturas, colores y estilos el que más se le antoje y se los pone, así, sin más.

Si el pantalón le incomoda, se lo cambia, y si la etiqueta de la camisa le pica, se rasca y se la quita. Y para comprar, una vez en las tiendas, las dificultades más comunes son encontrar la talla adecuada, otro color o una prenda que sí realce su figura.

La historia es diferente para Luis Fernando Restrepo. Tiene paraplejia por lesión medular, así que desde hace 28 años se mueve con ayuda de una silla de ruedas, y ya tiene una lista completa de lo que debe elegir o evitar en las prendas de vestir.

No compra pantalones de jean o telas “toscas”, busca sudaderas en materiales suaves para evitar heridas por presión (escaras) y en colores oscuros, como gris o negro, para no ensuciarlas luego de tocar las ruedas de la silla; camisetas que permitan libertad de movimiento; zapatos en bota para tener más soporte en el tobillo, que a veces se tuerce hacia los lados y ropa interior sin costuras posteriores, para no tallarse al estar sentado.

Se puede vestir solo y solo pide ayuda a su esposa para combinar mejor los colores, pero hay muchas personas, con otros tipos o condiciones similares, que sí requieren asistencia para acceder a la vestimenta cuando esta no está adaptada.

Así le ocurre, en ocasiones, a Kevin Andrés Brito Zapata, que tiene discapacidad visual. Cuando sus pantalonetas o camisetas no tienen alguna textura específica, se las ha llegado a poner al revés.

Y a Camilo Builes Martínez, también con requerimientos visuales, le pasa que desde que entra en las tiendas se encuentra con obstáculos: “no hay inclusión, porque no hay espacios para transitar y guiar a las personas con discapacidad visual”. Aunque la moda le atrae, porque dice que define el estilo de las personas, cuenta que le gustaría encontrarse con lugares donde las prendas estén distribuidas por colores y con tallaje y detalles en relieve o braille, para que puedan elegir con libertad.

A otras personas, como a adultos y niños con autismo, algunos factores les resultan desencadenantes sensoriales, como el deshilachado, los cierres y las etiquetas ásperas, y terminan afectando el desarrollo de su día a día.

Como ellos, hay otras 3.134.036 personas con algún tipo de dificultad en el funcionamiento humano, según el Censo del 2018 del Dane, 46,0 % hombres y 54,0 % mujeres, que pueden requerir prendas específicas al momento de vestirse.

Aunque el Dane divide las limitaciones en nueve, son innumerables las variaciones y diferentes requerimientos que existen: 27,9 % del total tiene dificultad para mover el cuerpo, caminar o subir y bajar escaleras, 4,3 % para agarrar o mover objetos con las manos y 37,7 % para ver de cerca, de lejos o alrededor, solo por decir algunos.

¿Moda hecha a la medida de cuerpos diversos?

Foto cortesía inclúyeme

¿La moda es incluyente?

Hace unas semanas la empresa Nike anunció que, para finales de este año, lanzarán un zapato deportivo que no requiere usar las manos para ponerse o quitarse, permitiendo independencia para personas embarazadas o con limitaciones físicas, pero que puede ser usado por cualquiera. Este prototipo puso sobre la mesa, una vez más, el tema de inclusión en la moda.

Ángela María Echeverri Jaramillo, profesora e investigadora de la Facultad de Diseño de Vestuario de la Universidad Pontificia Bolivariana, aclaró que la moda va más allá de la ropa, que responde a lo socialmente aceptado y que cambia rápidamente, obligando a consumir de forma acelerada.

Contó que, aunque es indispensable, la indumentaria para personas con limitaciones es un terreno poco explorado ya que la producción creativa “responde a ideales del capitalismo de occidente que no permiten ver para otro lado: persona joven, aliviada y con plata”.

Martha Calad, consultora de moda, agregó que hay perfiles de consumidor de acuerdo con estilos de vida marcados, que permiten que haya ofertas, “entonces la moda proporciona el medio para que las personas expresen su interior a través de lo que usan, para comunicar”, pero que al hablar de requerimientos específicos, se vuelven nichos de mercado pequeños que no resultan rentables para las marcas.

Maria Alejandra Osorio González, fundadora de la marca Laatu Moda Inclusiva, luego de un estudio de mercado, concluyó que hay cosas en común entre las personas con funcionalidades diversas: “Requerimientos diferentes a los del público regular pero tienen deseos de pertenecer, de no sentirse aislados. Además, quieren usar las mismas prendas, vestirse solos, y acceder al universo de la estética, la belleza, poder explorar”.

Las principales barreras con las que se encuentran son la forma de acceder a la prenda, los materiales y textiles utilizados y la estética, contó Osorio. Así, sería ideal accesos laterales en pantalones que permitan ponerse estando sentados, o cierres o velcra en camisas o zapatos para tener independencia, telas suaves que absorben la humedad y la evaporen, como el algodón y estilos que vayan más allá del deportivo “y les permita explorar la feminidad y la moda”. (Ver gráfico).

Infográfico

Sin embargo, la mayor dificultad tanto para las marcas y emprendimientos incluyentes como para las mismas poblaciones es la economía. Las estadísticas indican que las personas con dificultades para realizar alguna actividad están, sobre todo, en estratos 1, 2 y 3. El censo indica que 37,3 % (866.779 personas) viven en estrato 1, 34,2 % (794.578) en 2 y 17,9 % (416.305) en 3, siendo mayoría. Y que no cuentan con las mismas oportunidades de empleo: solo 45 % tiene acceso simultáneo a oportunidades sociales y productivas.

“En muchos casos, ellos requieren terapias de rehabilitación o fisioterapias, espacios adaptados, herramientas que resultan costosas, enfermeros o cuidadores y una red de apoyo grande. Todo eso es muy costoso. Si a veces no pueden pagar tratamientos, menos van a priorizar la vestimenta”, contó Echeverri.

Además, la producción de estas prendas tiene costos superiores y más trabajo “en la UPB hicimos las primeras muestras, pero no se vendieron por los precios que implicaron los insumos especiales, los moldes y porque se necesitaba más tela. Al final, un pantalón costaba dos o tres veces más que uno regular”, contó Osorio.

Los emprendimientos pequeños necesitarían un músculo financiero muy grande, añadió Echeverri, y las empresas grandes del país no tienen voluntad empresarial ni laboratorios de desarrollo de productos para incursionar en este mercado.

Calad agregó que a las marcas no les funciona pensar en mercados muy específicos, sino que deben buscar comodidad para la mayoría, pues necesitan ser rentables.

Luego de tres intentos con diferentes colecciones, Osorio se dio cuenta de esto y su marca Laatu, que nació en la universidad, ahora mira la inclusión desde otra perspectiva: están desarrollando prendas que cualquiera puede usar, con accesos laterales y telas suaves para ampliar su mercado, e incluirán a estas poblaciones en toda la cadena productiva: como modelos, confeccionadores y hasta como domiciliarios. Además, piensan en el medio ambiente y utilizan algodón mezclado con PET reciclado.

Foto cortesía Laatu

¿Moda hecha a la medida de cuerpos diversos?

Historias locales de éxito

Cada persona es diferente y tiene requerimientos específicos. Es verdad que lograr universalidad es imposible porque nadie es igual a nadie, pero hay marcas y pequeños emprendedores que buscan impactar a aquellos alrededor.

Viviana Zapata creó, con apoyo de su hijo Kevin, de 14 años, unas camisetas con estampados en braille para que quienes las usen puedan leer lo que en ellas está escrito. Además, tienen el color también en relieve.

Su nueva línea, con frases como “cuando te vea te pago”, “el amor es ciego” y “ojos que no ven, corazón que sí siente”, estará pronto disponible en la página web de la marca: inklúyeme.com

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89,4%
de las personas con dificultades físicas y de movilidad viven en estratos 1, 2 y 3: Dane.
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