Al inicio de cada año aparecen dos fechas importantes: el 31 de enero, fecha límite para pagar los intereses de las cesantías, y el 14 de febrero, fecha límite para que las empresas consignen en los fondos las cesantías de los trabajadores. Pero, ¿qué se puede hacer con el dinero?, ¿cómo se pueden retirar?
“El principal error consiste en cubrir antojos. Es importante recordar que se pueden utilizar para educación propia o del núcleo familiar, compra de vivienda, remodelación, o al finalizar un contrato laboral”, afirma Andrés Gallo, gerente de Soluciones Corporativas de Skandia.
A continuación, le contamos los mitos más frecuentes y cómo aprovecharlas mejor.
Mito 1
Las cesantías son un dinero extra
No, son una prestación social a la que tienen derecho los trabajadores formales en el país. Su objetivo es ser un respaldo si las personas quedan cesantes, es decir, desempleadas, para que puedan mantener su calidad de vida mientras encuentran un nuevo empleo.
“Equivalen a un mes de salario por cada año trabajado o proporcional al tiempo laborado. Es decir que no representan un salario adicional, por lo que el trabajador no puede disponer libremente de este dinero”, dice Ángela Maya, líder del negocio de Ahorro y Retiro de Protección.
Mito 2
Solo se pueden usar cuando se está desempleado
No, son una herramienta de ahorro y planeación financiera que contribuye a materializar sueños como tener vivienda propia o continuar estudios. Según datos de Protección, en 2024 el 44,1 % de desembolsos de cesantías fueron para compra y mejora de vivienda y el 9,9 % se destinó para educación.
Mito 3
Se pueden utilizar para lo que se desea
No, cuando un trabajador requiere hacer uso de ellas debe justificar su solicitud ante el empleador y el fondo de cesantías. Debe demostrar que los recursos serán destinados a los fines permitidos por la ley, como compra o mejora de vivienda, pago de educación o respaldo económico en situaciones de desempleo.
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Mito 4
No se puede elegir cómo invertir las cesantías
Se puede hacer mediante dos portafolios, uno de corto y otro de largo plazo, o pueden combinarlos en subcuentas, según sus metas. El portafolio de corto plazo es ideal para perfiles conservadores o retiros rápidos, mientras que el de largo plazo se orienta a proyectos como adquirir vivienda o afrontar desempleo.
Mito 5
Las cesantías no se heredan
En el momento en que fallece un trabajador, sus cesantías pueden ser reclamadas por sus herederos. Este recurso forma parte de los activos a lo que tienen derechos sus beneficiarios en la sucesión. Para realizarlo, se debe hacer la gestión con la empresa y el fondo de cesantías correspondiente.
Mito 6
Retirarlas es muy complejo
El proceso de retiro de cesantías es sencillo y según el fondo puede ser hasta 100 % digital. Lo importante es tener la documentación que justifique para qué las van a utilizar.