Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

language COL arrow_drop_down

Lo que su médico no sabe sobre nutrición

Las causas de muerte en Antioquia han cambiado en los últimos años. Esto obliga a médicos a actualizarse.

  • Las causas de muerte en Antioquia han cambiado en los últimos años. Esto obliga a médicos a actualizarse. FOTO
    Las causas de muerte en Antioquia han cambiado en los últimos años. Esto obliga a médicos a actualizarse. FOTO
13 de noviembre de 2019
bookmark

Expertos en tratar pero no siempre en prevenir, los médicos que no estén interesados en el tema no tienen conocimientos profundos sobre nutrición y pérdida de peso. ¿Deberían o esto es un asunto que deben dejar a los nutricionistas?

Santiago Rojas, médico especialista en cuidados paliativos oncológicos y un estudioso de las dietas en relación con la enfermedad, asegura que las facultades deberían promover conocimientos sobre el tema. Esto, a propósito de la amplia evidencia científica que ha encontrado relación entre el aumento de peso y el riesgo de enfermedades metabólicas y otras como la cardíaca o la diabetes.

En las escuelas de medicina, un plan de estudios estándar puede incluir un número obligatorio de horas para la nutrición, y esto varía según el lugar donde se esté capacitando el médico. En el caso de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, cuenta Carlos Palacio, el decano de la Facultad de Medicina de esta institución, “pueden ser más de 150 horas de formación sobre estos temas”.

Rojas recuerda que en su época vio una sola materia dedicada al conjunto de procesos y hábitos relacionados con la alimentación humana. Sin embargo eso fue en años en los que las principales causas de muerte no eran las enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes.

En 10 años las primeras causas de muerte cambiaron radicalmente. Para el 2008 eran las enfermedades infecciosas, hoy son enfermedades que no tienen cura y están acabando con vidas antes de tiempo, de acuerdo con las cifras que consolida el Dane.

Sobre este asunto llama la atención el nefrólogo Jason Fung, especialista en diabetes tipo 2 del hospital público de Scarborough en Toronto, y en su blog asegura que: “si un médico tiene experiencia con respecto a la dieta a menudo depende de su entrenamiento personal”.

Él asegura que, en términos generales, durante los cuatro años de la escuela de medicina que hizo, la cantidad total de tiempo dedicado a la nutrición fue de aproximadamente 10 a 20 horas. “Hice mi entrenamiento médico en la Universidad de Toronto y en la Universidad de California en Los Ángeles, y mi experiencia no fue diferente a la de la mayoría de las otras escuelas en América del Norte”.

Puede interesarle: “Si el estilo de vida lo enferma, este también lo puede sanar”

También describe que la facultad de medicina consistió en conferencias sobre nutrición en las que discutieron temas como las vías bioquímicas del metabolismo de la vitamina K o cómo se activa la vitamina D en el riñón y la piel. “Algunos pensarán que estos temas son de nutrición, pero en realidad están mucho más cerca de la bioquímica. Aprendí que la vitamina D se convierte en 25-hidroxivitamina D (también denominada calcitriol) en los riñones y luego se activa en la piel durante la exposición solar. Por lo tanto, no es un conocimiento muy útil cuando se trata de entender cómo ayudar a las personas a perder peso”.

La capacitación se extiende por más de una década y, sin embargo, doctores que se han especializado en el tema aseguran que casi no se presta atención a la nutrición o a la pregunta igualmente espinosa de cómo una persona debe abordar la pérdida de peso.

Los pequeños cambios

Rojas es de los que se formó al respecto al evidenciar su importancia, pero en la academia su conocimiento sobre la alimentación “era nulo”. Y sobre la academia anota que aún no logra encaminar a sus médicos hacia la prevención.

“El tratamiento es valiosisímo, y cada vez somos mejores en este, pero la prevención es igual de importante y allí los médicos fallamos”, dice.

Lo que la gente se pregunta es: ¿debería comer más carbohidratos?, ¿menos carbohidratos?, ¿más grasa?, ¿menos grasa?, ¿el exceso de azúcar o de sodio afecta a la salud?, ¿cómo puedo perder peso?

Pero incluso oncólogos entrevistados por Rojas no le prestan gran importancia a la dieta de sus pacientes; ante la pregunta sobre la alimentación sugieren mantener la dieta a su antojo. “Y no saben que para ayudar a que estos pacientes tengan mejor adherencia a sus medicamentos orales o quimioterapias, es indispensable un cambio de hábitos alimenticios, entre otras pequeñas modificaciones sobre su estilo de vida”, incide Rojas.

¿Los doctores ponen el acento en esos giros que parecen insignificantes pero podrían hacer la diferencia?

Norm Campbell, profesor de medicina y farmacología del Cumming School of Medicine, y miembro del Instituto O’Brien para la Salud Pública y el Instituto Cardiovascular Libin de Alberta, afirmó en videoconferencia que “pequeños cambios pueden hacer la diferencia. Y cita los siguientes datos: “reducir la presión arterial sistólica en una pequeña cantidad a través de la reducción de sal o de mejorar la dieta, puede reducir las tasas de mortalidad por accidente cerebrovascular en 1 de cada 7; enfermedad cardíaca en 1 de cada 11 y muerte prematura de 1 por cada 14.

Puede interesarle: La desnutrición que se camufla en la gordura

Los doctores saben que la obesidad desempeña papel dominante en las enfermedades metabólicas como diabetes tipo 2 y el síndrome metabólico. Y “estas enfermedades metabólicas aumentan el riesgo de enfermedades cardíacas, derrames cerebrales, cáncer, enfermedades renales, ceguera, amputaciones y mucho más”, complementa Rojas.

Esto es preocupante. ¿Los médicos entienden la importancia del aumento de peso en relación con la enfermedad, pero no lo suficiente como para informarse sobre cómo perder peso o lo que las personas deben o no deben comer?

Fung, que también es autor del libro El código de la obesidad (2016), relflexiona en su texto sobre si una pregunta natural de la comunidad médica debería ser: ¿qué puedo hacer para prevenir o revertir el aumento de peso? Es decir, cuál es la raíz, por qué. Pero, anuncia con pesadumbre que todo el plan de estudios de la escuela de medicina sobre la pérdida de peso se reduce en gran medida al antiguo consejo: comer menos, moverse más.

“Los médicos a menudo les dicen a los pacientes que pierdan peso. Sin embargo, lo que a menudo no les dicen es cómo hacerlo”, dice Fung.

Algunos, agrega, aseguran a sus pacientes que deben cortar alrededor de 500 calorías por día y perderá así cerca de una libra de grasa por semana. Pero, ¿prueban si funciona?

Si hay un nuevo medicamento para el cáncer de pulmón, por ejemplo, los médicos quieren saber de inmediato si presenta buen desempeño. Para perder peso, se aprende sobre este método de reducción de calorías, y nadie parece preguntar: ¿Funciona?

Puede leer: Parece obvio, pero no lo es: hay que alimentarse bien

Hay estudios que indican que las personas han probado ese método de pérdida de peso durante 50 años y, en la mayoría de los casos, no es eficaz a largo plazo. “La mayoría de los estudios sobre la restricción de calorías para perder peso fracasan de una manera u otra. La tasa de éxito es de alrededor del 1 por ciento. Los médicos fueron entrenados para dar consejos de pérdida de peso que tenían un índice de fracaso esperado del 99 por ciento”, se pregunta Fung.

A las dietas actuales, llenas de alimentos procesados y excesos de sal y azúcar, se les atribuye cerca del 36 % de las muertes, 1 de cada 4 tipos de cáncer, una reducción en el desempeño académico, depresión y ansiedad, insiste Campbell.

En muchos países ya se cayó en los tentáculos del sobrepeso y la obesidad; por su culpa para 2030 la cifra de diabéticos en el mundo se expandirá a 400 millones, anticipa el experto en diabetes tipo 2 Jordi Salas Salvado, del Hospital Universitari Sant Joan de Reus, en uno de sus artículos académicos.

Por esto si los médicos desean que las personas estén bien, deben comenzar a preocuparse por la nutrición y guiar a las personas a través de la pérdida de peso. Ya no hay excusa para no hacerlo.

Prevenir la hipertensión: el estudio DASH

Desarrollado por el National Institutes of Health, el estudio DASH demostró que consumir frutas y vegetales disminuye la presión arterial. Además, estableció que cuando a las frutas y vegetales les añades lácteos bajos en grasa y cereales integrales, y a la vez disminuyes la carne roja, los refrescos y el azúcar, la presión arterial desciende aún más. Los resultados fueron comparables a los obtenidos con los medicamentos disponibles cuando se llevó a cabo el estudio en 1997. Ahora bien, como la dieta DASH es baja en grasa, los investigadores se preguntaron, ¿qué pasaría si a esta dieta le aumentan la grasa o proteína? El efecto fue que la presión disminuyó aún más. Sí, el estudio OmniHeart, llevado a cabo por los mismos investigadores de DASH, demostró que esta última se puede mejorar. Eso sí, OmniHeart usó grasas y proteínas saludables. La grasa fue del tipo de aceite de oliva y una cantidad sustancial de la proteína fue vegetal.

Ahí tienes la clave, elimina la comida chatarra y disminuye la carne roja y los dulces. Sustitúyelos por frutas y vegetales frescos, cereales integrales grasas saludables como aceite de oliva extravirgen y proteínas vegetales como las lentejas, los garbanzos, los frijoles. En cuanto a los lácteos prefiera el yogur al queso, ya que tiene menos sal.

Al eliminar los productos ultraprocesados te librarás de gran parte de la sal. De esta forma no tendrás que excluirla totalmente cuando cocines. Sobre todo cuando las últimas y las más grandes investigaciones señalan que una cantidad módica de sal, en el contexto de una dieta sana donde abunden frutas y vegetales, no perjudica la salud. Para protegerte basta que la uses con moderación.

Las Metas diarias y semanales del plan de alimentación DASH para una dieta de 2,000 calorías por día: granos (seis a ocho porciones diarias); carnes, aves y pescado (seis o menos); vegetales (cuatro a cinco); frutas (cuatro a cinco); productos lácteos bajos en grasa o sin grasa (dos a tres); grasas y aceites (dos a tres); sodio (2.300 miligramos, pero 1.500 miligramos reduce aún más la presión arterial); frutos secos, semillas, frijoles secos y guisantes (cuatro a cinco); dulces (cinco o menos).

Y al seguir el plan de alimentación DASH, es importante elegir los alimentos que son: bajos en grasas saturadas y trans grasas, ricos en potasio, calcio, magnesio, fibra y proteínas y bajos en sodio.

40 %
de los adultos del mundo sufren de sobrepeso, de los cuales 650 millones son obesos: OMS.
El empleo que buscas
está a un clic

Nuestros portales

Club intelecto

Club intelecto
Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD