Los constantes avances en tecnología han llevado a las empresas a entender la data que, desde hace varios años obtienen mediante sus procesos, como la mina de oro para potenciar sus negocios. De ahí que el mercado laboral requiera más perfiles especializados, capaces de analizar y transformar esa información para generar segmentos, estrategias de mercadeo y comunicación, idear productos y satisfacer las necesidades de los consumidores.
No en vano, en Colombia, las mayores matrículas por área de conocimiento se concentran en economía, administración y contaduría con un 36 %, y en Ingenierías y Arquitectura con un 24 %, según el Observatorio de la Fundación Empresarios por la Educación. Y, por no ir muy lejos, en el año 2022, se destacó la importancia de la tecnología para el futuro en el Foro Económico Mundial, en donde se hizo énfasis en la demanda emergente de profesionales enfocados en la Inteligencia Artificial, IA, Big Data, programación, ciberseguridad, diseño web, entre otras.
Programas que se consolidan
El primer programa en Ciencia de Datos en Colombia fue el de la Universidad Pontifica Bolivariana en Medellín, que dio apertura hace más de 5 años. Luego, esta misma carrera fue abierta en las universidades Pontificia Universidad Javeriana, Fundación Universitaria Compensar, el Politécnico de Colombia y la Universidad Externado de Colombia, sumándose pregrados de Ingeniería de Datos e Inteligencia Artificial de la Universidad Autónoma de Occidente, UAO, e Ingeniería en Analítica de datos de la Universidad de Manizales.
Para Ana María López, ingeniera electrónica y docente de la maestría en Ciencias de Datos de Eafit, “estamos ante un importante ‘boom’ de la data y vamos a encontrar nuevos roles debido a que la tecnología es cambiante y, para poder responder a esos cambios, la academia tiene que evolucionar e ir la misma velocidad”.
En este sentido, Roberto Hincapié, decano de Ingenierías de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín, afirmó que un reto de las universidades está en crear programas académicos que tengan que ver con la sostenibilidad del planeta, que combinen el uso de la tecnología con otras áreas de gran importancia como ingeniería y educación con psicología (neuroaprendizaje), datos y geología (ciencia de datos geológicos). “Son nombres que hoy no tenemos, pero que aparecerán pronto”, resaltó Hincapié.
¿Ingeniero o científico?
Entre las principales tareas de un ingeniero de datos está crear la base tecnológica y construir la infraestructura necesaria para albergar y recopilar los datos de una empresa, para así ejecutar flujos de trabajo que permitan aplicar transformaciones y reglas de negocio que garanticen calidad y confiabilidad. Además, es el encargado de garantizar que estos programas que transforman y procesan data se ejecuten correctamente. Es decir, que crea productos o soluciones de software.
Un científico de datos, por su parte, selecciona datos en “bruto”; los analiza, identifica tendencias y patrones, y los convierte en información de la que extrae conclusiones. Actualmente, tiene mucho que ver con el “machine learning”. Ambos trabajan con datos, hacen parte de un equipo multidisciplinar que desarrolla soluciones de inteligencia artificial y necesitan una serie de herramientas y lenguaje común.
Según los expertos, la distinción es relativamente reciente y aún puede generar confusión tanto en los perfiles profesionales como en la demanda laboral. Se estima, entonces, que, en la medida que el sector continúe madurando, es probable que haya una mayor demanda de profesionales que trabajen con los datos.
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billones de bytes de datos se generan cada día en el mundo, según Data Never Sleeps.
