En la naturaleza hay millones de especies de animales que esconden maravillas incomprensibles para el ser humano. Algunas tan sorprendentes como los de las películas de Animales fantásticos en las que hay fénix que perciben cuando llega la lluvia, raíces de árboles vivas expertas en abrir puertas, escarbatos con sus hocicos largos y delgados con los que buscan tesoros atraídos por los objetos brillantes y criaturas similares a los gatos como el sphynx que lleva correspondencia.
En la naturaleza se encuentran algunos menos propensos a enfermedades que en los humanos son letales, como el cáncer: los elefantes no lo contraen por la composición de su ADN, un descubrimiento reciente que se publicó en un artículo en la revista Scientific American.
Algunos son poco conocidos porque son pequeños y viven en el océano, pero hay otros tan imponentes en la tierra como los guepardos que aceleran de 0 a 96 kilómetros por hora en segundos, rebasando por mucho a los automóviles. Otros tienen la capacidad de regenerar órganos y extremidades o de desarrollar habilidades físicas que los humanos por sus limitaciones corporales no pueden. Aquí varios ejemplos.
Un ADN asombroso
De los elefantes se resalta su tamaño. Los africanos pueden medir hasta 3.5 metros de alto y 7 de largo, pero más allá de eso, en la composición de su ADN, hay maravillas. Los científicos y estudiosos de la biología descubrieron que no contraen cáncer por la composición de su ADN. Los elefantes, al tener 20 copias de un gen, difícilmente contraerán cáncer. A diferencia de ellos, los humanos apenas tienen uno de esos genes. Se trata del gen p53 que se encarga de reparar el ADN dañado durante su replicación y así prevenir que las células mutadas se conviertan en tumores malignos.
Lo que hace este gen es que tiene dos variaciones que se llaman alelos y producen 40 proteínas que ayudan a que se detenga la replicación y repare las células malignas. Incluso se autodestruyen si el daño es muy extenso.
Sería difícil y un caso extraño si un elefante llegase a contraer cáncer, una enfermedad que para los humanos es de las primeras causas de muerte en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud.
Una gran inteligencia
Hay animales que por su inteligencia son fascinantes, dice Valeria Sáenz, estudiante de Biología de la U de A. “Los pulpos tienen un cerebro similar al humano porque han evolucionado de forma convergente. Son capaces de usar herramientas, mimetizarse de formas astutas con el ambiente y esconderse. Cooperan con otros animales y actualmente se sigue estudiando su cerebro”. No es en vano que le hayan dedicado un documental Mi maestro el pulpo, que ganó el Óscar a Mejor película documental en 2021.
De las ballenas, Valeria admira su capacidad reproductiva. “Especialmente las jorobadas viajan en el Pacífico hasta Norte América o Sur América hasta las aguas ecuatoriales para escoger una pareja y reproducirse. Los machos realizan saltos y maniobras para impresionar a las hembras y cortejarlas. Después copulan y durante un año tienen al bebé en su vientre y viajan de nuevo a aguas más frías para alimentarse, pero después, para tener a la cría, regresan al mismo lugar. Es increíble”.
Al ballenato cuando nace le enseñan a nadar, saltar y hasta a defenderse, y generalmente se agrupan “varias madres e hijos hasta que la cría sea capaz de sobrevivir sola”.
Otras maravillas
La bióloga marina Lizette Quan Young seleccionó otros animales fantásticos. El primero es la Medusa inmortal (Turritopsis dohrnii) que mide pocos centímetros y se encuentra en el mar Mediterráneo y en Japón. Puede evitar la muerte al revertir la dirección de su ciclo de vida hacia un estado anterior asexual llamado pólipo, con el que rejuvenece indefinidamente.
“Si la medusa detecta una amenaza o situación estresante puede revertirse a pólipo por un proceso llamado transdiferenciación. Pero muchas de ellas sucumben ante depredadores o enfermedades en su etapa de medusa sin nunca revertirse”, explica la bióloga.
Hay invertebrados que son los animales más resistentes del planeta llamados tardígrados que pueden sobrevivir sin agua durante décadas, soportando altas temperaturas de 100° C y bajas de 0° C, presiones de 6.000 atmósferas, además de que pueden reproducirse en el espacio exterior.
Para aprender sobre ellos
Algunos autores de libros como Philip Bunting han publicado obras dedicadas a las excentricidades que se pueden encontrar en los animales.
En su obra Los animales más inútiles (maravillosos) del mundo resalta algunas características asombrosas. Entre ellos está la medusa que no tiene corazón ni huesos, la sanguijuela que en casi todas sus especies tiene hasta tres mandíbulas y 300 dientes diminutos pero afilados y los ajolotes de los que escribió Julio Cortázar.
Los ajolotes de Cortázar
El escritor Julio Cortázar escribió un cuento sobre los ajolotes mexicanos, que son una especie de anfibio que tiene la capacidad de regenerar sus extremidades amputadas con todos los huesos, músculos y nervios. También puede curar sus órganos y tejidos lesionados. Por ejemplo, reparar su médula espinal y curar heridas sin dejar cicatrices. Tiene el genoma 10 veces más grande que el de los humanos.
Cada animal es único y sus características dependen de las habilidades que han desarrollado para sobrevivir en sus medios. Algunas son imposibles de imitar para el humano, aunque se estudien a ver si algún día se pueden replicar desde la ciencia como aquellos que se regeneran (la lagartija con su cola, por ejemplo). Seres maravillosos y fantásticos, de la vida real .