Una pequeña isla caribeña, ubicada al este de Puerto Rico y al norte de Saint-Martin, en el corazón del Caribe Oriental, es conocida principalmente por sus playas de ensueño que atrae a millonarios y celebridades, pero también ganó popularidad entre aquellos que se dedican al desarrollo de la inteligencia artificial.
Este territorio británico tiene un gran atractivo para gigantes tecnológicos como Google o el CEO de X y Tesla, Elon Musk.
Se trata de la isla de Anguila, pues gracias a que cuenta con el dominio “.ai” en internet desde 1995, su popularidad se disparó a partir de los grandes avances de la inteligencia artificial (AI por sus siglas en inglés) en el mundo.
Por lo que muchas empresas comenzaron a registrar dominios “.ai” para aprovechar su asociación con la inteligencia artificial como la división de Google dedicada exclusivamente a la inteligencia artificial con google.ai, la startup de Musk con x.ai, la startup Beacons.ai, la herramienta para escritores Notebook.ai, o el motor de búsqueda de IA, Perplexity.ai.
Este dominio es muy apetecido para startups y empresas tecnológicas para reforzar su posicionamiento en el mercado de la IA, tanto así que las ganancias de Anguila por las tarifas de registro de dominios web “se cuadriplicaron el año pasado hasta los 32 millones de dólares”, según recogió Associated Press (AP).
La comercialización del dominio representa para la isla, con poco más de 15,000 habitantes, el 20% de sus ingresos y antes de que se disparara la IA como se conoce actualmente, estaba cerca del 5%.
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Hasta hace algunos años, Anguila era famosa por ser un destino turístico de lujo, atrayendo a viajeros que buscaban escapar del bullicio del mundo en sus exclusivas playas.
Sin embargo, la era digital trajo consigo una nueva fuente de ingresos para la isla, pues en medio de la revolución de la IA que está transformando industrias y negocios en todo el mundo, tener este dominio es un gran factor de ventaja frente a sus competidores.
Gracias a este inesperado boom, Anguila tiene un acuerdo para cobrar una tarifa cada vez que se cambia un dominio que puede costar miles de dólares por su alta demanda. Por ejemplo, Insure.ai se encuentra a la venta por USD $1.250 millones, equivalentes a 5.300 millones de pesos colombianos.