Dos velocípedos, palabra que en latín significa “pies rápidos”, reciben al visitante en la entrada a la muestra de bicicletas antiguas en uno de los salones principales de El Castillo. Son dos aparatos que tienen una rueda delantera inmensa y una trasera mucho más pequeña, como de circo. Las que hay en la exposición son réplicas, pero igual impresionan: fue un invento de Karl Freiherr Von Drais de hace 205 años.
La exhibición, que llega a su segunda edición, expone 230 bicicletas clásicas y antiguas. La idea es hacer un homenaje, conocer la historia y fomentar el uso del famoso caballito de acero. “La bicicleta más antigua, de las que tenemos aquí, en estado original, es una de 1916”, dice el ingeniero industrial, entusiasta, restaurador y curador de la exposición, Juan Pablo Jaramillo.
Hay dos piezas importantes, se trata de un par de bicicletas tipo Airborn, de marca BSA, hechas en Birmingham, Inglaterra, y de las cuales se fabricaron alrededor de 60.000 unidades. Estas bicicletas se utilizaron en la Segunda Guerra Mundial por las tropas aliadas, eran lanzadas en paracaídas y tienen rines de 26 pulgadas y un armazón plegable para facilitar su transporte. Los soldados las usaban para reunirse apenas tocaban tierra en sitios distantes unos de otros. Una vez utilizadas, las dejaban abandonadas en el campo de batalla. En Colombia, que se sepa, se conservan cuatro unidades.
Los triciclos
Hay ejemplares en estado de conservación, otros restauradas, pero todos, evocadores de la infancia de los visitantes. Están en un salón redondo, más pequeño que el principal.
Están los famosísimos triciclos de Sandiego, los que tenía el centro comercial en los años 70 y parte de los 80 para la diversión de los pequeños.
Estos eran fabricados por dos empresas antioqueñas, Ame y Jurime, y tenían uno o dos asientos. También hay una exhibición de carros de pedales, son de fabricación norteamericana y hay modelos originales y restaurados.
Las bicis de ruta, tan populares en las décadas de los 70, 80 y 90, tienen un espacio. Las Alan, Benotto, Pinarello, Colnago, Bianchi, Gios, que lucieron las grandes estrellas de la época como Martín Emilio “Cochise” Rodríguez, Rafael Antonio Niño, “Lucho” Herrera y Fabio Parra.
También puede ver las reconocidas e icónicas Monark, famosas en la Vuelta a Colombia a mediados del siglo pasado y en sus colores tradicionales, rojas y azules con piezas cromadas. “Muy importante destacar que están las precursoras de estas. Hay cinco bicicletas tipo fat racer, con las que nacieron las carreras de ruta. En esas épocas tomaban una bicicleta estándar, le quitaban lo que pesara o fuera innecesario para correr (guardabarros, cubrecadenas, luces, parrillas, gato), le instalaban un manubrio más ergonómico y arrancaban a pedalear”, comenta Jaramillo.
Lugar para las BMX
En el auditorio hay una porción representativa de este tipo de bicicletas, tan populares en los años 80 cuando el denominado “ciclocross”, después conocido como “bicicross”, ingresó con fuerza al país, sobre todo a la ciudad, donde nacieron figuras tan reconocidas de este deporte como Carlos Mario Oquendo, Augusto Castro y la triple medallista olímpica y múltiple campeona mundial Mariana Pajón.
Red Line, Mongoose, MCS, Skyway son marcas representativas que tienen ejemplares exhibidos en este evento. Hay un par de las llamadas “Motobikes”, unas bicicletas que tenían aspecto de motos. Hay modelos de Yamaha y Schwinn, con un Stingray que fue precursora del BMX en los Estados Unidos y está en perfecto estado de conservación.
Las marcas colombianas, desaparecidas casi todas, cierran la muestra de este tipo de vehículos, presididas por la ya mencionada Monark con su emblemática “Monareta” y la llamada “Princesa”. Hay representación de Cicloby, Arbar y otras marcas de fabricación nacional.
Homenaje a Rigo
En el escenario del salón principal se le rinde homenaje al ciclista antioqueño con algunas piezas de uso personal, hay una bici de contrarreloj y una muestra de los uniformes, medallas y trofeos obtenidos por el carismático “Toro de Urrao”, Medalla de Plata en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y segundo en el Giro de Italia de 2013 y en el Tour de Francia de 2017.
La muestra, que estará abierta hasta el 3 de abril, concluye con una zona donde se exhiben las modificaciones y personalizaciones que se le hacen a todo tipo de bicicletas, una cultura que tiene trascendencia en los amantes de este medio de transporte, uno de los más utilizados en la actualidad y del que hay miles de usuarios, aparte de los cultores, entusiastas, coleccionistas y restauradores en Medellín