Las pruebas de laboratorio tienen unas condiciones específicas que se deben seguir al dedillo para conocer de manera acertada cómo se encuentra o cómo funciona una parte de nuestro cuerpo. El ayuno, la suspensión de actividad física, la prohibición de algunas bebidas o alimentos son algunas de las más comunes y pretenden evitar generar exigencias al organismo que puedan alterar los resultados.
“De hecho, existe un aforismo en el laboratorio que dice: de una buena muestra depende un buen resultado. Cada prueba tiene una serie de condiciones que son generales y se deben cumplir en todos los laboratorios y por todos los pacientes, de lo contrario en el momento de entregar los exámenes van a estar erróneos”, dice Santiago Estrada, director del Laboratorio Clínico VID.
1. Seguir un ayuno estricto
La privación de comida es uno de los requisitos más comunes. Sin embargo, solo se requiere para pruebas que estén relacionadas con la alimentación, por ejemplo, exámenes de glucosa, colesterol, triglicéridos, entre otros.
Además, se debe tener en cuenta que el ayuno debe ser mínimo de ocho horas y máximo de once. “El cuerpo tiene unas reservas naturales y cuando se supera un tiempo sin consumir nada, empieza a gastarlas, por lo que en el examen no se va a saber si el valor es el normal”, afirma Lizeth Gómez, bacterióloga del Laboratorio Clínico Lizeth Gómez.
El agua no afecta este tipo de pruebas, por lo que se puede ingerir sin ningún problema. El alcohol, por su parte, sí debe suspenderse mínimo 48 horas antes.
2. Atención con el ejercicio y las medicinas
La actividad física vigorosa puede afectar la toma de muestras, puesto que en el ejercicio se queman calorías y el cuerpo hace un esfuerzo por aumentar algunos componentes que se pierden. El cuerpo debe estar relajado. Asimismo, algunos medicamentos pueden alterar los exámenes, como los que tienen cafeína. Por ello se recomienda ingerirlos luego de la prueba o consultar con el laboratorio para ver si se pueden consumir normalmente.