La historia del cine está llena de anécdotas pintorescas. La extravagancia ha sido la marca distintiva de grandes directores, actores y actrices. Sin embargo, en esta época las actitudes de genios incomprendidos de ciertos artistas no reciben la comprensión de los grandes públicos. Eso ha quedado claro con la ola de repudio que ha levantado la publicación de videos en los que Francis Ford Coppola besa a unas cuantas actrices en medio de la filmación de su película Megalópolis.
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Con 85 años, Coppola es un tótem del Nuevo Hollywood, esa generación de cineastas gringos que en los setenta y ochenta renovó las formas de hacer películas en los Estados Unidos. La trilogía El Padrino y Apocalipsis Now pusieron a Coppola en la cima de la industria audiovisual, al lado de directores de la talla de Woody Allen, Martin Scorsese y Brian De Palma. No obstante, ese papel de mito viviente ha perdido vigencia, sobre todo por los escándalos que han rodeado la última etapa creativa de Coppola. La más reciente es la de los besos no consentidos con actrices secundarias.
