Cuando pisó suelo colombiano, con su Harley Davidson Road King 2007, Dan Park sintió nostalgia de los años de adolescencia que pasó en el país.
Su padre salió exiliado de Corea del Sur y aunque la primera escala fue Paraguay, Colombia ofrecía un mejor panorama. Aquí, a los 16 años, llegó con su familia, se enamoró, aprendió español y quedó con tantos buenos recuerdos que sabía que algún día volvería.
“Colombia es un país muy especial para mi familia. Hace 44 años estuvimos en Bogotá y en Pereira. Hasta tuvimos cédula, vivimos como colombianos, aprendí mucho español, me enamoré de una pereirana, yo quería quedarme en Colombia, pero mi madre me mandó para Estados Unidos, en Florida, y allá me quedé”.
Park hará parte del desfile Harley-Davidson Héroes de la patria: motos antiguas, clásicas, custom y especiales con su motocicleta, esa que ya lleva cerca de 83.000 kilómetros recorridos en una aventura que lo sacó hace 16 meses de su casa.
Este regreso a Colombia ha significado mucho para Dan. “No puedo expresarlo con palabras, traigo un amor por este país que no sé explicar. De hecho, el otro año me voy a jubilar y me gustaría estar en Colombia”.
La travesía
Al salir de Arizona, el estado en Estados Unidos en el que vive, lo hizo manejando una Harley 2018, pero la motocicleta le falló por motor, la arregló y la vendió para comprar esta Road King modelo 2007. “Es más clásica, trae menos electrónico, más mecánica”.
En el viaje recorrió Milwaukee, Florida, San Diego, Baja California, en Estados Unidos; Vancouver en Canadá. También pasó por Nicaragua, Costa Rica y Panamá antes de llegar a Colombia. En América Latina pasó además por Ecuador, Bolivia, Brasil, Uruguay y Argentina y emprende ya el retorno a Arizona.
Los pasos fronterizos no fueron fáciles de pasar por culpa de la pandemia, incluso a Perú no pudo entrar.
No todo el trayecto ha sido en moto. Esta ha viajado en Velero, Ferri, en un buque bus. A nivel mecánico le tocó cambiar llantas en Buenos Aires, “me tocó esperar casi ocho días para conseguirlas, no fue fácil”. También arreglar la suspensión, parte del sistema eléctrico y el estator, “ese se me quemó y no podía mover la moto. Estaba en Ushuaia, Argentina, y no lo pude conseguir, me tocó traerlo desde Chile y conté con la ayuda de cinco moteros (que no conocía) que me lo trajeron”. Por ese daño le tocó quedarse 50 días en Ushuaia, por lo que se dedicó a recorrer los Andes mientras tanto.
Esa amabilidad de la gente es algo que destaca, “hay mucha gente amable, siempre habrá quien te ayude. Más que conocer lugares famosos que salen en revistas me encanta conocer la gente”, dice.
Destaca las buenas carreteras colombianas, “estuve en caminos bastante malos en Argentina y Bolivia. En Colombia me ha ido muy bien, sin tanto hueco, mucha curva eso sí, ahí se marea uno un poco”.
Consejos para la ruta
Para Dan este es el primer viaje largo y todo comenzó en la pandemia: “Ocho meses en casa, sentado, ya mi cabeza estaba pensando otra cosa. Le avisé a mis hijas, renté la casa, agarré una maleta, una moto y ya”. El primer consejo que da es hacer primero viajes cortos antes de aventurarse a uno tan largo, “si lo sueñas lo puedes lograr”.
Una persona que quiera hacerlo necesita preparación física, “yo he sido instructor de Taekwondo y traigo buena condición. Cuando puedo camino mucho, cerca dos o tres horas diarias, trato de no consumir alcohol, no trasnochar o salir de parranda, comer bien, consumir proteína, agua y realizar una buena planeación”. Para él, el éxito de este viaje está en la planeación y lo hace por semanas. En cuanto a materiales, además de herramientas para la moto, con un buen celular que tenga GPS es suficiente. Lo han hospedado personas o moteros que conoce en el camino, además busca economía en hostales. “Con mi familia estoy conectado vía Whatsapp y traigo un localizador para que ellos sepan dónde estoy y hacia dónde voy, ellos me ubican”.
Solo se ha caído tres veces, todas en Bolivia en la famosa “carretera de la muerte”. Le tocó lluvia, neblina y mucho barro y saliendo de los últimos 10 kilómetros, se cayó. “Cuando se cae la moto hasta ahí llego, no puedo levantarla solo, tengo que esperar a que alguien pase y me ayude”.
Lo reconocerá en el desfile porque tiene la parte delantera de la moto llena de calcomanías, algunas se las regalan, otras las compra. De cada país que visita consigue una bandera para pegarla, “la de Colombia es la más grande, por que ocupa un espacio muy especial en mi corazón”.