La celebración del Día del Padre generalmente esta asociada con un tema religioso, en homenaje a San José, que curiosamente tiene su día clásico en el 19 de marzo y no en junio.
En Colombia, como en gran parte del continente, se celebra el tercer domingo del sexto mes del año, sin importar la fecha exacta. Los registros dicen que se hace en memoria del norteamericano William Smart, un veterano de la guerra civil que enviudó porque su esposa murió al dar a luz a su sexto hijo.
Inicialmente en Estados Unidos se declaró el Día del Padre el 5 de junio, fecha de nacimiento de Smart, pero en 1966 el presidente Lyndon Johnson lo estableció el tercer domingo de junio, tradición que adaptaron casi todo los países.
Aunque social y comercialmente la fecha no tiene el impacto que, por ejemplo, sí tiene el Día de la Madre, cada vez cobra más importancia y protagonismo.
Los famosos
Por su rol de personajes públicos y su trabajo, muchos artistas han tenido que pasar esta fecha sobre un escenario o en un estudio de grabación, lejos de sus hijos y familias.
Mike Bahía, Nacho Acero, Felipe Peláez, Chicho Arias y Santiago Turizo reconocen que ser papás les cambió la vida, la forma de sentir, pensar y actuar.
Cada uno de ellos le contó a EL COLOMBIANO cómo han podido conjugar ese rol de personas reconocidas con el de ser padres.
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Mike Bahía (Artista urbano)
Papá de Kai, de 14 meses de edad
“Lo que más disfruto de esta faceta paternal es verlo crecer, todos los días hay algo nuevo que ver y gozar, es diferente, no hay monotonía. La vida de los niños pequeños, así parezca que sea monótona, es muy variada y cada día te sorprende.
Es algo maravilloso verlo como todos los días aprende, eso es increíble.
Estoy feliz, estoy en una etapa en la que siento que ya le cogí el tiro a la vuelta, ya cumplió el primer añito, ya se lo disfruta uno muchísimo más, es una edad muy bonita de mi vida que ha despertado unos sentimientos diferentes en mí y siento que me ha hecho mejor persona”.
Nacho Acero (Cantante de salsa y empresario)
Papá de Natham, de 18 años, y Violetta, de 6 meses.
“Lo más difícil es que con mi hijo mayor no tuve la oportunidad de estar muy presente en su niñez, primero porque no vivía con la mamá y, segundo, porque esa etapa de mi vida viajé mucho y me perdí momentos muy bonitos de su vida, como sus primeros pasos y palabras.
Siempre traté de ser un padre muy presente pese a que él vivía en Ecuador, así que trataba de viajar lo que más podía y tener tiempo de calidad con él.
Ahora la vida me da una nueva oportunidad con mi pequeña hija Violetta y, pese a los viajes que impone este trabajo, quiero pasar el mayor tiempo posible con ella, tenemos un hogar muy lindo y establecido con mi pareja.
Tengo claro que la parte profesional no debería afectar esa faceta familiar, quiero estar presente en todo su proceso de crecimiento, ha sido muy bonito porque se ha construido un lazo afectivo muy grande.
Estoy feliz, disfrutando esta etapa de mi vida, no es lo mismo ser papá hoy a mis 43 años que los 25, cuando nació mi primer hijo”.
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Chicho Arias (Comediante)
Papá de Sara, de 21 años
“Cuando nació Sara yo era taxista y trabajaba en las noches y eso me partió la vida en dos, ella es lo más importante de mi vida, este ha sido un camino muy raro para mí y para ella, porque también fue DJ en discotecas, trabajé como periodista y ella ha sido testigo de todo ese proceso.
Ya en mi etapa con comediante ella comenzó a ir a mis shows, incluso trabajó como productora, aún antes de salir en Master Chef, y aprendió lo que hacía.
En este momento es una bendición poder estar cerca de ella porque ahora tengo más tiempo y es hoy es otra cosa, ser papá de un adulto es muy raro, pero también es igual de emocionante, ella siempre será mi niña. De ella admiro su madurez, su sentido del humor y de la responsabilidad, de ella aprendo todo los días. La relación, a medida que ella es mayor, ha sido mejor y cada vez que ella levante la mano ahí espero estar”.
Felipe Peláez (Cantante)
Papá de cuatro hijos
“Ser papá cambia el sentido de absolutamente todo de lo que había vivido hasta ese momento.
El amor de papá es el más puro de todos. Uno ama a su familia, a sus hermanos, a su pareja, pero el amor más fuerte es el que uno le da a los hijos, porque uno lo da todo por ellos sin esperar nada a cambio, uno deja todo de lado para entregarse a los hijos, es un amor sin reserva, muy protector.
Mis hijos cambiaron mi forma de ver la vida.
Afortunadamente me tocó una época muy ligada con la tecnología y siempre estamos en contacto con videollamadas. Puedo estar lejos, pero siempre los llamo para darles los buenos días, hacerles seguimiento a sus cosas y darles las buenas noches. Obvio, cuando estoy en casa compartimos mucho más, desde sentarnos a ver películas, mimarlos y hablar de cómo están, cómo se sienten o cómo los tratan en el colegio.
Tengo cuatro hijos, cada uno tiene una personalidad y un mundo diferente y a cada uno se le da su importancia.
Ellos entienden mi profesión, sin embargo a veces me reclaman en casa, en especial los más pequeños.
Ellos son felices con mi rol de cantante, los mayores lo disfrutan mucho más, son muy cariñosos. A los menores les fascina cuando la gente me pide fotos, disfrutan mucho ese momento, aunque Gabriela es la más temperamental de todos y hay momentos en los que no le gusta mucho la cosa”.
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Ser papá de un famoso
Santiago Turizo
Papá de Manuel y Julián Turizo
“Yo soy una persona normal que no llama la atención, que no genera alguna sombra sobre ellos y su trayectoria.
Uno como papá solo piensa y sueña que sus hijos hagan lo que les gusta, porque de esa manera no hay ni lunes ni domingo ni mañana ni más tarde para hacer lo que se tenga que hacer.
La máquina en la que se montaron los cachorros los lleva a un mundo donde cada día es más difícil estar con ellos, ya son unos hombres haciendo su vida propia y la verdad eso lo qué me da es ganas de suspirar, es un orgullo inmenso”.