Históricamente, el sistema inmunológico se ha asociado con la capacidad del cuerpo para defenderse de infecciones. Así fue como se empezó a estudiar hace más de un siglo, cuenta la revisión científica The Role of the Immune System Beyond the Fight Against Infection (2017), disponible en la base de datos PubMed.
Sin embargo, se lee en la reseña, esa es solo una de sus funciones generales. El sistema de defensa del cuerpo es parte “de procesos fisiológicos fundamentales como el desarrollo, la reproducción y la cicatrización de heridas, y es evidente la estrecha interrelación entre el sistema inmunitario y otros sistemas corporales como el metabolismo, el sistema nervioso central y el sistema cardiovascular”.
Con la llegada del nuevo coronavirus, el tema de las defensas tomó relevancia, pero como explica la docente Diana Castaño, miembro del grupo de Inmunología Celular e Inmunogenética de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, “un sistema inmune sano no garantiza que uno no se vaya a contagiar de coronavirus, hay otros factores que influyen en la respuesta del cuerpo, como la genética. Sin embargo, un sistema inmunológico sin alteraciones sí puede ayudar a responder mejor a los retos que enfrenta el cuerpo, como las infecciones, no solo la covid-19”.
En ese sentido, es importante tener en cuenta que este es un sistema altamente complejo y “es de los pocos que se encuentra distribuido por todo el cuerpo, tiene presencia en los diferentes tejidos y está concentrado en los puertos de ingreso, las cavidades que pueden entrar en contacto con virus o bacterias”, agrega la docente Castaño.