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Así es vivir con falla renal crónica: la importancia de cuidar los riñones

El 10 de marzo es el Día Mundial del Riñón. La invitación es a que cuide sus riñones y no espere a la aparición de los síntomas.

  • Carlos Arturo Londoño sonríe 10 meses después de su trasplante de riñón. Ahora dice que disfruta de la vida junto a su esposa, sus dos hijas y cuatro nietas. FOTO: JUAN ANTONIO SÁNCHEZ
    Carlos Arturo Londoño sonríe 10 meses después de su trasplante de riñón. Ahora dice que disfruta de la vida junto a su esposa, sus dos hijas y cuatro nietas. FOTO: JUAN ANTONIO SÁNCHEZ
  • El daño al riñón se puede prevenir con exámenes de sangre y de orina y manteniendo estables condiciones médicas como la presión arterial alta, diabetes y enfermedades cardiacas. FOTO: GETTY
    El daño al riñón se puede prevenir con exámenes de sangre y de orina y manteniendo estables condiciones médicas como la presión arterial alta, diabetes y enfermedades cardiacas. FOTO: GETTY
09 de marzo de 2023
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Carlos Arturo Londoño Montoya tiene 67 años y hace 10 meses se sometió a un trasplante de riñón después de atravesar varias etapas de la enfermedad renal crónica. Su diagnóstico llegó hasta la etapa terminal, que es cuando los riñones ya no pueden suplir las necesidades del cuerpo.

Antes de ser diagnosticado ya tenía predisposiciones médicas: hipertenso y diabético. Y aunque conocía los riesgos de un daño renal, reconoce que durante el tiempo en el que no presentó síntomas no se hizo ningún control para saber la salud de estos órganos.

El primer síntoma llegó a los 56 años. La retención de líquidos causó problemas respiratorios, porque el aumento del tamaño de su cuerpo por la hinchazón le oprimía los pulmones y no podía respirar bien. Consultó en la Clínica de El Rosario y su diagnóstico fue falla renal crónica. Lo alentador era que no estaba en su etapa terminal y tras someterse durante tres meses a diálisis, los médicos nefrólogos que lo asistieron le dijeron que no necesitaba más de este procedimiento y que con una dieta específica, actividad física y medicamentos sus riñones se mantendrían estables.

Así estuvo durante seis años hasta que un día presentó un episodio de hipoglucemia. Lo llevaron al hospital y por mala suerte contrajo una bacteria hospitalaria que desencadenó una septicemia y lo dejó hospitalizado durante 15 días.

“Con esa infección hubo un mayor daño del riñón y me dijeron que la enfermedad renal crónica había avanzado a su etapa terminal, lo que significaba que el daño a los riñones no tenía reversa y las opciones eran diálisis o trasplante”, recuerda Carlos Arturo.

El daño del riñón es silencioso y no produce dolor, como podrían pensar algunas personas. Cuidar de este órgano es necesario para prevenir la enfermedad renal crónica.

Este diagnóstico significa que los riñones comienzan a fallar y no son capaces de cumplir funciones vitales como la eliminación de desechos de la sangre y el exceso de líquido en el cuerpo a través de la orina, la producción de glóbulos rojos que se encargan de llevar el oxígeno a la sangre y mantener el equilibrio de agua, sales y minerales como sodio, calcio, fósforo y potasio.

Al principio de esta enfermedad no se producen síntomas y solo aparecen cuando ya hay un daño significativo. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) afecta aproximadamente al 10 % de la población mundial, es por eso que se hace necesario hablar sobre su prevención.

Hay más posibilidades de que las personas tengan la enfermedad renal crónica si son diabéticos, hipertensos, padecen enfermedades cardiovasculares o tienen antecedentes familiares con falla en los riñones.

Si una persona tiene alguno de estos riesgos es importante que evalúe el estado de estos órganos a través de exámenes de sangre y de orina.

Si aparecen síntomas como la retención de líquidos, inflamación de los tobillos y los párpados, alteraciones en la orina (aumento o disminución de su volumen), picazón en la piel, dificultad para concentrarse y problemas para dormir, puede que ya haya fallas.

Se ha evidenciado que en pacientes a los que se les descubre tempranamente la enfermedad se pueden retrasar sus complicaciones entre 5 a 10 años hasta llegar a la diálisis o la opción del trasplante, cuenta el médico Diego Caro Camargo.

También dice que en Colombia el diagnóstico es de 1.7 %, sin embargo, no es porque haya poca gente, sino porque en el país no se diagnostica lo suficiente la enfermedad. “Puede que el 80 o 90 % de las personas no sepan que tienen falla renal crónica”.

Si no se previene o se detecta tempranamente, las opciones serán diálisis o trasplante y ambas son procedimientos costosos y además invasivos.

El daño al riñón se puede prevenir con exámenes de sangre y de orina y manteniendo estables condiciones médicas como la presión arterial alta, diabetes y enfermedades cardiacas. FOTO: GETTY
El daño al riñón se puede prevenir con exámenes de sangre y de orina y manteniendo estables condiciones médicas como la presión arterial alta, diabetes y enfermedades cardiacas. FOTO: GETTY

Sobre la diálisis

La opción de la diálisis está ahí para aquellos pacientes a los que sus riñones ya no les funcionan para limpiar las toxinas y el exceso de agua a través de la orina. Lo que se hace es que con un procedimiento artificial se limpia la sangre, sin embargo, el médico Caro Camargo asegura que la diálisis no cumple la función completa del riñón.

“Lo ideal es que los pacientes no lleguen a la diálisis, ya que esta afecta la calidad de vida y el llamado siempre será a la prevención para que no aparezcan síntomas”.

Actualmente existen dos tipos de diálisis que son la hemodiálisis —que se hace cada tres días en los centros médicos— y la diálisis peritoneal —que se hace con el líquido peritoneal del estómago—. Esta última se puede hacer en la casa o en cualquier otro lugar que cumpla con los requisitos médicos y puede hacerlo hasta el propio paciente.

Carlos Arturo se hacía diálisis peritoneal él mismo y a veces con ayuda de su esposa. Sin embargo, en uno de estos procedimientos contrajo la bacteria que le causó peritonitis y esto solo le dejó la opción de hemodiálisis. Asistía al centro médico tres veces por semana.

El hombre estaba inscrito en la lista de espera del transplante luego de haber sido diagnosticado con la enfermedad renal crónica en su última etapa y un día se encontraba en diálisis en el hospital y recibió una llamada del Hospital Pablo Tobón Uribe. Le tenían un riñón, “no me pudieron dar mejor regalo de cumpleaños”.

Se fue para la clínica y ya se cumplen diez meses de su trasplante que fue exitoso porque el cuerpo lo recibió bien, se acomodó.

Carlos Arturo ya dejó de ser un paciente de diálisis y hace un mes se fue a recordar un viaje de trabajo (es ingeniero industrial) y visitó Coveñas, Santa Marta, Barranquilla y Cartagena. Lo único que le quedó de todo esto es que no puede comer alimentos crudos como el sushi ni ensaladas o frutas hechas por fuera de su casa.

También la hemodiálisis le dejó una fístula arteriovenosa, que es la conexión entre la vena y la arteria. Confiesa que todavía la tiene por si su riñón falla y debe volver a este procedimiento. Se lleva dos de sus dedos a la fístula y siente cómo pasa su sangre por esta conexión artificial, como una corriente de un río. El hombre compara la sensación con un tubo de alta presión por el que corre algún líquido.

No siente miedo y se enorgullece de la disciplina con la que afrontó su diagnóstico, por ejemplo, lleva 11 años sin tomarse una sola cerveza. Lo dice mientras recuerda las épocas en las que con sus amigos se sentaba en la finca a conversar y a tomarse una que otra. Primero es la salud, dice.

¿Cómo prevenir la enfermedad?

El médico Caro Camargo aconseja tratar adecuadamente diagnósticos como la hipertensión, la diabetes y la obesidad. Controlar los niveles de azúcar, disminuir el consumo de sal y mantenerse hidratado podrían ayudar a que no se dañen los riñones.

El Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales aconseja para el cuidado de los riñones tener una alimentación balanceada con frutas, vegetales y lácteos; hacer actividad física por 30 minutos o más al día, dormir lo suficiente, no fumar ni consumir alcohol en exceso y dedicarse a actividades que no lo hagan sentir estresado.

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