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¿Castigar a su hijo en redes sociales? No, expertos recomiendan enseñar en privado

Hay padres que reprenden a sus hijos en las redes sociales, una conducta que cuestionan los expertos en crianza.

  • Frente a una conducta inadecuada de un hijo en las redes sociales, se recomienda abordarlo de forma individual y dialogar. Puede enseñarle qué debía hacer en esas circunstancias. ILUSTRACIÓN ELENA OSPINA
    Frente a una conducta inadecuada de un hijo en las redes sociales, se recomienda abordarlo de forma individual y dialogar. Puede enseñarle qué debía hacer en esas circunstancias. ILUSTRACIÓN ELENA OSPINA
27 de marzo de 2021
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Hace unos días, una joven, al parecer mexicana, ofreció una disculpa por el contenido que había compartido en una red social: “Este video lo estoy grabando para pedir una disculpa a mis familiares y amigos por las fotos y videos que he estado subiendo, en los que me denigro. Esto lo hago con toda la vergüenza porque no es la educación que mis padres me enseñaron”. Todo esto lo leyó. Se refería a un video en el que baila twerking (un baile sensual, con movimiento de las caderas). Junto a ella, y también ante la cámara, estaba su padre, quien la interrogó enseguida: ¿Por qué haces ese tipo de cosas?, ¿eso eres tú?, ¿esos videos te representan en algo? La hija, con encogimiento, le respondió que no.

Aclarando que es muy delgada la línea entre proteger a los hijos e irrespetar su intimidad, y que se cruza en cualquier momento, el psicólogo Fernando Mazo, magíster en psicología clínica, habla sobre hasta dónde pueden llegar los padres. Anota que, en el hogar, “las normas con los niños deben ser impuestas, pero con los adolescentes deben ser negociadas”, y que dependiendo de esa negociación, explícita o implícita, los padres sabrán cuáles son los límites. Por ejemplo, comenta que en algunas familias, estos no pueden ingresar al cuarto de los hijos. “Para algunas personas es ridículo, para otras hace parte de una dinámica, pero volvemos al punto de la particularidad con cada hijo: ¿cómo construyo la sensación de intimidad, respeto y confianza?”.

Para Ximena Norato, directora de la agencia Pandi, Comunicaciones y Derechos Humanos, está claro que el límite termina donde empieza el derecho del otro, pero tratándose de niños, dice, el ejercicio de sus derechos debe ser guiado y orientado. “Tienen derecho a la libre movilidad, pero no podemos permitir que nuestro hijo de 5 años tome un bus solo. Entonces es una tarea constante”.

¿Qué lleva a un padre a cuestionar a su hija frente a una cámara? La decisión de invadir la intimidad, en opinión de Mazo, se debe a la falta de comunicación asertiva y confianza. “El padre lo que está haciendo es una especie de venganza porque siente que su hija le falló en algo (...) y le cobra de esa manera, exponiéndola públicamente. Suelen ser padres que no se comunican con sus hijos, reactivos. Normalmente, en un hogar en el cual hay reglas claras y una buena comunicación, es muy posible que nunca suceda esto, siempre habrá la posibilidad, pero existe una gran tendencia a que se diriman los conflictos de otra manera”.

Con él coincide Norato: “Nos pasa que no tenemos reglas y conversaciones claras con los hijos y luego pedimos que ellos se ajusten a lo que pensamos, pero, primero, no son adivinos, y segundo, están en formación. Muchas de las cosas que hacen no las han reflexionado en sus consecuencias, y de hecho los adultos actuamos muy parecido. En realidad, parece que lo más difícil de criar hijos no es controlarlos a ellos, sino a nosotros como adultos con frustraciones, estrés, prejuicios, desconocimientos”.

También cree que la clave está en reflexionar con calma, y tomar decisiones cuando la rabia y el disgusto han pasado. En su criterio, esto les falta a casi todos los padres.

Escarmiento en redes

Según la Asociación Americana de Psicología, “el castigo se basa en la idea de que los niños necesitan sentirse peor o sentir dolor, vergüenza o humillación para aprender a comportarse”.

Así, hablar de castigo, ni en público ni en privado, resulta apropiado. Como lo explica Juan Carlos Álvarez, director ejecutivo de la Corporación Cariño, argumentando que los padres deben optar por una corrección en el hogar, coherente con el comportamiento a corregir, y hacerlo a través del diálogo. Por ejemplo, explica, ante un exceso en el uso de las redes sociales se puede poner un límite de tiempo. El acompañamiento, asegura, debe partir del reconocimiento de los hijos como sujetos que merecen un trato digno y la comprensión sobre su etapa de desarrollo.

“En estudios en neurociencia, psicología del desarrollo y otras disciplinas se afirma que los castigos son una estrategia de regulación de emociones y comportamientos, en los que el adulto ejerce una autoridad pasando por alto la emocionalidad del niño, lo cual genera consecuencias adversas en su salud física y mental”, recuerda, agregando que el escarnio público es una forma de violencia y no puede adoptarse como una práctica correctiva.

Pero, ¿y qué ocurre cuando el castigo llega a las redes sociales? En la interacción digital, los adolescentes están construyendo su identidad, responde el psicólogo Mazo. “Si como padre uso el mismo contexto en el que mi hijo se está formando una identidad, para reprimirlo, castigarlo o, en el mejor de los casos, corregirlo, lo estoy poniendo en una posición muy compleja”, apunta. Aclara que no se trata de legitimar lo que los hijos hagan en las redes sociales, pero sí tener presente que en internet está la persona más importante para el adolescente: su par. “Que mi padre me ponga en evidencia o me ridiculice frente a esa persona, que es tan importante para mí, puede tener un significado completamente negativo”.

Carlos Estrada, psicólogo con énfasis en ciberpsicología, anota que los entornos digitales, según el uso que se les ha dado, han permitido diluir cada vez más la distinción entre lo público y lo privado, tanto que llega a lo controversial y “la represión o el regaño, que otrora aparecía en privado, ahora también se hace público”.

Sobre el caso mencionado, Estrada califica el llamado de atención como agresivo, violento, vergonzante y hecho bajo “una mirada machista y sexista”. La joven “quedó con una gran exposición pública que puede no ser positiva para ella”, añade, por su parte, Norato, insistiendo en que “no se debe sancionar a los hijos en público ni en redes ni delante de los amigos. Ni sancionar sin pensar con calma”.

La experiencia de esa joven también revive dichos como “la letra con sangre entra”, opina Juana Morales, psicóloga de niños. Para ella, ese papá tenía una intención amorosa y protectora, pero en su intento de ayudar a su hija pensó de forma errónea: que a más dolor, vergüenza, culpa y juicio, más aprendizaje. “Cuando te sientes altamente juzgada es difícil aprender”. Una de las desventajas, debido a las dinámicas generacionales —reconoce la psicóloga—, es lo lejos que las familias están de entender lo que los hijos enfrentan ante las pantallas y la forma en la que se desarrollan allí.

¿Qué conlleva castigar a un hijo en los entornos digitales? ¿Cómo deben actuar los padres ante la conducta inapropiada de un hijo en las redes sociales? ¿Cómo los padres pueden hacer conscientes a sus hijos de lo que implica una publicación en internet? Resuelva estas dudas en este manual interactivo, creado con información suministrada por los expertos.

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