Por María Camila López
Un diagnóstico de cáncer requiere algo más que atender solo los síntomas y la medicina funcional así lo entiende. Por eso, trata la enfermedad desde la razón que la origina.
William Joaquí, médico anestesiólogo y especialista en medicina funcional, afirma que la enfermedad se generan a partir de alteraciones en el equilibrio del cuerpo. “El estrés, no dormir bien, las conexiones electromagnéticas, la exposición a metales pesados, las cargas tóxicas de los alimentos, el sedentarismo y factores emocionales suman a las predisposiciones genéticas y, entonces, aparecen enfermedades como el cáncer”.
Si bien la medicina funcional o integrativa no tiene tratamientos para curar, sí posibilita mejores condiciones para los pacientes. Al revisar qué hay detrás de la enfermedad, “encontramos que el cuerpo está más oxidado porque nuestro estilo de vida promueve procesos inflamatorios y oxidativos, eso es lo que intentamos regular”, explica Joaquí.
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¿Cómo lograr el equilibrio?
La medicina funcional prioriza la alimentación sana y recomienda la eliminación del azúcar y de los productos con azúcares añadidos “porque alimentan las células cancerígenas, al igual que el exceso de carbohidratos”, explica el especialista.
La reparación del intestino también se utiliza para regular y tratar los procesos inflamatorios por cáncer. Consiste en remover patógenos, parásitos, bacterias u hongos con probióticos para generar Vitamina K y ácido fólico. Además, se hace reposición de nutrientes, cambios de alimentación, rutinas de ejercicio y se suministran dosis altas de Vitamina C para mejorar el sistema inmunológico.
Para Ronald Ayala, médico cirujano y especialista en cuidados paliativos de la Clínica Vida, todas las ramas complementarias pueden ser útiles para optimizar los resultados de los tratamientos oncológicos, y ayudarles a los pacientes no solo en los resultados clínicos, sino también a una mejor tolerancia de la quimioterapia y la radioterapia.
“No podemos decir que el tratamiento funcional es mejor que el convencional. De hecho, la mayoría de los estudios avalan los tratamientos oncológicos, pero los enfoques funcional e integrativo son útiles y pueden complementarse con los tratamientos convencionales”, dice, y recalca la importancia del acompañamiento médico para evitar interferencias. “Debemos ser cuidadosos porque la idea no es disminuir los efectos terapéuticos del tratamiento convencional. Por ejemplo, hay pacientes con fallas renales y hepáticas a los que no se les puede suministrar medicamentos biorreguladores o suplementos nutricionales”, sostiene.
Para pacientes en fases terminales, el enfoque funcional no es tan útil debido al deterioro y a la dificultad para restablecer el equilibrio. “Sin embargo, el médico puede dar algunas pautas a la familia y alguna suplementación para ayudarle a sobrellevar síntomas asociados a la enfermedad terminal”, concluye.
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Terapias regenerativas más comunes en medicina funcional
*Estos procedimientos también se atribuyen a la medicina integrativa.
1. Ozono medicinal
Mezcla de oxígeno medicinal con ozono que crea ambientes inhóspitos a las células cancerígenas. Ayuda a desarrollar un efecto antioxidante y estimula el sistema inmunológico.
2. Nutrición ortomolecular
Megadosis de Vitamina C que genera un efecto prooxidante y ayuda a la destrucción de la célula cancerígena.
3. Sauna infrarrojo
Modula los estados de estrés y ayuda a desintoxicar y a desinflamar.