Anna Delvey, la controvertida figura que inspiró la serie de Netflix Inventando a Ana, regresa a los reflectores, esta vez como concursante en la 33.ª temporada de Dancing with the Stars.
Conocida en realidad como Anna Sorokin, Delvey cumplió una condena por fraude tras estafar a la élite neoyorquina haciéndose pasar por una heredera alemana. Ahora, bajo arresto domiciliario en Nueva York, Delvey ha recibido permiso especial para viajar a Los Ángeles y participar en el popular reality show, todo mientras sigue usando una tobillera electrónica.
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La noticia ha sorprendido a muchos, generando debates sobre la ética de permitir que una exconvicta aproveche su notoriedad criminal para mantenerse en el ojo público.
“La producción del show se acercó a mi equipo y tuve que pedir permiso al Servicio de Control de Inmigración y Aduanas para salir del estado”, explicó Delvey en una entrevista con People.
Tras obtener la autorización, Delvey se mostró decidida a aprovechar la oportunidad. “Si alguien está molesto por mi participación, no sé qué decirle”, agregó, minimizando las críticas.
El pasado de Anna Delvey
Sorokin, nacida en Rusia y criada en Alemania, creó la identidad de “Anna Delvey” para infiltrarse en los círculos más exclusivos de Nueva York.
Durante años, engañó a empresarios, banqueros y amigos, financiando su lujoso estilo de vida a través de fraudes.
En 2017 fue arrestada y, en 2019, condenada por hurto mayor y robo de servicios.
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Liberada en 2021 por buena conducta, Delvey fue detenida nuevamente por violar su visa y actualmente cumple arresto domiciliario.
Desde que Netflix adaptó su historia en la serie Inventando a Ana, protagonizada por Julia Garner, Delvey ha continuado explotando su infamia.
Además de participar en varios proyectos mediáticos, como su podcast The Anna Delvey Show y el reality Delvey’s Dinner Club, ahora busca rehabilitar su imagen a través de Dancing with the Stars.
Controversia en torno a su participación
La participación de Delvey en el show ha generado polémica, cuestionándose si es apropiado que una criminal conviva en un formato de entretenimiento tan masivo. Para algunos, su presencia representa una glorificación de su pasado delictivo.
Sin embargo, otros la ven como una muestra de redención, donde las figuras públicas pueden cambiar su imagen y aprovechar sus segundas oportunidades.
“Es increíble cómo personas como Delvey logran mantenerse relevantes, incluso después de haber cometido crímenes graves”, comentó un crítico del programa.
Delvey no parece inmutarse por las controversias. En una entrevista con The Hollywood Reporter, expresó su entusiasmo por competir junto a su compañero de baile, Ezra Sosa.
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Además, aseguró que la tobillera electrónica no afectará su desempeño en la pista: “Es bastante liviana”, afirmó con confianza.
Con el estreno del show programado para el 17 de septiembre, la expectación sigue en aumento.
La historia de Anna Delvey, desde sus estafas hasta su participación en Dancing with the Stars, continúa capturando la atención de la audiencia global.
La pregunta que queda en el aire es si este será un nuevo capítulo en su búsqueda por redimirse o simplemente otra forma de capitalizar sus ofenzas.
