Conocer casos de mujeres violentadas desde lo psicológico, lo físico y lo sexual es un escenario que lastimosamente se vive todos los días, es fruto del machismo y la violencia de género, tema innegable; sin embargo, aunque las cifras son más altas para las mujeres, los hombres también pueden ser víctimas de sus parejas mujeres.
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Esto es lo que aparentemente ocurre en el caso de la influenciadora Dailyn Montañez, que ha sido tema de discusión y debate luego de confesar entre risas la historia de cómo abusó de su pareja Jordan Galván, en un ambiente distendido y de gracia (como sucede ahora con los videopodcast de los influenciadores), que contrastaba con los escabrosos detalles que iban apareciendo de su relación.
La influenciadora cuenta en el video, que fue bajado de Youtube, cómo un amigo suyo le ofreció una droga para dormir a Galván y poder cumplir la fantasía de hacerle sexo anal, una práctica sexual con la que él no estaba de acuerdo.
La mujer reconoció que recurrió a este método porque “si no se dejaba por las buenas, tocaba por las malas”.
Galván dijo, entre risas, que ese día se sintió violado, y se dio cuenta de lo que había pasado porque había perdido el control de los esfínteres. Eso no fue todo, pues también hablaron de cómo ella lo golpeaba cuando no estaba de acuerdo con algo. “Lo hacía por mi bien”, dice Galván.
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Aunque el video fue eliminado, algunas partes de esta entrevista quedaron en redes sociales, en los que cada vez se suman más comentarios e impresiones que rechazan este tipo de conductas.
Esta historia trajo consigo una reflexión sobre la violencia de género que también existe contra los hombres. En Colombia, según cifras del Observatorio Nacional de Violencias de Género, en el 2023 hubo 38 casos de abuso sexual en hombres adultos mayores; 281 casos en hombres entre los 29 a 59 años y 534 casos entre los 18 a 28 años.
La situación es más tenebrosa para niños y adolescentes: hubo 1.289 casos de abuso sexual en niños entre los 6 a 11 años y 1.174 casos en la primera infancia, es decir de los 0 a 5 años.
En cuanto a violencia física, se reportaron 998 en hombres mayores de 60 años, 4.011 casos (29 a 59 años), 2.120 casos (18 a 28 años), 2.060 casos (12 a 17 años), 1.890 casos (6 a 11 años) y 1.064 casos (0 a 5 años).
Efectos en la agresión sexual en los hombres
Los hombres y niños que experimentan la agresión sexual o la violencia física presentan los mismos efectos de agresión sexual que los demás sobrevivientes (como las mujeres), además, según la organización Rape, Abuse & Incest National Network se pueden enfrentar a otros desafíos más exclusivos de su experiencia.
Sienten vergüenza o dudan de sí mismos al estar afectados por este tipo de conductas, porque no fueron lo suficientemente fuertes o porque “deberían disfrutarlo”, según las lógicas de la cultura machista, por ejemplo, si la violación hubiera venido de una mujer.
Estas experiencias suelen confundirlos al presentar una erección o eyaculación durante el acto, pues creen que esto es un sinónimo de que lo están disfrutando; sin embargo, la organización dice que estas son respuestas fisiológicas que no dicen nada sobre lo que pasó.
Después de un abuso sexual, los hombres pueden presentar síntomas como ansiedad, depresión, trastorno de estrés postraumático, flashbacks y trastornos alimentarios.
También, pueden evitar personas o lugares que les recuerden el abuso, sienten miedo de que ocurra lo peor y tener la sensación de un futuro corto. Puede haber dudas sobre la orientación sexual, aislamiento social y sensación de culpa o vergüenza por no poder detener el abuso.
Además de presentar comportamientos nerviosos y dificultades para relajarse o dormir.
Experiencias en consultorios
Liney Dadiana Giraldo Hoyos, psicóloga, magíster en salud sexual y reproductiva y terapeuta sexual masculina comparte algunos de los aspectos claves que ha evidenciado en terapia con ellos.
“He evidenciado en terapia con hombres que varios de ellos iniciaron su vida sexual con mujeres mucho mayores que ellos. Hablo de edades de 13 años y la persona con la que iniciaron tenía 30 y eso es abuso sexual, pero ellos nunca lo vieron así. Dicen que no lo fue, porque fue consentido. Y sí, hubo consentimiento pero hay una asimetría de edad importante, eso es abuso”.
Giraldo Hoyos agrega que “muchos que están marcados y tienen problemas sexuales porque sus padres o amigos los hicieron iniciar su vida sexual con prostitutas y la experiencia fue traumática porque no hubo erección, se vinieron rápido o porque tenían que comportarse como ‘machos’ y hasta quien los atendía se burlaba de ellos, porque no sabían o les enseñaban de forma grotesca. Todo esto es violencia, pero no lo identifican así hasta que van a terapia”, dice la terapeuta sexual.
Por otro lado, la presión que ellos sienten por lo que deberían ser dentro de la sociedad y la lucha por no salirse de esos esquemas masculinos influye en lo que ellos son, lo que les duele y lo que no.
“Muchas veces nosotras las mujeres, a pesar de que estamos en el camino de deconstruirnos, de romper estereotipos, de cuestionar la masculinidad, caemos en el error de poner responsabilidades y presiones sobre los hombres. A veces, replicamos ideas machistas como querer un hombre fuerte, que no llore, y si él se quiebra delante de mí, cuestionamos si queremos estar con él porque ‘no es lo suficientemente hombre’. Esos comportamientos han sido dictados por la heteronorma e impuestos por el patriarcado”, explica.
En redes sociales, la psicóloga Juliana Machado se refirió al caso específico de “La Tremenda” y analizó algunos de sus comportamientos.
“Su personaje de redes parece ser una interpretación literal de su mirada sobre la masculinidad: engrosa su voz para parodiar a un hombre en escenas que pretenden ‘subvertir los roles de género’. También, voltea las expectativas de lo que generalmente le ocurre a una mujer en circunstancias de riesgo, pasando de ser la víctima a ser la agresora. Ejerce esta violencia con la misma ligereza, crueldad y “humor” de los hombres. Pasa entonces de ser la víctima a ser la victimaria”, analiza Juliana.
Aquí el hilo completo de su análisis.
Apoyar a las víctimas
Que una persona comparta haber sido víctima de abuso o agresión sexual no es sencillo y mucho menos para los hombres, que por los estereotipos sobre la masculinidad, se sienten intimidados.
Para acompañarlos es importante saber escuchar y no presionarlos para que cuenten detalles de lo ocurrido, es decir, que la víctima comparta hasta donde desee.
Es importante validar sus sentimientos y emociones, teniendo en cuenta que los hombres no suelen tener espacios para compartirlos.
Manifieste la disposición de acompañarlos en el camino y lo más importante, buscar ayuda profesional para poder superar la situación.