Si aprende a comunicarse de manera asertiva tendrá beneficios, dice Jesús Goenaga, docente investigador de la Facultad de Psicología de la Universidad de San Buenaventura: “Cuando utilizamos esta habilidad aumentamos las probabilidades de éxito en nuestras relaciones sociales, laborales, educativas, generamos mayor recordación en la otra persona; aumentamos las disposiciones a que se cumplan objetivos propuestos. Esto sin duda alguna favorece nuestras relaciones humanas”.
Pero la comunicación no se da solamente de forma verbal explicando las ideas, también la postura o expresiones faciales transmiten pensamientos. Y hay un nuevo reto: comunicarse de manera clara en la era de las videollamadas.
Sonia López, David Orrego, Ana maría Acosta y Jesús Goenaga, expertos en comunicación asertiva, le dan algunos consejos para que mejore sus habilidades cuando tenga que decir algo.
1. Escoger las palabras adecuadas .
David Orrego, consultor en estrategias digitales, resalta la importancia del uso correcto del lenguaje, tanto de manera física como en la web: “Elegir las palabras correctas y utilizar un lenguaje sencillo según corresponda (piense en el contexto en el que está), sea en primera o en tercera persona, con palabras positivas o negativas. Uno no le habla igual a la mamá que a la novia, al jefe o a los amigos, es importante que según sea la persona con la que estamos hablando dirigirse en un tono y lenguaje correcto. Esto transmite confianza y buena energía”. ¿Parce para su mamá? Tal vez no.
2. Tener criterio
Antes de hablar debe tener clara sus posturas e ideas frente a lo que se está conversando y esto en la comunicación asertiva también juega un papel importante.
Para Ana María Sierra, “comunicarnos de manera clara y concisa, expresando las cosas con posición, sin evasivas, dejando claro nuestro punto de vista ante las situaciones en las que nos encontremos inmersos, sin escudarse en las ideas de otros por miedo a ser señalados o juzgados”. Se trata de analizar bien lo que quiere decir, incluso planearlo si la situación es importante y ser siempre sincero.
3. Las siete “C” son importantes
Estas son algunas claves para que pueda clasificar su mensaje de manera asertiva. Orrego explica que “las Bases dicen que la comunicación debe ser cortés, concisa, completa, correcta, coherente, concreta y clara, estas son de vital importancia. Con las redes y los diferentes canales que van surgiendo, estas reglas cambian un poco, algo fundamental es aprender a escuchar o leer el entorno y el contexto en el que nos encontramos”. Por ejemplo, algo útil que puede tener en cuenta antes de hablar es preguntarse si su mensaje se puede prestar para una doble interpretación.
4. Capacidad de simplificar
“Lo simple no siempre es sintético, es simple. A veces toma más palabras, otras veces menos. En ocasiones se sirve del ejemplo, a veces requiere de la definición más concreta, pero la regla para optimizar la asertividad es la simplicidad. Y aplica a todos los contextos, sea que se le esté respondiendo una pregunta a un niño de 3 años, o sea que se esté sustentando una tesis doctoral. La simplicidad permite elegir los mejores argumentos, los más accesibles al otro, sin subestimar su capacidad de comprensión”, comenta Goenaga.
5. Empatía cognitiva
Para Goenaga, “hemos aprendido desde pequeños a realizar un experimento mental que ya hacemos casi que sin darnos cuenta: nos imaginamos que escuchamos lo que estamos diciendo como si fuéramos la otra persona. Gracias a esto logramos elegir los argumentos más claros para ser comprendidos. Pero, en las carreras de la vida adulta, a veces olvidamos la empatía cognitiva, se nos olvida ponernos en la ‘cabeza’ del otro, por lo que conviene hacer este ejercicio consciente: cuáles son las palabras que debo elegir para que el otro entienda mi mensaje”.
6. Utilizar un tono de voz adecuado
Para Ana María Sierra este paso es uno de los más claves: “Un tono y pausas adecuadas permiten una mejor comprensión. Recordemos que el otro se conecta en nuestro discurso a partir de la manera como logramos transmitir nuestras ideas, para lo cual creer y confiar en lo que vamos a transmitir, sumado a un tono de voz que transmita seguridad, claridad y calidez, permiten mejores resultados”.
Por ejemplo, un tono de voz calmado a la hora de expresar su mensaje ahorrará malentendidos y el tomar pausas mientras habla, permitirá que pueda pensar mejor en lo que usted quiere decir y también, hará que puede escuchar de manera más clara al otro.
7. El respeto es la clave
“Exponer nuestras ideas, respetando siempre el lugar de nuestro interlocutor; esto implica medir las palabras que usamos siendo claros a la hora de expresar nuestras ideas, sin violentar al otro con los comentarios que hacemos” comenta Sierra. Para Orrego, por su parte, la coherencia va de la mano “porque evitan discusiones, si uno es consciente de su criterio y de su forma de actuar dice mucho de la personalidad de uno. Por ejemplo, no interrumpir a la otra persona mientras habla, no dejarse llevar por la primera emoción o impresión que nos genera el otro”. Escuchar es fundamental, para no suponer qué quiere decir el interlocutor.
8. Persuasión con argumentos
Para Sonia López, doctora en Humanidades, “la persuasión es una dimensión del discurso fundamental para convencer a otra persona de adherirse a los pensamientos de uno. Esta capacidad está ligada a los procesos argumentativos, uno puede convencer de manera argumentativa, sin manipular, dando explicaciones suficientes, necesarias, pertinentes y creíbles al otro, para que pueda comprender mi punto de vista”.
Para lograrlo es importante que usted se acerque a esa persona en el momento y lugar adecuado, esto es un factor determinante en la persuasión.
9. Los gestos comunican
Una sonrisa o un gesto que transmita rabia en la cara hacen que el mensaje cambie por completo. Jesús Goenaga plantea que “desde muy pequeños aprendimos que el tono de voz, la mirada, el movimiento de las manos y la sonrisa a veces son hasta más importantes que el mensaje que quiero dar, y hacen que seamos mejor comprendidos. Sin embargo, hay momentos en que entendemos que no debemos sonreír, sino estar serios. En este caso el experimento mental es el mismo, pero ya no nos debemos preguntar por los argumentos a usar, sino por los ‘afectos’ que el otro requiere recibir en el mensaje para comprendernos mejor”.
10. Mantener el contacto visual con el otro
Sierra recomienda: “Recordemos que la comunicación no implica solamente exponer ideas de manera verbal, sino que cuando nos comunicamos ponemos de manifiesto nuestro ser. El contacto visual es muy importante, ya que muestra nuestro respeto por el otro y, a su vez, permite que quien nos escucha se enfoque más claramente en lo que expresamos, garantizando una mayor comprensión de lo que queremos expresar, además de un respeto mutuo”.
Por ejemplo, en una reunión, intente siempre tener el contacto visual con quien habla y no en su celular.
11. Atención a los detalles
Las redes sociales y la dinámica rápida del día a día hacen que algunos no presten atención a la manera en como están escribiendo y esto es algo importante, especialmente en tiempos digitales. Para Sonia López, “la comunicación tiene que tener un rigor, manejo de la sintaxis, de la ortografía, porque ese es el principio de toda comunicación asertiva”. Para Goenaga, “si es una comunicación escrita de trabajo y/o estudio, no podemos consentir errores ortográficos y debemos procurar una adecuada redacción. Si la comunicación es verbal, debemos utilizar los términos más adecuados”.
12. Sea recordado
Ahora, si quiere ser viral y memorable, o bien, que su mensaje resuene con fuerza en otros, habrá que hacer un esfuerzo mayor. “Los humanos, como muchos animales, cuentan con el complejo proceso cognitivo de la memoria, que va anudando en el cerebro la información proveniente de las experiencias y la va almacenando, de modo tal que a lo largo de la vida podremos evocar o recuperar múltiples recuerdos asociados a todo lo que hemos hecho y aprendido. De manera que, si queremos ser aún más asertivos, debemos procurar pensar en el público que nos escucha y en cuáles han sido sus experiencias de vida, utilizar palabras cercanas a ellos, ejemplos de sus propias vidas y transmitir las ideas procurando una cercanía a sus modos, lo cual les permitirá evocar contenidos cognitivos positivos que favorecerán la comprensión de nuestro mensaje” comenta Goenaga.