Las herramientas de inteligencia artificial (IA) generativa ahorrarán a las empresas mucho tiempo y dinero, según Vik Singh, vicepresidente de Microsoft. Sin embargo, estas aplicaciones emergentes aún tienen mucho que aprender, especialmente sobre cómo admitir sus propias deficiencias.
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“Lo que realmente falta en estos modelos hoy en día es que no levantan la mano y dicen: ‘Oye, no estoy seguro, necesito ayuda’”, explicó Singh en una entrevista con AFP.
Desde el año pasado, gigantes tecnológicos como Microsoft, Google y otros han desplegado rápidamente aplicaciones de IA generativa como ChatGPT, el robot conversacional de OpenAI, que produce contenido bajo demanda y ofrece a los usuarios la ilusión de ser omniscientes.
A pesar de estos avances, estas herramientas a veces siguen “alucinando”, es decir, inventando respuestas incorrectas. Este es un problema crítico a resolver, según Singh, quien lidera los asistentes de IA denominados Copilot en Microsoft. Las empresas, principales clientes de esta herramienta, no pueden permitirse el lujo de que se generen historias inexactas, ni siquiera ocasionalmente.
“Gente muy inteligente está trabajando en este problema para que los modelos identifiquen cuándo no saben y pidan ayuda”, prometió.
Un modelo de IA más humilde
Singh argumenta que un modelo más humilde no sería menos útil. Puso de ejemplo un asistente de IA especializado en servicio al cliente: “Hablé con una empresa que gastaba 8 dólares por consulta cada vez que uno de sus representantes respondía”. Aunque la máquina tuviera que recurrir a humanos en la mitad de los casos, la empresa aún lograría enormes ahorros.
Productividad aumentada con IA
Vik Singh se unió a Microsoft en enero y, este verano boreal, asumió la dirección de los equipos que desarrollan Copilot, asistentes especializados en ventas, contabilidad y servicios. Poco conocidas por el público, estas aplicaciones permiten a los grupos tecnológicos justificar sus enormes inversiones en IA generativa, comenzando a generar ingresos.
Según Windows Group, Copilot realiza investigaciones para los vendedores, lo que les permite tener más tiempo para contactar a los clientes. Singh destacó que Lumen, una empresa de telecomunicaciones, “ahorra alrededor de 50 millones de dólares al año”.
Las empresas emergentes detrás de esta revolución de la IA generativa prometen sistemas tan avanzados que ayudarán a “elevar a la humanidad”, según Sam Altman, director de OpenAI, empresa financiada principalmente por Microsoft. Por ahora, la nueva tecnología se utiliza esencialmente para aumentar la productividad y la rentabilidad.
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Los equipos de Singh trabajan para integrar Copilot directamente en el software del grupo, haciéndolos más autónomos, de modo que los usuarios tengan menos necesidad de interactuar directamente con ellos. “Por ejemplo, usted es un representante de ventas. Dos semanas después de una conversación con un cliente, el asistente de IA puede pedirle que haga un seguimiento del contacto o, mejor aún, enviar automáticamente un correo electrónico a su nombre, porque la tarea ha sido aprobada con antelación”, sugirió el ejecutivo.
El futuro del empleo en la era de la IA
Antes de abordar problemas globales como el calentamiento climático, se espera que la IA libere a la humanidad de tareas aburridas y repetitivas. “Esto es solo el comienzo. Nos centramos primero en las aplicaciones más fáciles de implementar”, comentó Singh.
Sin embargo, surge una pregunta recurrente: ¿se traducirán estos aumentos de productividad en pérdidas de empleo? Dirigentes de grandes empresas, como K. Krithivasan, director del gigante tecnológico indio TCS, han declarado que la IA generativa podría hacer desaparecer los centros de atención telefónica.
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Singh, al igual que otros ejecutivos de Silicon Valley, confía en que la tecnología hará a los humanos más creativos e incluso creará nuevos puestos de trabajo. Como prueba, cita su experiencia en Yahoo.com en 2008, cuando un equipo de editores elegía artículos para la página de inicio. “Tuvimos la idea de utilizar la IA para optimizar este proceso, y algunas personas dijeron: ‘Dios mío, ¿qué pasará con los empleados?’”, recordó.
El sistema automatizado permitió renovar contenidos más rápidamente, aumentando el número de clics en los enlaces y, a su vez, generando una mayor necesidad de crear nuevos artículos. “Al final tuvimos que contratar más editores”, concluyó Singh.