Hace un par de meses, vistiendo un chaleco ceñido al cuerpo, uno de los investigadores de la UPB que desarrollaba una prenda capaz de diagnosticar enfermedades cardiovasculares volvió a casa tras una jornada de pruebas.
Se había colocado el dispositivo para hacer un seguimiento rutinario de su corazón. Lo que no esperaba era descubrir que tenía una arritmia que hasta ese momento había pasado completamente desapercibida.
“Empezó su tratamiento y pudo hacer la prevención de forma adecuada. Gracias a que el diagnóstico fue temprano, se logró realizar la operación”, relata Lina Marcela Hoyos, docente investigadora de la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB) y líder del proyecto.
Historias como esta reflejan el potencial de un desarrollo que busca cambiar la manera en que se detectan enfermedades cardiovasculares en Colombia.
“Lo sorprendente es que las personas en general creen que están bien, pero en realidad no saben. Casi toda la población, en casi todas las edades, deberían tener un monitoreo cardiovascular”, señala Hoyos.
Este dispositivo, una prenda conductora que reemplaza los tradicionales electrodos y cables utilizados para hacer electrocardiogramas, es la apuesta de la UPB para facilitar diagnósticos más tempranos, cómodos y accesibles para los pacientes.
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En entrevista con EL COLOMBIANO, Hoyos subraya que la motivación detrás de este proyecto surgió de la necesidad de mejorar la atención de enfermedades que son la principal causa de muerte a nivel mundial.
Cifras de la Organización Mundial de la Salud dan cuenta de que en 2019 unas 17,9 millones de personas fallecieron como consecuencia de una enfermedad cardiovascular, lo que representa el 32% de todas las muertes a escala mundial. “Nos dimos cuenta que había un problema de atención en el diagnóstico de atención temprana”, comenta, destacando que muchas personas deben esperar meses para realizarse un monitoreo prolongado.
Esta espera, sumada a la incomodidad de los dispositivos tradicionales, hace que los pacientes no siempre reciban la atención necesaria a tiempo.
Innovación que se adapta al cuerpo
A diferencia de los dispositivos tradicionales que utilizan electrodos y cables, esta prenda desarrollada por la UPB es una alternativa mucho más cómoda y eficiente. “No utilizamos electrodos. Los electrodos normalmente a la persona se le colocan con un gel de plata para que haya conducción entre la piel y el electrodo, pero en pieles delicadas, como la de ancianos o personas con dermatitis, pueden generar alergias o incluso heridas”, dice la docente.
En cambio, la prenda utiliza una tela conductora que se ajusta como una vestimenta común, eliminando la incomodidad de los cables.
Además, el dispositivo es práctico pues utiliza “microhíbridos conductores, lo que permite que la persona tenga la sensación de estar usando ropa normal”.
La tecnología incorporada almacena los datos hasta por 30 días en una pequeña tarjeta electrónica del tamaño de dos dedos, lo que evita la necesidad de grandes dispositivos de almacenamiento.
El desarrollo de la microtarjeta que almacena los datos cardíacos no solo permite una funcionalidad prolongada, sino que también está diseñada para resistir condiciones extremas, como el lavado.
Hoyos explica que lograron esta durabilidad utilizando nanopartículas con cloruro de plata, lo que permite una conducción óptima sin comprometer la comodidad. “La tela está impregnada con estas partículas, lo que asegura que se pueda usar y lavar como cualquier prenda normal, manteniendo su funcionalidad intacta”.
Potencial para otras aplicaciones médicas
Pero la tecnología detrás de esta prenda no se limita solo al monitoreo cardiovascular. La investigadora menciona que el Instituto Neurológico de Colombia ya ha mostrado interés en aplicar esta innovación para predecir ataques de epilepsia.
“Estamos en fase de prueba y hemos recibido señales neuronales que podrían usarse en una banda para la cabeza”, comenta. Además, el equipo está explorando su uso en electromiografía para pacientes con pérdida de fuerza muscular, lo que abriría nuevas posibilidades en el tratamiento de afecciones neurológicas y musculares.
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Con estas nuevas aplicaciones, el potencial de la prenda va mucho más allá del diagnóstico cardíaco, abriendo un futuro prometedor para la medicina preventiva y personalizada.
En cuanto a la durabilidad del sistema y su capacidad para ser utilizado como una prenda de vestir normal, la investigadora también destacó el uso de nanopartículas para reforzar las fibras textiles. Estas incluyen cloruro de plata incrustado en su interior y permiten la conducción eléctrica con la piel, creando un enlace covalente con la tela que las hace altamente resistentes a los lavados y al desgaste diario. “Es como si la prenda estuviera teñida con nanopartículas conductoras”, explica la experta.
“Lo más interesante de este desarrollo es que no solo está pensado para adultos mayores o personas con enfermedades diagnosticadas”, añade Lina Hoyos, investigadora de la UPB. De hecho, este tipo de tecnología también puede ser aplicada a deportistas de alto rendimiento o para quienes simplemente deseen monitorear su estado de salud ante síntomas como dolores de cabeza o taquicardias.
La tarjeta de memoria
La tarjeta que almacena los datos del usuario de la prenda tiene la capacidad de reiniciar automáticamente su almacenamiento una vez ha sido descargada la información del paciente, lo que asegura un monitoreo continuo.
Esto es particularmente relevante, ya que no limita la movilidad de quien viste el chaleco, permitiendo que las personas continúen con sus actividades diarias mientras los datos son enviados en tiempo real para ser evaluados por un especialista. El sistema, al estar incorporado en textiles, es altamente versátil y cómodo.