Creer que los procesadores solamente vienen en los celulares y los computadores es uno de los grandes mitos, debido a que estos desarrollos tecnológicos también hacen parte de una amplía lista de elementos que componen los dispositivos inteligentes, como los televisores, neveras, asistentes de voz, entro otros.
Todos tienen un chip incorporado, porque este elemento, aunque sea muy pequeño y casi nunca el usuario puede verlo, es el que les permite a los equipos electrónicos funcionar: es el cerebro.
Están presentes en situaciones básicas y otras más complejas. En una nevera es el que interpreta y da respuesta cuando se prende y apaga un bombillo, cuando se abre la puerta o alerta cuando el agua del filtro se acabó. Por mencionar un caso cercano.
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En el celular el proceso requiere más complejidad porque se traduce en productividad: influyen en la rapidez con la que se realizan las tareas del usuario, que pasan por activar la cámara y el uso de las aplicaciones. En el PC, su labor se ve representada desde cómo lee y responde órdenes sencillas, como los movimientos del mouse y las teclas que se oprimen, hasta otras más avanzadas como el rendimiento de los programas de diseño gráfico.
Julián Duque, líder de ventas y marketing de Intel para Colombia, dijo durante el Intel Powerhouse en Bogotá, que el procesador lo que le garantiza al fabricante de los dispositivos es que le brindará una buena experiencia al cliente, según el segmento de mercado al que quiere llegar.
Lo anterior mostró cómo los chips hacen parte de la cotidianidad de las personas, pero este elemento va más allá: también se aplica en grandes industrias (salud, banca, agricultura), a través de soluciones tecnológicas que trascienden más a lo que hace una persona con un computador o un celular.
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Y ahí es donde aparecen los centros de datos, las instalaciones físicas que nacieron luego de la masificación de la digitalización para almacenar grandes cantidades de información digital y transmitirla de un lado a otro. Estos lugares también necesitan un cerebro (procesador) para poder funcionar.
“Los procesadores de los centros de datos tienen que tener unas capacidades de desempeño mucho más amplias que las de un computador o un celular, porque se encargan de unas tareas mucho más complejas, son más potentes, de alto desempeño”, dijo Duque.
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Todo pasa por la digitalización de la información de los servicios que ofrece y los datos que fluyen alrededor (de la operación y de los clientes) para sacarle provecho al procesamiento de esas grandes cantidades de información que superan incluso la capacidad humana: lo hace una máquina.
En el sector de medio ambiente, por ejemplo, llevar los datos a una máquina para que los analice de forma ágil y estructurada puede hacer que el impacto sea bastante alto.
Por ejemplo: En Arizona, Estados Unidos, hay drones que vuelan para buscar especies de plantas invasoras que provocan incendios forestales y ahogan y matan plantas nativas.