En un nuevo capítulo de su pugna con OpenAI y su director ejecutivo, Sam Altman, el magnate surafricano Elon Musk dio un nuevo paso al encabezar un consorcio de inversionistas que ofreció 97.400 millones de dólares para comprar la organización sin fines de lucro que controla la empresa creadora de ChatGPT.
Pese a la millonaria propuesta, en apenas un par de horas hubo respuesta tajante desde OpenAI: “No estamos en venta”.
La noticia fue revelada en las últimas horas por el diario estadounidense The Wall Street Journal, que detalla la movida con la que Musk busca retomar el control sobre la compañía que cofundó en 2015 y de la que se retiró en 2018.
Desde su salida, el empresario ha criticado abiertamente la dirección que tomó la firma, acusando a Altman de alejarse de la misión original de OpenAI: desarrollar inteligencia artificial de manera responsable y en beneficio de la humanidad.
Pero la oferta de Musk fue recibida con escepticismo e incluso con burlas por parte de Sam Altman, quien ironizó en su cuenta de X (antes Twitter): “No, gracias, pero compraremos Twitter por 9.740 millones si quieres”.
Musk, quien compró la red social en 2022 por 44.000 millones de dólares, respondió de manera contundente con un escueto mensaje: “Timador”.
El rechazo oficial no tardó en llegar. Citado por AFP, Chris Lehane, vicepresidente de asuntos públicos de OpenAI, afirmó desde París que la empresa no está en venta y que la oferta de Musk era “realmente engañosa”. Además, sostuvo que la propuesta proviene de “un competidor que tiene dificultades para mantenerse al nivel tecnológico y competir con nosotros en el mercado”.
La relación entre Musk y OpenAI ha sido tensa durante años. En diciembre de 2023, el magnate presentó una demanda contra la compañía alegando que se había alejado de su estructura sin fines de lucro para convertirse en una empresa que prioriza el beneficio económico.
En respuesta, OpenAI anunció su intención de registrarse como una entidad de beneficio público, lo que implicaría equilibrar los intereses de accionistas y el impacto social de sus desarrollos tecnológicos.
Pero Musk no solo compite con OpenAI en los tribunales y en el ámbito corporativo, sino también en el desarrollo tecnológico. En 2023, lanzó su propia empresa de inteligencia artificial, xAI, con la que busca rivalizar con ChatGPT y otros modelos avanzados del sector.
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El conflicto entre Musk y Altman también tiene implicaciones políticas. Mientras el fundador de Tesla y SpaceX se ha alineado con Donald Trump y otros sectores conservadores, OpenAI ha recibido el respaldo de grandes empresas tecnológicas como Microsoft, que ha invertido miles de millones de dólares en la compañía.
A principios de enero, Trump anunció una inversión de 500.000 millones de dólares en infraestructura de inteligencia artificial en Estados Unidos, encabezada por SoftBank, Oracle y OpenAI. Musk, sin embargo, ha puesto en duda la viabilidad del proyecto, asegurando que los fondos necesarios “en realidad no están disponibles”.
Ese cuestionamiento ha marcado un punto de fricción inusual entre Musk y Trump, quien en los últimos meses ha sumado al magnate a su círculo de aliados más cercanos.