Hace 40 años un grupo de panteológos argentinos descubrió, en el corazón de la Patagonia, el esqueleto de un Carnotaurus sastrei, la única especie conocida del género extinto de dinosaurios Carnotaurus, que con sus tres metros de altura y hasta nueve de longitud, y con la forma inigualable de su cráneo que sobresale y se bifurca en lo que a simple vista parecen cuernos, rápidamente se convirtió en uno de los más famosos de su especie.
Por eso hoy, después de que otro grupo de 70 científicos de todo el mundo se asociara al proyecto El fin de la era de los dinosaurios en Patagonia para comprender los cambios que sufrieron los ecosistemas de la región antes de la extinción masiva, y encontraran que el Carnotaurus compartía su territorio hace 69 millones de años con sus presas y con otro depredador menos feroz, al que llamaron Koleken inacayali, la Tierra entera volcó sus ojos sobre el sur del continente.
EL COLOMBIANO habló con Diego Pol, paleontólogo argentino famoso por el descubrimiento del dinosaurio más grande hasta ahora conocido, el Patagotitan mayorum, y quien es la persona encargada de dirigir esta investigación.
¿Cuáles eran las hipótesis que tenían en la investigación El fin de la era de los dinosaurios en Patagonia y por qué eligen ese territorio para desarrollarlas?
“Una de las preguntas que queríamos poner a prueba en las hipótesis es si hubo un declive o no de la biodiversidad, previo a la gran extinción de los dinosaurios. Todavía no está muy claro si en los millones de años previo a la gran extinción había un deterioro ambiental, ecosistémico y un declive de la biodiversidad, y la extinción final y la caída del meteorito fue la gota que rebasó el vaso, o si por el contrario la biodiversidad estaba en un buen estado y la extinción fue muy abrupta y repentina.
Para eso es fundamental tener datos de diferentes partes del mundo y actualmente los datos que tenemos de toda Sudamérica son muy escasos comparados con los de América del Norte, por ejemplo, entonces creemos que la Patagonia tiene un gran potencial para abrir una cantidad de datos muy importantes para poner a prueba justamente esto de lo que hablo”.
¿Qué va a significar para la ciencia resolver esas hipótesis que menciona?
“Bueno, la extinción de los dinosaurios es una de las cinco grandes extinciones masivas que se han dado en la historia de la vida. Fue una extinción donde tres de cada cuatro especies que vivían en ese punto desaparecieron, y por supuesto sabemos que se produjo por alteraciones de los ecosistemas, del clima y de la incidencia de la luz solar, pero si entendemos cuáles fueron los factores que contribuyeron a que se dieran esos eventos de extinción masiva, en un momento en el que estamos ante cambios climáticos y ante degradaciones de los ecosistemas naturales, podremos tener pistas sobre si en la actualidad estamos o no ante una sexta extinción y así plantear posibles soluciones”.
En el marco de esa investigación, el haber encontrado los restos del dinosaurio carnívoro, al que llamaron Koleken inacayali, acaparó la prensa mundial, ¿cómo fue ese hallazgo y cómo se dieron cuenta de que se trataba de una nueva especie?
“Este hallazgo se dio en el marco de exploraciones que estamos haciendo en más de 20 localidades de Patagonia tratando de encontrar fósiles de todo tipo. Hemos encontrado desde fósiles microscópicos hasta restos de dinosaurios, por suerte, de todo tamaño y variedad, y entre ellos estaban los restos de este dinosaurio carnívoro.
Apenas lo encontramos supimos que se trataba de un miembro de la familia Abelisauridae por detalles anatómicos de la garra del pie y también por fragmentos del cráneo que se encontró, pues tienen características anatómicas únicas.
Ahora, tuvimos que esperar un buen tiempo para sacar el esqueleto, llevarlo al laboratorio y prepararlo para poder analizar toda la anatomía y compararlas con las especies conocidas, y así, recién, darnos cuenta de que se trataba de una nueva especie”.
¿Qué historia lograron armar alrededor del Koleken partiendo, claro, de los restos encontrados?
“Bueno, una cosa interesante es que se trata de un miembro de la familia Abelisauridae, y, por ende, es un pariente cercano a un dinosaurio muy famoso, quizás el más famoso de toda la Patagonia: el Carnotaurus, un dinosaurio carnívoro que tiene cuernos, aunque este que encontramos no tiene cuernos y tiene otras diferencias en las patas, en la columna arterial, y en el cráneo”.
¿Y esas diferencias qué indican?
“Que en ese momento, en ese ecosistema, había al menos dos carnívoros de la misma familia coexistiendo, lo cual es un indicativo de que era un ecosistema lo suficientemente productivo como para alimentar a dos especies.
Es algo así como lo que podemos ver hoy, con el puma y el jaguar, que son dos depredadores que conviven en algunos ecosistemas cuando las condiciones del mismo son lo suficientemente buenas, ya que en ecosistemas deteriorados el jaguar tiende a desaparecer.
Así que, encontrar a dos carnívoros en el mismo lugar, nos indica que había una buena vida en el territorio, lo cual está relacionado con las preguntas del proyecto”.
