La creatividad y el ingenio de 250 niños y jóvenes antioqueños quedaron demostrados en el primer festival departamental “Explora otros futuros posibles” de Imaginaciones Nuevas, un proyecto del museo de ciencia del Parque Explora, en el que retaron a los participantes a plantearse problemáticas de sus regiones y resolverlas con su imaginación.
EL COLOMBIANO hizo un recorrido por el festival y reseñó cinco proyectos en el que los estudiantes plantearon una problemática y la solución que idearon para resolverla en sus municipios que quizá, a futuro, pueda servir para otros lugares del departamento.
1. Alelopatía en café
Los jóvenes Andison Martínez y Juan Sebastián Sierra del municipio Jardín, Antioquia, identificaron que en su región hay una decadencia del cultivo de café debido al ataque de plagas y enfermedades que se generaban por los agroquímicos que usan algunos campesinos.
Como alternativa proponen usar la alelopatía en los cultivos y así, poco a poco, que los agroquímicos queden en desuso. “La alelopatía es un fenómeno natural en el cual las plantas producen aleloquímicos, son compuestos que afectan el crecimiento y la producción del café. La alelopatía ayuda a crecer a otras plantas, que una de ellas le ayude a otra”, explicó Juan Sebastián Sierra.
Todo comenzó por los conocimientos del hermano de Andison, quien desde Caldas, llevó una plántula de yacón a Jardín y lo sembró en el patio de la casa que creció junto a una maleza abundante y ambos se beneficiaron. Ahí la sembré con el café y resultó que el café cogió un mejor tono de color, más vivo y comenzó a producir antes de la fecha, por lo que aumentó la producción y la yuca también se benefició”, agregó Martínez.
Para descubrir las bondades de la alelopatía los jóvenes junto a más personas, plantaron 18.000 árboles en su colegio, la Institución Educativa de Desarrollo Rural Miguel Valencia, un espacio agrícola interesado en descubrir lo que los jóvenes pueden aportar a Jardín.
En el cultivo van a dividir las zonas primero en dos espacios grandes. En uno el café crecerá con agroquímicos y en otro con alelopatía y en esta zona las plantas crecerán con yacón, tabaco, yuca y frijol.
Ellos van a comparar mensualmente cómo crece el cultivo, la humedad, la producción y cómo afecta al ecosistema tanto los agroquímicos como la alelopatía que ha mostrado resultados favorables. “Un campesino que mensualmente usa químicos en su cultivo está condenado a que su cultivo en 15 años no sea fértil y contamina las aguas de la región”, finalizó Juan Sebastián Sierra.
Si hay resultados favorables, que es lo más probable, los jóvenes esperan informar a su territorio sobre los beneficios de la alelopatía, educarlos y acabar así con el uso de agroquímicos.
2. Eikia, la inteligencia artificial en la discapacidad
En uno de los estands había cuatro jóvenes y sus computadoras encendidas mientras en la pantalla se mostraban algunos códigos de lo que parecía ser un software de programación. Se trata de Kelly Dallana Benitez Builes, Cristian Camilo Cardona Blandon, Deiner Andrés Cruz Borja y Sofía Arango Tirado; hacen parte del Semillero de Programación del Técnico Industrial José María Córdoba de El Santuario, Antioquia.
En su colegio han aprendido que la inteligencia artificial es el futuro, como lo comentaron en la entrevista. Por eso decidieron enfocarse en ello y plantear esta pregunta: ¿cómo de la mano de la programación podemos desarrollar una aplicación para que las personas con discapacidad visual puedan acceder a los textos?
“Creamos un software para que transforme imágenes con texto en audio para que ayude a las personas con problemas de visión o habla porque en la aplicación se puede escribir y eso hablará por la persona. Pensamos a futuro implementar una inteligencia artificial que desde la cámara pueda leer lenguaje de señas y que esta la traduzca en audio también”, explicó Deiner Andrés Cruz Borja.
“La inteligencia artificial avanza sin tener en cuenta la inclusión, por eso nosotros decidimos crear este software. Es lo que se está manejando, lo que la gente está viviendo y el colegio nos ha enseñado sobre programación”, añadió Kelly Dallana Benitez Builes.
3. Aquagirls, conocer la calidad del agua de Palomos en Fredonia
Aquagirls es el nombre del proyecto de Maria Luna Acevedo, Yerin Silvana Restrepo y Prana Vanegas, que hacen parte de la Institución Educativa Rural Palomos de Fredonia. Su preocupación es la calidad del agua de su corregimiento, que según han visto, enferma a algunos de sus habitantes.
“El acueducto es abastecido por la quebrada La García, este no tiene una planta de tratamiento y la mayoría de la comunidad consume el agua sin tratarla. No tienen los recursos ni para comprar botellones de agua o para estar hirviéndola, porque se gasta mucho gas. Esto le trae enfermedades gastrointestinales a la comunidad por algunos parásitos que se encuentran en sus aguas”, dijo Yerin Silvana Restrepo Sanchez.
Lo que hicieron fue con la ayuda de una red recoger agua de la quebrada y analizar los macroinvertebrados acuáticos presentes para así detectar la calidad del agua. Se encontraron especies de la familia calamoceratidae, hydrobiosidae, hydrophilidae leptohyphidae, hydropsychidae y un parásito que podría ser el que está enfermando a las personas de la familia chironomidae.
Descubrieron que la calidad del agua es aceptable pero falta la construcción de la planta de tratamiento para que así las personas no se enfermen por la presencia de algunos parásitos como el que encontraron. Aunque la planta es el objetivo principal, las niñas proponen también la creación de unos filtros de agua caseros.
“Nosotras tenemos un plan B que son los filtros que le podemos enseñar a la comunidad. Son asequibles para las personas, Palomos es un corregimiento minero y el carbón es fácil de seguir. Los otros materiales son fáciles de conseguir, el único gasto es la tela de microfibra. Las personas pueden poner el agua en la botella, filtrarla, la hierven o le pueden echar por cada litro una gota de cloro. El agua ya quedaría potable”, explicó Prana Vanegas.
El filtro debe limpiarse cada 15 días y es una alternativa que las jóvenes proponen si al corregimiento no llega la planta de tratamiento. No quieren que la comunidad se enferme más.
4. Tejiendo la memoria histórica
En el salón destinado para este evento, sobresalía una colcha tejida. Cada retazo contaba una historia del conflicto armado en San Pedro de Urabá, desde la mirada de los jóvenes de la Institución Educativa Rural Buchadó Medio -Sede Alto Rosario, San Pedro de Urabá.
Los encargados del proyecto son los jóvenes Keidy Avilez Emeri, Keren Duarte Ballesteros y Juan Daniel Santos Moreno que durante meses hicieron esta actividad con sus compañeros. En ella plasmaron algunas de las historias violentas de sus familiares que se vivieron entre 1990 y 2016.
“Las historias las escribieron primero a mano y luego las plasmaron en la colcha con el tejido. Tiene varias historias, una de las más grandes es la mía. Hablo sobre la masacre del alto San Juan el 25 de abril de 2001 y la vivió un familiar mío pero no lo asesinaron. Él se libró de eso, se perdió entre la maleza”, recordó Juan Daniel.
“Nosotros queremos que la nueva generación se dé cuenta de que el conflicto armado ha sido malo. Esto hizo que los jóvenes les preguntaran a sus familias sobre el conflicto armado y lo comprendieran a través de estas historias”, explicó Keren Duarte Ballesteros.
“Gracias a la colcha ellos perdonaron y no quieren que se repita. Socializamos, nos contábamos las historias, algunas coincidían y poco a poco construimos el conflicto armado en la región”, dijo Keidi Avilez Emeri. Y así, con retazos reconstruyeron la memoria de un pasado violento de su territorio.
*Este grupo fue uno de los ganadores del Festival “Explora otros futuros posibles” en la categoría Media.
5. Aprender hábitos de vida saludables desde pequeños
Llegar a este estand fue sentir de inmediato la dulzura con la que Paulina Huertas Espinosa y Dulce María García Serna de ocho y siete años de edad hablan de los hábitos de vida saludable. Tenían todo tipo de frutas en su mesa y, a cada persona que se detenía a escucharlas, les ofrecían uvas y uchuvas y les contaban un cuento.
Son estudiantes de la Institución Educativa Román Gómez de Marinilla y la historia empieza con un niño llamado Juan Pablo que come comida chatarra, se la pasa echado en su sofá viendo televisión y no hace ejercicio. Un día conoce a una niña llamada Juliana quien lo invita a caminar, a comer saludable y hasta a donar sangre. Pero él dice que no. Solo comenzó a cambiar su vida cuando tuvo un accidente y vio que su vida corría peligro por los riesgos que tenía al ser una persona con obesidad.
Esta historia se la contaron a sus compañeros de segundo grado para que sean personas saludables. “Nosotras queremos crear conciencia en nuestros compañeros para que tengan una buena salud y queremos también ver si esto afecta sus desempeños académicos”, dijo Dulce María García Serna.
Una feria muy creativa
En total fueron 85 proyectos los que estuvieron presentes. El próximo semestre, durante el segundo ciclo del proyecto, se celebrarán los festivales municipales de Imaginaciones Nuevas de donde saldrán los proyectos de investigación escolar que participarán en el segundo Festival Departamental que se celebrará en el Parque Explora en 2024.
“Muchachos, a todos ustedes, los estudiantes: gracias por atreverse a pensar diferente, por salir del común, por estar aquí, por dar un paso, por trascender, y por formar de Colombia un nuevo país. Ustedes son este país”, dijo Lina María Lopera, docente acompañante del proyecto Aunque sea incómodo, hay que hablarlo de Entrerríos, en el norte de Antioquia.
