Si se pudiera viajar a la velocidad de la luz y se quisiera cruzar la Vía Láctea, de punta a punta, tomaría 200.000 años.
Tal vez más, de acuerdo con una nueva medición hecha por astrónomos del Instituto de Astrofísica de Canarias (España).
No es la primera vez que se miden distancias en distintas escalas astronómicas, desde nuestro Sistema Solar hasta el plano universal.
Y a medida que se perfeccionan instrumentos y técnicas, nuestra galaxia ha ido creciendo: primero, 100.000 años luz, luego 160.000 y ahora el nuevo registro, que fue publicado en un artículo en Astronomy & Astrophysics.
Es que no es fácil “mirar” al otro lado. El Sistema Solar se encuentra a unos 26.000 años luz del centro galáctico, casi en la mitad de lo que se consideraba el camino entre un extremo y el área central.
El nuevo estudio encontró que hay estrellas más lejanas, unas tres veces esa distancia e incluso podría haber otras a cuatro veces la separación entre el Sol y el centro.
Un año luz equivale a casi 10 billones de kilómetros.
La forma de la casa
Para entender mejor estas distancias, hay que decir que la Vía Láctea es una galaxia elíptica, con un disco largo aplanado y un bulbo central o núcleo galáctico, así como un halo esferoidal que la envuelve donde hay pocas estrellas.
El disco está conformado por brazos espirales, en los que se concentra gran parte de la población estelar.
Para llegar al nuevo dato, los científicos analizaron la abundancia de metales, elementos pesados, en las estrellas, es decir su metalicidad.
Al mirar más allá de lo que se ha considerado el límite del disco, encontraron estrellas con composiciones similares a las de este.
“Demostramos que hay una apreciable fracción de estrellas con alta metalicidad, característica de las del disco, más allá del límite previamente asumido del radio del disco de la galaxia”, declaró Carlos Allende, investigador del Instituto y coautor del estudio.
Esto significa que nuestro sistema solar no está en la mitad del radio entre el borde y el centro sino mucho más adentro.
Para el estudio se basaron en datos del experimento de evolución galáctica Apogee y del telescopio espectroscópico Lamost, que permite conocer los elementos presentes en una estrella.
En medio de la nada
En esta extensión de la Vía Láctea hay entre 100.000 y 400.000 millones de estrellas y unos 100.000 millones de planetas según un estudio publicado en The Astrophysical Journal.
Y aunque parezca enorme, la Vía Láctea es solo una entre las galaxias del universo y hasta hace poco se creía que era la segunda del Grupo Local de Galaxias de unas 40 (vinculadas gravitacionalmente) tras Andrómeda, con la cual se fusionará en unos 4.000 millones de años.
Análisis de información del telescopio espacial Hubble sugieren que podría haber entre 100.000 y 200.000 millones de galaxias en un universo vasto.
Una deducción que se hace de acuerdo con el movimiento observable del universo.
Este tiene unos 13.800 millones de años desde el Big Bang y como ha estado expandiéndose desde entonces, se calcula que hoy de un lado a otro, si es que pudiera alcanzarse, su tamaño sería de 92.000 millones de años luz.
Así, los 200.000 años luz de la Vía Láctea establecidos ahora, son muchos y nada a la vez.