Siempre se ha hablado de las propiedades que tiene el aceite de oliva como fuente de alimento y energía, además de prevenir las enfermedades cardiovasculares, contribuyendo a reducir los niveles de colesterol malo, mejorando la circulación sanguínea y disminuyendo la presión arterial. Esto, sin olvidar que también ayuda a la absorción intestinal de los nutrientes.
Un estudio de la universidad de Harvard y publicado la revista JAMA Network Open, sugiere que el aceite de oliva, también llamado “oro líquido”, reduce en un 28% la muerte relacionada con la demencia, siempre y cuando se consuma por día al menos 7 gramos o media cucharada.
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Para la realización del estudio participaron 92.383 adultos encontrando que 4.751 de ellos habían muerto por demencia o alguna causa que estuviera relacionada con la enfermedad, en comparación con aquellos que rara vez o nunca consumían “el oro líquido”.
La nutricionista Anne-Julie Tessier explica que “el aceite de oliva puede ejercer efectos antiinflamatorios y neuroprotectores debido a su alto contenido de ácidos grasos monoinsaturados y otros compuestos con propiedades antioxidantes como la vitamina E y los polifenoles”.
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La Sociedad Americana de Nutrición también había planteado la posibilidad de que la dieta dentro de un estilo de vida saludable puede ayudar a prevenir o a ralentizar la aparición de demencia o de Alzheimer.
A su vez, lo recomiendan como alimento que reemplace las grasas como la margarina y la mayonesa comercial, que en su mayoría, suelen ser nocivas para la salud.
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