Pico y Placa Medellín
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El fútbol en esta escala es muy necesario y en el momento en que alguien no quiere convivir allí de manera decente, hay que tomar medidas como las que se anuncian. Primero debe haber persuasión y educación, pero si no se respeta esa invitación, deben venir las sanciones. Pero no a la mayoría sino a esos 15 o 20 responsables de desmanes.
Era un error castigar a la mayoría, que las hinchadas no pudiesen ir al clásico. Ahora es bueno que disfruten el escenario, respetando las diferencias deportivas.
Es indispensable recuperar la convivencia en los estadios de Colombia. Todos los días hablamos de paz en diferentes escenarios, menos en el fútbol. El fútbol debe ser tolerancia. Es un juego, y un juego que une: la familia, los amigos, el barrio y la ciudad. Es clave hablar de paz en todos los contextos, incluidos el fútbol y sus estadios.
Dimos un paso adelante cuando se quitaron las vallas y las mallas, imitando los espectáculos universales que organiza la FIFA (torneos mundiales y continentales) y no era fácil para un país como el nuestro. Aunque todo el tiempo se ven ejemplos de intolerancia en otros países, por culpa de gente subnormal y minorías que privan a la mayoría del espectáculo.
Hay que alentar este proyecto: Medellín no se puede echar atrás con lo que está logrando. Y castigar a unos pocos, darles una sanción social para que se recupere la integración en torno al fútbol.