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Carlos Lleras Restrepo era un hombre de carácter, con una gran solidez en los principios de la democracia liberal. Tenía la virtud de ser capitán del barco, de ser un líder racional, que se distinguía más por sus palabras equilibradas que por las emocionales.
A él se le achaca haber dado paso en 1970 al presidente Pastrana Borrero, en detrimento del general Rojas Pinilla. Pero eso es un acontecimiento superado por la historia. Lo importante es que a Lleras aún se le recuerda como el mandatario que mandó a dormir a los colombianos a las 8:00 de la noche en un día de dificultades de orden público. Es así como se debe ejercer la Presidencia de la República: con respaldo en la ley y con respaldo en el carácter.
Creo que hoy, Lleras Restrepo habría terminado de realizar la política de seguridad democrática, que no hubiera hecho concesiones programáticas a la guerrilla. Jamás habría igualado al Estado con la guerrilla, ni discutido la agenda nacional con ella. Sí habría dado el mismo tratamiento que al M-19 y al Epl: garantías para su vida y para el ejercicio de la política.
De su gobierno hay que destacar el manejo estable de la economía, y el manejo de las relaciones internacionales con mucha independencia.
