Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6
El café, aún en pleno siglo XXI, sigue siendo la salvación de Colombia. Es importante recordar los cambios estructurales de comienzo de siglo y la disciplina para construir una caficultura competitiva, generadora de valor agregado y profundamente innovadora, ahora que los precios internacionales y nacionales del grano afortunadamente alcanzan niveles históricamente muy altos, pues hay que tener cuidado que no volvamos a sufrir la ilusión de la bonanza y olvidarnos que a la caficultura la salvó de la bancarrota de comienzos de este siglo precisamente dichos cambios. Los precios altos son flor de un día. Muy bienvenidos, pero que no se traduzcan en despilfarro y relajo, que no se conviertan en lujos y gastos superfluos. Es la hora de aprovechar el beneficio coyuntural de los buenos precios para consolidar esos cambios estructurales. Eso se hace ahorrando porque en los próximos años la estrechez fiscal del Estado impedirá a los gobiernos correr a ayudar a los cafeteros con manos llenas; las arcas están vacías. Ahora que se llenan las alforjas de las proverbiales mulas con los buenos precios, vale la pena amigo cafetero dejar naipes y dados que se cargan en el carriel, y guardar esa platica. La vas a necesitar