Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6
¿Un año de la Nueva EPS en manos del Gobierno y a la deriva, un año de no pagar sus deudas, y ahora Petro le echa culpa de crisis de medicamentos a Audifarma?
La crisis de medicamentos que padecen hoy cientos de miles de colombianos y que tiene al presidente Gustavo Petro y a su gobierno contra la pared –por no decir en cuidados intensivos– es una historia relativamente sencilla.
Sin embargo, entender el problema se ha complicado en los últimos días debido a que la Casa de Nariño ha volcado su aparato de propaganda para evitar que el Presidente se desplome más allá del 32% de popularidad que hoy tiene.
Petro está decidido, a como dé lugar, a cambiar la narrativa. Pretende que cada paciente al que no le entreguen su medicamento, en vez de echarle la culpa al “chú-chú-chú”, tan anunciado por el propio mandatario, más bien la emprenda contra esos empresarios “vampiros” y “malvados” que, según Petro, tienen escondidas las medicinas. En el Consejo de Ministros, a lo largo de dos horas y media, se notó más el afán de Petro de buscar culpables que de proponer soluciones.
Tal vez al mandatario le va a quedar difícil que esa narrativa eche raíces. Desde antes de su llegada a la Presidencia, quienes lo habían seguido en la Alcaldía de Bogotá advertían que el mayor riesgo ahora lo corría el sistema de salud por esa manera de gobernar en la que privilegia la ideología sobre la gerencia. Una especie de “crónica de una crisis anunciada”.
Basta con mirar lo que ocurrió en Venezuela. Nicolás Maduro asumió en 2013, y dos años y medio después se dio la mayor crisis de medicamentos. Si bien la situación de Colombia es diferente y no estamos en ese extremo (en 2016, en Venezuela, la escasez de medicinas fue de 85%) nadie puede descartar hoy que lleguemos a ese punto. El gobierno de Maduro acusó a farmacéuticas y médicos de formar parte de “mafias” que acaparaban insumos. ¿Por qué será que el alegato nos suena familiar?
Ahora, para desenredar el caso de Colombia. Empecemos por preguntar ¿Quiénes son los pacientes que protestaban en el Valle, Pereira y Bogotá por falta de medicamentos? Los usuarios de la Nueva EPS, que debían recibirlos del gestor farmacéutico Audifarma.
¿Y por qué no se los daban? No fue porque faltaran o porque las tuvieran escondidas, sino porque simple y llanamente la Nueva EPS no le paga a Audifarma por ellas. En una carta del 30 de enero, Audifarma advirtió a la EPS que, en vista de que no se había respetado el acuerdo de pago de diciembre, a partir del 28 de febrero serían otros los encargados de suministrar los medicamentos. Y dicho y hecho, la crisis explotó.
El monto de la deuda no es menor. Al terminar el 2024, la Nueva EPS le debía a Audifarma $486.000 millones. Acordaron pagar $110.000 millones en enero, pero pasó y solo desembolsó $43.000 millones. ¿Qué empresa del mundo seguiría suministrando sus productos a un cliente que no le paga a lo largo de los meses y acumula una deuda de casi medio billón de pesos? Ninguna.
Y sigamos con las preguntas. ¿Y por qué la Nueva EPS llegó a este punto de quiebre? ¿De quién es la culpa? Recordemos que a la Nueva EPS, Petro se la tomó a finales de 2023 con una ‘jugadita’ medio macabra. Puso a las cajas de compensación, que estaban en la junta de la Nueva EPS, contra la pared: les dio a entender que o votaban como el Gobierno quería o las intervenían. Y Petro ganó el pulso: sacó a José Fernando Cardona de la presidencia, un técnico juicioso que llevaba 14 años cumpliendo esa labor, cambió los estatutos y nombró a Aldo Cadena, quien prácticamente había dejado quebrada a la EPS pública de Bogotá.
Pero Aldo Cadena no duró mucho en la Nueva EPS porque rodaron versiones de que estaría cobrando comisión a IPS para darles prioridad en el pago de facturas. Luego llegó Julio Rincón que tampoco sirvió, lo sacaron en noviembre de 2024, porque no entregaba estados financieros, se dispararon las quejas y los indicadores cada vez eran más deplorables.
El desgreño en la Nueva EPS desde la intervención llegó a tal punto que Cadena reportó pérdidas de $411.000 millones, pero documentos internos decían que en realidad eran de $4,4 billones. Se les olvidó contar la bobadita de $4 billones.
En resumidas cuentas, un año perdido para la Nueva EPS. Un año de no pagar deudas. ¿Y ahora Petro le echa la culpa por el no suministro de medicamentos a los señores de Audifarma? ¡Hágame el bendito favor!
¿A quién se le ocurre que la quinta empresa más grande del país, según su interventor, pueda ir navegando sin un capitán que enfrente las más duras tormentas?
Ahí está el origen de la falta de medicamentos. Por no hablar de la tomadura de pelo del Gobierno con las órdenes de la Corte Constitucional sobre la UPC. Ahora hay que esperar para ver si el nuevo interventor, Bernardo Camacho, que asumió el 15 de noviembre, logra mejorar la Nueva EPS. Al menos ha ido haciendo algunos pagos.
Si el gobierno de Gustavo Petro le imprimiera tanto esfuerzo a solucionar la crisis de los medicamentos, como se lo está invirtiendo a la propaganda para tapar la crisis, de pronto serían menos los pacientes sufriendo hoy en Colombia.
El presupuesto de RTVC para 2024, por ejemplo, fue de $386.000 millones. Con esa plata, se habría podido pagar desde hace rato la deuda de la Nueva EPS con Audifarma. Y nos habríamos ahorrado tanto sufrimiento. Por ejemplo.