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El fantasma de Odebrecht tiene
rota la Ruta del Sol
Miles de colombianos que decidieron irse de vacaciones por tierra se encontraron con una nada grata sorpresa: la Ruta del Sol, una de las vías estratégicas de Colombia, está en un muy grave estado. Por demás, peligroso para quienes la usan.
Quienes tuvieron la poco fortuna de padecerla en estas fiestas cuentan que está completamente abandonada, la ‘trocha’ del sol la bautizó alguno, que los huecos son como piscinas, y las llantas de los carros salen destrozadas, algunos han tenido que terminar llamando grúa para sacar el vehículo, el túnel no tiene luces, y no obstante hay un radar para controlar velocidad que se vuelve innecesario porque la cadena de huecos obliga a rodar con precaución.
Sin duda una gran frustración. La Ruta del Sol era (y es) un flamante proyecto, con inversiones superiores a 6 billones de pesos, que prometía construir una autopista de doble calzada a lo largo de ocho departamentos, 39 municipios y 1.070 kilómetros, para una mejor conexión, en menos tiempo, entre Villeta (Cundinamarca) y Santa Marta.
Para poderlo hacer más rápido el proyecto se dividió en tres tramos, que se adjudicaron a igual número de concesiones, hace ya 14 años. El tramo II, el de mayor extensión con 528 kilómetros entre Puerto Salgar, en Cundinamarca, y San Roque, en el Cesar, fue adjudicado a Consol, conformado por la firma brasileña Odebrecht y las colombianas Episol, de Corficolombiana, y Carlos Solarte (CSS Constructores).
La tarea no era solo rehabilitarla y construirla sino hacerle el mantenimiento. Y para eso es el pago de 12 peajes. ¡12 peajes entre Bogotá y Santa Marta! Cuando se pensaba que por fin el país podría tener una carretera competitiva, y de hecho daba gusto recorrerla en años anteriores, ahora es un verdadero viacrucis.
¿Qué está pasando? Buena parte de la culpa es de los corruptos. Cabe recordar que en 2016 el consorcio Consol quedó involucrado en el escándalo de Odebrecht por el pago de sobornos de la brasileña a funcionarios del Estado para la construcción de varios proyectos, entre ellos la Ruta del Sol. En su momento fueron condenados el viceministro de Transporte, Gabriel García Morales, quien se declaró culpable de recibir sobornos por 6,5 millones de dólares durante el gobierno de Álvaro Uribe, y el empresario Roberto Prieto, ex gerente de la campaña de Juan Manuel Santos, quien fue condenado a cinco años de cárcel por coimas en el tramo III.
Tras el escándalo, la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) liquidó el contrato y anunció la apertura de una nueva licitación para terminar las obras. ¿Qué pasó en esos seis años? El gobierno Santos entregó la obra al Instituto Nacional de Vías. El gobierno Duque, en 2021, devolvió la obra a la ANI y decidió que haría parte de la quinta generación de concesiones viales (5G). La Ruta del Sol II se dividió en las troncales Magdalena 1 y Magdalena, que fueron adjudicadas al consorcio conformado por Grupo Ortiz y KMA Construcciones, que según la información que ha trascendido no ha concluido el cierre financiero. Sin embargo, según informó el director de la ANI, los nuevos concesionarios comenzaron trabajos este martes y para Semana Santa, dice, ya estarán entregadas las obras.
Hay que reconocer que los tiempos de la burocracia son kafkianos, pero algo sin duda se habría podido hacer en este diciembre - dar mejor información para que la gente no recorriera la vía, por ejemplo - para evitarles a miles de colombianos ese viaje a la tortura. Los peajes, por supuesto, se siguen cobrando.
Pero la justicia aún no ha terminado su tarea. La Fiscalía imputó cargos esta semana a nueve exfuncionarios de la ANI por el tramo III, adjudicado al consorcio Yuma. Entre los investigados por celebración indebida de contratos en la construcción de un puente está el actual director de Cambio Radical, Germán Córdoba, exvicepresidente ejecutivo de la ANI. Y Margarita Montilla, hasta ayer segunda al mando del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República, quien renunció al cargo para asumir su defensa en el caso en el que se ha visto salpicada por ser parte, en su momento, del comité asesor de contratos de la ANI.
El estado de la Ruta del Sol hoy es apenas un grito de alarma más para que no olvidemos el impacto que tiene la corrupción en la vida cotidiana de todos. La corrupción no es solo unos señores que se roban una plata del erario sino que tiene un efecto demoledor en el día a día de los colombianos.
Ojalá que la ruta se enderece y los nuevos contratistas cumplan su tarea a cabalidad. .