Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6
El balance del presidente Duque con Antioquia es un catálogo de buenas intenciones y un discurso generoso, pero sus realizaciones no se compadecen con aquello que Antioquia le entregó electoralmente. No se trata de que el presidente le tenga que devolver a la región beneficios por votos recibidos.
Del hijo de Iván Duque Escobar, exgobernador, prohombre y líder indiscutible del liberalismo, asesor de varios presidentes, lo que menos puede esperar Antioquia es una gran presencia frente a temas sensibles para la región.
En seguridad ciudadana la situación es altamente inquietante, hay un crecimiento inusitado de la criminalidad y las organizaciones criminales en el Bajo Cauca, Norte, Nordeste y Oriente de Antioquia. Bandas que extienden sus tentáculos por todo el país. En vías 4G, terciarias, su gobierno no ha hecho nada distinto de lo que dejó comprometido el gobierno anterior. En empleo, salud y educación su balance también es deficitario. Los cuestionamientos a su gobierno no se hacen solo desde la oposición, también desde sectores independientes y aún de su propia colectividad. No se le ve en la región un direccionamiento decidido, en el caso de Hidroituango su presencia ha sido discreta, no para ayudar a solventar la crisis.