En el Evangelio de hoy (Lucas 2,41-52), encontramos a la Sagrada Familia cumpliendo la costumbre religiosa de celebrar cada año la Pascua, que conmemoraba la liberación, obrada por Dios, de la esclavitud sufrida por los hebreos en Egipto doce siglos atrás. María y José fueron para ello con su hijo de 12 años desde Nazaret en Galilea hasta el Templo de Jerusalén. Varios elementos podemos encontrar en el relato de la pérdida y hallazgo del niño Jesús en el templo. Centrémonos hoy, día de la Sagrada Familia, en la última parte, que presenta a Jesús, después de su regreso a Nazaret, “obedeciéndoles en todo” a sus padres. Pero también contemplemos a María, quien “guardaba todo esto en su corazón”, con un silencio reverente ante el misterio del desarrollo...